Silvana Díaz Coppoletta unió en su ópera prima, “Scafati. Palabra pintada”, sus dos pasiones: la realización audiovisual y las artes plásticas. La empresa fue, también, un homenaje a un amigo muy querido y admirado, como lo es el maestro Luis Scafati, a quien conoce hace años.
El documental, un viaje por la biografía y el universo creativo de este dibujante, ilustrador y escultor mendocino, tuvo su estreno el 25 de abril pasado en el Cine Gaumont de Buenos Aires, y el evento fue más que significativo, en un contexto de incertidumbre total para el sector e incluso para esa misma sala mítica porteña. Ahora, nos anticipa que en breve (a finales de este mes o en junio) llegará también a Mendoza. Oportunamente anunciaremos más información del estreno.
“Conozco a Luis desde hace varios años y me unen a él y a su esposa Marta Vicente el afecto y la admiración. Aunque claro, antes de conocerlo, ya lo admiraba “, comienza contando Díaz Coppoletta, haciéndose un espacio en un viaje por Canadá en búsqueda de financiamiento para su próximo proyecto como productora, “Brucher”.
Se explaya: “Presentamos al Incaa, junto a Ciro Novelli, mi socio en Curandero Producciones, el proyecto, que fue aprobado a finales del 2019. Cuando íbamos a comenzar a filmar, nos sorprendió la pandemia. La filmación se detuvo, pero seguimos trabajando en la pre-producción, en cuarentena, esperando poder rodar. Fue una gran experiencia trabajar con un grupo de profesionales de nuestra provincia, conformado en gran parte por mujeres y varias de ellas siendo cabeza de equipo, como Camila Menéndez, Thea Iudica, Jimena Díaz, Francesca Díaz Iudica, Lorena Mont, Luna Herrera, Carolina Morales y con la música de Juana Molina”, apunte sobre el equipo y el aporte original de la reconocida compositora y actriz.
-Como cineasta, ¿en qué elementos de la obra y la vida de Scafati quisiste hacer foco?
-Sentí una gran responsabilidad en tener la misión de mostrar su obra, fue un arduo proceso curatorial en el que tuve la ayuda de Luis, pero son tantos sus trabajos, que muchos no pudimos incluirlos. Es mi Ópera Prima, y en ella quise mostrar los mundos que habita, con sus tintas, sus palabras, su jardín, sus sueños y sus seres queridos, aquí, en Mendoza.
- ¿Cómo se dio el primer vínculo con Scafati y qué papel tuvo él en la elaboración del guion y el rodaje?
-Hemos compartido cenas, charlas y varios brindis, hasta que en un almuerzo en su jardín, con un colibrí que rondaba cerca, le dijimos que estábamos pensando en hacer un documental sobre él. Y aquí estamos, anunciando que luego del estreno el 25 de abril en el Cine Gaumont de Buenos Aires, se va a exhibir una semana más, hasta el 8 de mayo. El guion es de Ciro Novelli y con él nos adaptamos a las limitaciones que nos dio la post pandemia. En cuanto a la participación de Luis, más tuvo que ver con la consulta permanente sobre el cuidado de su obra, ya que fue intervenida en algunas ocasiones, con animaciones y en el afiche de la película. Afortunadamente, siempre estuvo muy conforme con el resultado.
-¿Cuál crees que es el legado de Scafati al arte mendocino y argentino?
-Creo que su legado excede nuestra provincia y nuestro país. Pero si debo pensar en Mendoza y Argentina, creo que su obra narra nuestra historia, tal vez sin proponérselo, de manera lúcida y con un humor que escapa a la literalidad y nos invita a pensar. Además, creo que es motivo de inspiración para sus pares y para los nuevos artistas. Esto lo veo en las pibas y los pibes de la Facultad de Artes de la UNCuyo, donde estoy terminando mi carrera.
- Cambiando de tema, ¿cómo vivís la incertidumbre que está pasando el cine nacional?
-El día que viajamos con Francesca, una de las productoras, no teníamos certeza de poder estrenar, pero finalmente pudimos hacer una prueba en la sala antes del estreno del jueves 25, que fue a sala llena, gracias al trabajo y compromiso de las trabajadoras y trabajadores del Gaumont, que a pesar de no tener certeza sobre su futuro laboral, estuvieron allí para nosotros. La incertidumbre que vivimos todas y todos los trabajadores del Incaa, productores realizadores es muy grande, al igual que todos los trabajadores de la cultura hoy en nuestro país.
Lo que se viene
- En este momento estás en Canadá con otro proyecto, “Brücher”, ¿qué podés adelantar de él?
-“Brücher” es un proyecto escrito y dirigido por Camila Menéndez y Mariana Guzzante, donde realizo la producción, junto a Cristina Escobar (España), ya que es una coproducción internacional argentino española, junto al Gatoverde Producciones, con quien ya producimos “Quinografía”.
-¿Y de qué trata?
-En el verano de 1991, en Mendoza (Argentina) se encontró el cadáver torturado y amordazado del botánico alemán llamado Heinz Brücher. El caso permanece en la oscuridad durante treinta años hasta que un periodista internacional decide reabrirlo para investigar las conexiones entre el científico asesinado, su pasado nazi, la creación de un virus vegetal y el robo del banco de semillas más grande del mundo en Stalingrado, durante la Segunda Guerra Mundial. Este proyecto está haciendo un maravilloso recorrido por festivales y mercados. Hotdocs en Toronto, es su sexta selección después de Ventana Sur, Doc San Pablo, Conecta Chile y Bolivia Lab. Contamos con el apoyo de Incaa, con esa cierta incertidumbre que mencionamos antes, y buscamos los socios y fondos que nos faltan.
