Las altas temperaturas de los últimos días obligan a las personas a tomar medidas para resguardar su salud y evitar exponerse tanto al sol como a un golpe de calor. Los médicos advierten enfáticamente, a esta altura del año, cuáles son los cuidados que debemos tomar. Sin embargo, los “otros” habitantes de la casa, las mascotas, también pueden sufrir un golpe de calor que, de no ser tratado, puede provocar lesiones graves y hasta fatales al igual que en las personas.
Las mascotas más afectadas por las altas temperaturas son las de edad avanzada, con sobrepeso, las que tienen problemas previos de corazón o de las vías respiratorias, las mascotas de nariz chata y las que no tienen acceso a agua fresca o sombra.
El cuidado de los perros
Los perros regulan su temperatura corporal mediante los jadeos y eliminan sudor a través de las almohadillas de sus patas. Los gatos, por su parte, lo hacen a través del lamido corporal. Cuando el exceso de calor los supera, estos métodos de “autorregulación” dejan de ser suficientes, y en su lugar pueden notarse signos que alertan, como:
- Decaimiento y/o dificultad para moverse
- Jadeo excesivo o hipersalivación
- Temblores
- Vómitos
Síntomas de un golpe de calor
Cuando el perro comienza a jadear intensamente, con presencia de baba, y respiración rápida y nerviosa, son síntomas evidentes, de que el perro está intentando bajar la temperatura corporal, que en estos casos puede llegar a más de 42°C, teniendo en cuenta que el nivel medio óptimo en perros es de 38 a 39°C.
Además, se produce una disminución de azúcar y sales en sangre que se manifiesta con temblores y debilidad muscular, vómitos o diarrea y una encía de color azulada debido a la falta de oxigenación en sangre.
En casos más graves el perro puede llegar a perder la conciencia, y sufrir daños mayores tales como hemorragias, insuficiencia renal o hepática, daño cerebral, e incluso fallo en varios órganos.
“Ciertas características de nuestras mascotas pueden hacer que estas temperaturas sean más o menos peligrosas para ellos. Por ejemplo, los perros de edad avanzada, con sobrepeso u obesidad y razas braquicefálicas (con cara chata como el bulldog, bullmastiff, pug, boston terrier) son aún más sensibles al calor”, explica Tamara Cursach, Jefa de Comunicación Científica e investigación de Vitalcan.
Qué precauciones tomar
-Hidratación: Es importante asegurarse de que siempre tenga disponible agua fresca y limpia para beber en casa. Cuando salga a pasear o esté al aire libre también es aconsejable mojarlo cada tanto.
-Sombra: Evitar dejarlo expuesto en lugares de mucho sol como las terrazas. Lo ideal es que puedan descansar a la sombra en lugares ventilados. Se les puede dejar paños húmedos fríos para que puedan recostarse y bajar su temperatura si así lo requieren.
-Horarios: Las rutinas de paseo son recomendables hacerlas a la mañana temprano o al atardecer para evitar las horas más calurosas y siempre por áreas con sombra.
-Corriente de aire: No dejarlos nunca encerrados en el auto o habitaciones sin ventilación.
-No a la actividad física: Evitar algunas prácticas como salir con ellos en bicicleta o correr especialmente en zonas con asfalto ya que la temperatura que levanta el mismo es muy elevada
El cuidado de los gatos
A diferencia de los perros, que recurren al jadeo, los gatos eliminan gran parte del sudor principalmente a través de la saliva y de las almohadillas de las patas, por eso es frecuente observar que dejan rastros de sus pisadas en épocas de temperaturas más altas.
Si se trata de espacios cerrados donde hace mucho calor, en casas sin buena corriente de aire y con sol directo o cuando se los traslada en auto durante varias horas “es importante estar pendiente de los síntomas que pueda presentar el gato, ya que pueden sufrir un golpe de calor o un shock térmico y terminar en un cuadro grave. Se debe prestar especial atención en gatos muy mayores, obesos, de pelo largo y si padecen alguna enfermedad”, explica la veterinaria Solange De Luca.
La manera de ayudarlos cuando los gatos tienen calor es simplemente ponerlos frente a un ventilador o moverlos a lugares ventilados y a la sombra para aliviarlos, mojar sus labios con agua fresca -nunca helada- y, en caso de estar en un auto, bajar un poco las ventanillas para que circule aire.
En cuanto a la señal más evidente de un golpe de calor, se trata de un jadeo excesivo acompañado por una respiración acelerada aun cuando el animal se encuentre en estado de reposo.
Y pese a que no es tan frecuente, si además aparecen vómitos, dificultad para mantenerse en pie o convulsiones, se debe consultar sin dudar a su médico veterinario ya que estos cuadros pueden dejar secuelas en sus órganos.