En las últimas horas se conoció la triste noticia de la muerte de Julieta Colombo Marrón, sobrina de Quino. Tras la muerte del reconocido humorista gráfico, fue ella quien se convirtió en la representante legal y responsable del legado de su tío, con un enorme compromiso personal y profesional por delante.
La sobrina de Quino falleció este lunes, según informó el perfil oficial de Twitter de Mafalda. Y fue a través de esta red social que despidieron con profundo dolor a la mujer que se transformó en la albacea del historietista tras su muerte, el 30 de septiembre del 2020.
“Despedimos con profunda tristeza a Julieta Colombo, que desde pequeña fue testigo de la rutina de trabajo y la obra de su tío, Quino”, comienza el comunicado de la cuenta Mafalda Oficial, que fue acompañado con una foto de Julieta y su tío.
“Desde 2020, además, Julieta fue la representante legal de la obra de Quino y responsable de mantener vivo su legado cultural en todo el mundo”, cierra el mensaje.
Tras conocerse la triste noticia, la Ministra de Cultura y Turismo de Mendoza, Nora Vicario, se pronunció en sus redes, con un sentido mensaje dedicado a la sobrina de Quino.
“Con mucha tristeza despedimos a Julieta Colombo, sobrina de nuestro querido Quino y custodia de la obra del maestro, con quien llevamos adelante el proyecto el Espacio Cultural Quino en Mendoza”, escribió y le hizo llegar sus condolencias a la familia de la mujer.
Quién fue Julieta Colombo y cuál fue su rol tras la muerte de Quino
Julieta Colombo Marrón, sobrina de Quino, fue albacea del artista mendocino hasta el día de su muerte. Cientos de tiras, libros, una vasta obra digital y cortometrajes estuvieron custodiados por ella, quien trabajó con su tío por más de 30 años.
La mujer dio sus primeros pasos en 1983 como asistente de Alicia Colombo, esposa del dibujante, y se encargaba de preparar el material destinado a los diarios. En 2003, cuando se fueron a vivir a España, le ofrecieron ser su agente en Latinoamérica, según explicó en una nota para el sitio Caras y Caretas.
“Empecé como asistente de Alicia cuando estudiaba en la universidad. La ayudaba a preparar el material para los diarios, que en ese momento se mandaba en papel y por correo, había que cortar las tiritas.
“Después incursioné en el diseño de libros. Una vez, Quino viajó a una feria en Guayaquil con Daniel Divinsky y yo había montado de manera virtual una muestra a partir de un plano que me habían enviado. Cuando volvió, me dijo: “¡De ahora en más, vos armás las muestras, estaba fantástica!”, recordó en una nota con el sitio.
Por el cariño que tenía por el dibujante, no solo estaba a cargo de la venta de derechos de traducción a América y España, sino también asumió el importante rol de representarlo tras su muerte con gran dedicación e intentando, junto con los otros sobrinos del dibujante, siempre seguir los principios con los que se manejaba Quino en su vida.