La salud de la actriz estadounidense Shannen Doherty, conocida por sus papeles de Brenda Walsh en la serie Beverly Hills 90210 y de Jenny Wilder en La familia Ingalls, sigue empeorando. Fue el pasado mes de junio cuando la intérprete dio a conocer la última hora de su enfermedad tras haber sido diagnosticada con cáncer de mama. En ese momento, confirmó que tenía metástasis en el cerebro. Una noticia acompañada de unas imágenes que dejaron en shock a sus seguidores.
La actriz de 52 años lleva desde 2015 luchando contra un cáncer de mama que en 2020 llegó a evolucionar a un estado IV.
Recientemente, la actriz tuvo que someterse a una delicada operación como consecuencia de la enfermedad. Todo ello mientras atravesaba un arduo proceso de divorcio con Kurt Iswarienko, tras más de 10 años de relación. A pesar de estar haciendo frente a muchas y complicadas situaciones, ella siempre ha intentado mostrarse de buen humor.
Tras conocer su diagnóstico, la actriz explicó cuál sería el tratamiento al que se tendría que someter: “Terapia hormonal para bloquear el estrógeno que alimenta su cáncer, además de un segundo fármaco específico que a menudo es eficaz para estabilizar la metástasis”.
También anunció que, para el momento en que su estado de salud empeorase, se estaba planteando grabar una serie de mensajes y escribir cartas de despedida para sus seres queridos, para cuando ya no estuviese. Pero la actriz aseguraba que todavía se sentía “muy sana” para esto.
Sarah Michelle Gellar, protagonista de Buffy, la Cazavampiros y amiga de Doherty, ha concedido una entrevista a Access Hollywood en la que asegura que la actriz “es increíble. Cuando dicen guerrera, es porque es una guerrera”.
“Ella vive todos los días y está luchando”, afirma sobre la protagonista de Beverly Hills 90210. “Hay altibajos y hay días que son más difíciles que otros y hay algunos días que no son fáciles, pero a ella le está yendo muy bien”.
