Lucía Maidana se abrió con sus compañeros de Gran Hermano y contó en una charla que mantuvo en la habitación que su familia no acepta a su novia y que quisieron enviarla a un centro de conversión por ser lesbiana. El relato de la joven impactó a todos, sobre todo a los participantes que la escuchaban con atención.
Los padres de Lucía no permiten que su novia vaya a su casa, por lo que no puede compartir igual que sus hermanos con sus parejas. Pero eso no era todo, sino también buscaron que sea heterosexual.
“A mi casa ella no viene, yo sí a la de ella. Pero bueno, a la casa de mi abuela sí va, a la casa de mis tíos también, pero a mi casa no”, comentó al comienzo la salteña que tiene diez hermanos.
“No va a mi casa porque mi papá la ve y la mata, básicamente. Mi papá la enfrentó a mi novia y todo. Y mi novia se le plantó. Y hay que plantársele a mi papá, es como plantársele a un militar”, dijo sin filtro.
Más adelante, reveló un dato que causó aun más sorpresa. “¿Sabían que hay como centros de conversiones?”, comenzó explicando, y ante el interrogante de las chicas, continuó: “Son centros de conversiones. O sea, a mí me quisieron mandar con una psicóloga, de España, que ‘te curaba’”.
“No sé bien qué te harán, boluda. A mí me dijeron tipo electroshock, todas esas cosas”, contó sobre estos centros. “Para mí es re normal eso, que te intenten ‘convertir’”, afirmó sentada sobre la cama.
“Mi familia pertenece a un lugar, de elite, donde a los 15 años tenés un baile en una época del año donde un chico te tiene que invitar. Se llama ‘El baila de jovencitas’”, explicó. “Eso se usaba para que los hombres pudieran ver a las chicas y supieran a quiénes podían elegir en un futuro. Para que te presenten el apellido y el nombre. Es ‘el’ evento de la familia, del año”, reveló Lucía.
Qué es un centro de conversión
Desde 1990 la homosexualidad ya no figura en el catálogo de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud, tras múltiples protestas por parte de asociaciones y sociedad civil. Sin embargo, existen lugares y personas que aplican terapias que buscan “convertir” a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Algunas de esas terapias son los exorcismos, electroshocks o las violaciones correctivas. También el maltrato físico, privación de la libertad, violencia económica.
Sobre las violaciones, en diferentes testimonios revelaron que las mujeres llegan a ser sometidas a violaciones consentidas por las familias para ver si manteniendo relaciones con un hombre “se les cura” su atracción por las mujeres.