El actor irlandés Colin Farrell, conocido por su destacado trabajo en películas como “The Batman”, “El sacrificio del ciervo sagrado” y “Los espíritus de la isla”, compartió recientemente detalles íntimos sobre su vida como padre de un hijo con una rara afección genética, el síndrome de Angelman.
En una entrevista con la revista People, el artista ofreció una mirada conmovedora sobre su relación con su hijo James, de 20 años, quien padece esta enfermedad que afecta su capacidad para hablar, mantener el equilibrio y moverse con facilidad.
Durante la entrevista, Farrell describió a James como “mágico” y expresó su deseo de que el mundo lo trate con amabilidad y respeto. “Quiero que el mundo sea amable con James”, declaró el actor. “Quiero que el mundo le trate con amabilidad y respeto”.
“Cuando empezó a comer solo por primera vez, su cara parecía un Jackson Pollock. Pero lo consigue, se alimenta estupendamente. Estoy orgulloso de él todos los días, porque creo que es mágico”, expresó el famoso intérprete.
También aprovechó la entrevista para anunciar la creación de la Fundación Colin Farrell, destinada a brindar apoyo a adultos con discapacidad intelectual. El actor explicó que, cuando James cumpla 21 años en septiembre, dejará de estar cubierto por los programas de apoyo para niños con discapacidad, lo que lo motivó a establecer esta fundación para ayudar a llenar los vacíos en el sistema de apoyo a las familias con adultos que requieren asistencia.
Qué causa el síndrome de Angelman
El síndrome de Angelman es un trastorno neurológico raro causado por una mutación genética, que afecta aproximadamente a una de cada 15.000 personas en el mundo, según la Fundación del Síndrome de Angelman. Esta afección se manifiesta en problemas de desarrollo mental, dificultades para hablar y mantener el equilibrio y, en algunos casos, convulsiones.
Aunque no existen signos evidentes al nacer, los síntomas suelen aparecer entre los seis y doce meses de vida, incluyendo retrasos en el desarrollo motor y problemas de coordinación. Se espera que las personas con este síndrome tengan una esperanza de vida normal, y muchas son capaces de aprender habilidades básicas.
La mayoría de las alteraciones cromosómicas no se transmiten de una generación a otra, pero es posible heredar algunos tipos de anomalías.
Cómo tratar a un niño con el síndrome de Angelman
El tratamiento del síndrome de Angelman se enfoca en controlar los síntomas a través de terapias físicas, del habla, ocupacionales y conductuales, así como en la administración de medicamentos para las convulsiones, que afectan a entre el 80% y 90% de las personas con esta afección.
Aunque no existe cura, las personas con síndrome de Angelman pueden tener una esperanza de vida normal y, con el apoyo adecuado, muchas son capaces de aprender habilidades básicas que les permiten vivir en entornos de apoyo, aunque la independencia total es rara.