Este aniversario de Los Andes brinda la oportunidad de decir algunas cosas que pueden ayudar a mejorar un poco esta travesía que uno transita en la vida, que es el teatro. En primer lugar, creo que el eje de lo que uno piense para mejorar el teatro de Mendoza y del país debe estar puesto en la política y en el gobierno. Creo que el gobierno debería preocuparse más por lo que debe preocuparse y no por otras cosas en las que está metiéndose. Debería, por ejemplo, abocarse más a contribuir a que los elencos locales puedan abrir salas independientes, que no hay. Solía haber y estaban fomentadas por el Instituto Nacional del Teatro. Eso sería un aporte valioso para el teatro mendocino.
Por otro lado, creo que el gobierno no debería tener ninguna injerencia en las decisiones de jurados y ese tipo de cosas. Por ejemplo, el jurado que elige las propuestas para la Fiesta de la Vendimia está compuesto casi por más jurados representantes del gobierno que independientes; eso tampoco creo que pueda ser. Es más, creo que el jurado de Vendimia debería tener cinco integrantes, no más, y con un solo representante del gobierno
Hay que decir que al teatro en Mendoza lo estamos haciendo muy forzados por la realidad: no hay dinero, no hay recursos, no hay posibilidades. Además, los trámites para derechos de autor y esas cosas demoran un montón y todo eso hace que se vaya deteriorando un poco la actividad.
A pesar de todas esas contrariedades, nosotros tenemos muy buen teatro en Mendoza, de muy buena calidad. Con mi elenco Viceversa acabamos de llegar del Festival Iberoamericano de Teatro, en Mar del Plata, y hemos ganado dos premios con nuestra obra. Del encuentro participaron ocho obras, de lugares como Colombia, Perú, España, Uruguay y de la Argentina, de Buenos Aires. Así es que nosotros no estamos haciendo las cosas mal, pero sí las estamos haciendo demasiado a pulmón. Si pudiéramos tener algún fomento del Estado podríamos actuar con más libertad. Eso, para mí, es lo principal.
Con el buen nivel de las obras que se producen en Mendoza también es notable que el gobierno no programe una temporada de teatro. No hablo de festivales, porque ya estamos cansados de festivales, sino de un circuito de verano o un circuito de invierno para mostrar obras, como se hace en Córdoba o como se hace en Mar del Plata.
Yo sé que el teatro no es todo: están la música, las artes plásticas, la danza. Todo está funcionando, con menos recursos, pero está funcionando, y sin embargo hacemos grandes esfuerzos para lograrlo. A veces no hay ningún incentivo para trabajar o para llevar a cabo la tarea. Yo, por ejemplo, tengo la suerte de contar con la sede del Movimiento Humanista, un espacio que no es grande, pero me permite crear y presentar obras. Este año hemos estrenado tres que han andado muy bien.
En definitiva, creo que, para tener un mejor futuro en nuestro teatro, debería haber lo que no encuentro hoy: apoyo de los gobiernos. Que no haga falta ser de tal partido de tal gobierno para que te apoyen, porque que pase eso es terrible.
(*) Director y docente de teatro con cuatro décadas de trayectoria. Su elenco Viceversa es uno de los referentes locales y nacionales de la escena teatral argentina.