En el Tribunal Federal de la ciudad de Nueva York, el icónico actor Robert De Niro, de 80 años, reconoció haber insultado y maltratado a Graham Chase Robinson, una antigua empleada que inició un juicio millonario contra él.
Robinson, quien trabajó para la compañía del actor, Canal Productions, durante 11 años, demandó a De Niro por supuesto trato indebido durante su empleo. En una audiencia reciente, De Niro testificó, a veces mostrándose irascible y nervioso.
“Esto es una vergüenza. No tiene sentido” dijo al momento de declarar. Cuando se le preguntó si había gritado a su exempleada, el actor respondió afirmativamente, admitiendo: “Sí. Está bien. La reté. Levanté la voz”. Sin embargo, De Niro aclaró que el hecho de gritar no era típico de su comportamiento y afirmó, “Yo no grito. ¿Quiere poner eso en disputa? Eso es algo que yo no hago”.
En lugar de usar un tono elevado, De Niro afirmó que podría haber empleado términos como “petulante”, “malhumorada”, o “mocosa mimada” para referirse a Robinson en lugar de gritarle o maltratarla.
La confrontación final entre De Niro y Robinson, según la revista People, ocurrió después de que la empleada no lo despertara a tiempo para una importante reunión programada. Esto llevó al enojo del actor.
Graham Chase Robinson no era una empleada común. Durante años, formó parte del círculo cercano de De Niro en Canal Productions, como vicepresidenta de Producción y Finanzas, hasta que fue despedida.
En 2019, la compañía demandó a Robinson por 6 millones de dólares, alegando que ella “miraba en exceso” series en Netflix mientras trabajaba, cargaba comidas a la tarjeta corporativa sin permiso y usaba recursos de su empleador para su beneficio personal.
Sin embargo, Robinson presentó una contrademanda contra De Niro y su empresa por 12 millones de dólares. En esta demanda, acusó al actor de comentarios sexistas, maltrato, creación de un ambiente de trabajo tóxico y asignación de “tareas laborales estereotipadamente femeninas”.
El abogado de De Niro, Richard Schoenstein, defendió al actor, afirmando que siempre trató a Robinson con “amabilidad, razonabilidad y generosidad”. En cambio, describió a Robinson como ”condescendiente, degradante, controladora y abusiva. Siempre se hizo la víctima”.