Muchas campañas de concientización del uso del preservativo se enfocan en la prevención del VIH y el embarazo, como objetivo central y dejan de lado otros temas mucho más frecuentes que también hacen a la intimidad, sobre todo en parejas heterosexuales estables, porque se da por hecho que este tipo de vínculo es monógamo y que ambas personas son sanas dejando el peligroso mensaje sobreentendido de que se puede desestimar su uso.
Si bien no es un mensaje explícito, al no ser mencionado en la mayoría de las campañas, se corre el riesgo de que quien lo recibe interprete que no hay peligro, bajo la concepción de que aquello de lo que no se habla, no existe.
Por eso, toda relación sexual, -inclusive en soledad con dispositivos como dildos o vibradores- debe contemplar el uso de preservativos. Sobre todo en aquellas relaciones en que la penetración es anal, ya que las paredes epiteliales son más delgadas que las de la vagina, por ejemplo, con lo que el riesgo de lastimaduras es mucho más frecuente.
Alessandra Rampolla, especialista en sexo, comentó en sus redes algunos consejos con respecto al uso del preservativo durante la penetración anal: “En términos de relaciones sexuales, el tejido anal es súper finito y es muy fácil que se pueda rasgar” a la vez que advirtió: “No todas las enfermedades de transmisión sexual tienen que tener contagio directamente de fluidos, que claramente se daría en el caso del sexo oral”.
En este sentido la especialista puertorriqueña señaló que enfermedades como herpes, gonorrea o sífilis se pueden contraer con mayor facilidad por una penetración anal que vaginal. “El herpes se contagia solamente por contacto cutáneo”, es decir que no hace falta que se lastime la piel o se entre en contacto con fluidos para que ocurra el contagio.
“Lo mismo ocurre con el sexo oral, por eso es tan importante usar preservativo o cualquier método de barrera cuando se está felando”, aclaró.
En el año 2012 la organización estadounidense AIDS Healthcare Foundation (AHF) propuso el 13 de febrero como Día Mundial del Condón, en un esfuerzo por reducir la propagación del VIH a través de prácticas sexuales seguras, aunque desde 2009 ha sido una celebración informal celebrada en conjunto con el Día de San Valentín.
Según los resultados arrojados por una investigación que realizó AHF Argentina, sólo el 14,5% de los argentinos utiliza preservativo en todas sus relaciones sexuales, el 65% lo hace solo a veces y el 20,5% nunca. Como si esto fuera poco, recientemente, en el marco de la pandemia por covid-19, el 61,5% de las personas no tuvo acceso a preservativos de manera gratuita, porque no había disponibilidad en el lugar donde retiran habitualmente o porque no pudieron acercarse al lugar por restricciones de circulación.
En cuanto a las prácticas anales, Alessandra Rampolla insistió en los cuidados necesarios para minimizar riesgos. “En el caso del anilingus -sexo oral anal-, se puede usar una presa dental para proteger la boca de quien está regalando ese mimo, y el ano de la persona que está recibiendo esa caricia”, especificó Rampolla. “Recuerden que también hay infecciones por estar en contacto con heces fecales por una actividad anal”, especificó, a la vez que aclaró que muchas parejas se pueden sentir cómodas y entusiasmadas por este tipo de contacto, pero de todos modos deberían tomar precauciones.
Según los datos del último estudio de LELO, la marca de juguetes eróticos de lujo, elaborado entre hombres y mujeres de todo el mundo, el 21% de los participantes reconoció no practicar sexo seguro. Asimismo, solo un 44% eligió los preservativos como su método preferido de anticoncepción.
“Hay que recordar que, mientras que otros métodos solo son anticonceptivos, el condón también previene enfermedades de transmisión sexual. De ahí que su uso sea crucial, especialmente al mantener relaciones esporádicas o con parejas con las que llevamos poco tiempo”, subraya Alberto Gooding, responsable de comunicación de la empresa.
“Por más que una pareja sea estable, puede darse el caso de que alguno de los integrantes tenga relaciones con otra persona fuera de la pareja, con lo cual los riesgos de contraer enfermedades se amplían”, agregó Rampolla. “Pues siempre está la posibilidad de que tengamos contagios por ese por ese lado, así es que independientemente que seas heterosexual y que estés en una relación estable, para muchas personas usar preservativo en una relación anal es una cuesitón de higiene”, sostuvo.
Existe también un contrasentido importante en relación a la confianza en la pareja y el inicio de una relación formal, ya que la mayoría de las personas comienza un vínculo e inmediatamente desechan el uso de preservativo. Para más, ninguno se realiza estudios médicos con lo cual se corre el riesgo de contraer cualquier tipo de enfermedad.
“Solo el 22% de los encuestados afirmó haberse realizado un examen médico antes de comenzar una relación formal”, aseguró Gooding.
“No debemos olvidar que, por mucha confianza que tengamos en nuestro compañero o compañera, es comprensible que, previamente, haya mantenido encuentros sexuales con otras personas. Por ello, desde la entidad insistimos en la importancia de la realización de tests y, hasta entonces, recomendamos seguir utilizando preservativo”, enfatizó el responsable de Lelo.