Entre las muchas terapias alternativas comunes y que gozan de la confianza de quienes las adoptan, se encuentra el Reiki, una técnica japonesa surgida a mediados del Siglo XIX y que consiste en la armonización de energías mediante la imposición de manos en los meridianos del cuerpo, lo que supone una mejoría a malestares físicos o emocionales, partiendo de la premisa de la íntima correlación entre ambos.
Según la plataforma SciELO (que publica ediciones completas de revistas científicas), el Reiki “es una práctica espiritual (que trabaja en distintas dimensiones) basada en la materia y espíritu. Este es uno de los métodos curativos más antiguos de que la humanidad tiene conocimiento. Se originó en el Tíbet hace dieciocho siglos y fue redescubierto en el siglo XIX por un monje japonés llamado Mikao Usui”.
Además, la plataforma -que busca, analiza e indexa cientos de escritos y publicaciones científicas- , asegura que “la tradición del reiki se remonta a escritos de 2.500 años en sánscrito, la lengua antigua de la India”, lo cual da cuenta no solo de la antigüedad de la práctica sino también de cierto respaldo científico flexible y más proclive a considerarlo como una forma alternativa de bienestar.
Sin embargo, publicaciones de corte más tradicional, como Wikipedia, la califica de pseudoterapia -término que sería correcto si no arrastrara la connotación negativa implícita, producto del abusivo uso que se hizo bajo la pretensión de “curar enfermedades”- y asegura que las investigaciones clínicas no han encontrado evidencia de que el Reiki sea efectivo contra ningún tipo de enfermedad.
Esto no desalienta a los que asisten a recibir este tipo de terapias desde hace décadas, lo que supone algún tipo de beneficio para ellos. El terapeuta holístico y magíster en Reiki, Exequiel Lucero, explica -a partir de la etimología- cuál es el motivo por el cual sigue siendo una práctica solicitada. “La palabra Reiki se compone de dos términos japoneses: ‘rei, que significa ‘energía universal’, y ‘ki’, que se refiere a la energía vital que fluye en todos los seres vivos”, comienza.
“El Reiki se basa en la creencia de que cuando la energía vital de una persona está baja o bloqueada, puede provocar enfermedades o malestar emocional. Mediante la imposición de manos o la canalización de la energía, un practicante de Reiki puede ayudar a equilibrar y armonizar la energía del receptor, promoviendo así su bienestar físico, mental y emocional”, detalla.
Como en toda terapia alternativa, existen diferentes estilos y niveles. El Reiki convencional se conoce como Reiki Usui, en honor al monje japonés y consiste en la imposición de manos sobre la persona física. Sin embargo hay otras formas de practicarlo, que incluyen la terapia “a distancia” con iguales efectos que si la persona y el terapeuta estuvieran presentes.
Exequiel Lucero explica cómo es posible este fenómeno: “El concepto fundamental detrás del Reiki a distancia es que la energía no está limitada por el espacio o el tiempo, y puede ser transmitida y recibida sin importar la ubicación física de la persona o situación que la necesita. A través de la intención y la visualización, el practicante de Reiki a distancia se conecta con la energía universal y la envía hacia la persona o situación que requiere sanación”, detalla.
Además agrega que una sesión de Reiki a distancia puede realizarse de diferentes maneras. “Algunos practicantes utilizan símbolos y técnicas específicas de Reiki para enviar la energía a través del tiempo y el espacio. Otros utilizan la intención pura y la visualización para dirigir la energía hacia el receptor” y aclara que “para recibir Reiki a distancia, no es necesario estar presente físicamente con el practicante. El receptor puede estar en cualquier lugar del mundo, ya que la energía se envía a nivel energético y no depende de la cercanía física. El receptor puede relajarse en un lugar tranquilo durante la sesión y permitir que la energía fluya hacia él”.
En cuanto a los efectos percibidos por quienes reciben Reiki, se pueden mencionar algunos no cuantificables, pero no por eso menos efectivos:
- Relajación y reducción del estrés: El Reiki ayuda a relajar el cuerpo y la mente, liberando tensiones y disminuyendo los niveles de estrés. Esto puede tener un efecto positivo en la salud general y promover una sensación de bienestar.
- Equilibrio energético: Trabaja en el sistema energético del cuerpo, ayudando a equilibrar y armonizar la energía vital. Esto puede revitalizar el cuerpo, fortalecer el sistema inmunológico y promover un estado de equilibrio y vitalidad.
- Alivio del dolor: Muchas personas experimentan alivio del dolor físico y malestares después de recibir una sesión de Reiki. Se ha observado que el Reiki puede ayudar a reducir el dolor en diversas condiciones, como dolores de cabeza, migrañas, dolores musculares y artritis.
- Mejora del bienestar emocional: El Reiki no solo se enfoca en el cuerpo físico, sino también en las emociones. Puede ayudar a liberar bloqueos emocionales, reducir la ansiedad, aliviar la depresión y promover sentimientos de calma y claridad mental.
- Apoyo al proceso de curación: Con frecuencia se utiliza como complemento de tratamientos médicos convencionales para acelerar el proceso de curación. Puede fortalecer el sistema inmunológico, aumentar la vitalidad y promover una recuperación más rápida después de enfermedades o cirugías.
- Desintoxicación y purificación: El Reiki tiene un efecto purificador en el cuerpo y puede ayudar a eliminar toxinas y bloqueos energéticos.
Además, puede ayudar a aliviar el estrés, reducir la ansiedad, promover la relajación, equilibrar la energía y apoyar el proceso de curación en general. Sin embargo, tanto las publicaciones científicas como los mismos terapueutas holísticos advierten que no se trata de un remedio para enfermedades y de ninguna manera reemplaza la atención médica profesional.
Principios del Reiki:
No te enfades.
No te preocupes.
Sé agradecido/a.
Sé amable con los demás.
Trabaja honradamente.