La novela El secreto del cofre, de la autora mendocina María Esther Funes, será presentada este viernes 21 de junio, a las 19, en en el Espacio Cultural Casa del Contratista (Almirante Brown 1761, Chacras de Coria).
La historia, con toques de suspenso y de realismo mágico, representa el debut novelístico de esta escritora, nacida en Luján y miembro del grupo literario La Trampa, quien antes editó su libro Mi vida en poemas y ha participado con textos líricos y narrativos en diversas antologías.
El secreto del cofre ha sido publicado por la editorial Glifo y cuenta con una ilustración de portada del artista Andrés Casciani. La presentación en sociedad de la novela estará a cargo de la profesora Marta Castellino.
En el texto de contratapa, escribe Luis Revol: “Toda novela de época suele dejar una fragancia en la sensación íntima del lector que paladea la obra. Los penetrantes aromas de los jazmines de Buenos Aires, así como los amenazantes efluvios de la Segunda Guerra, son algunas en las que se verán envueltos tanto el lector como los personajes. Más que a otros tiempos, la obra nos transporta a otro contexto, a un lugar donde podemos llegar a sentir nostalgia de algo que no hemos vivido. Nos encontraremos rodeados de los símbolos culturales de una Argentina de antaño; símbolos que aún perviven pero que aquí se saborean de otra forma, como si tuviésemos que encararlos por vez primera. Se hallará asimismo el lector dando un vistazo al ambiente artístico y literario de la década del treinta. Uno que otro prócer de la cultura nacional hará su aparición aquí, y no de modo caprichoso o meramente anecdótico, sino de forma natural y orgánica, formando parte integral del engranaje de la obra”.
Y continúa: “La narrativa, en efecto, nos permite transitar la idiosincrasia y los paisajes argentinos a través de los ojos de Céline, nuestra protagonista, y su abuelo Antoine, que en su asombro nos hacen sentir tan neófitos como ellos. A propósito de Céline, si bien puede parecernos una chica común y corriente que está entrando en la adolescencia, sabemos que algo más se oculta en ella, algo quizás más grande que ella misma, algo que desborda su capacidad de asimilación. Y allí subyace el mayor claroscuro de esta enigmática novela, cuyas fraguas de misterio van in crescendo: Céline parece representar la inocencia del mundo confrontada, inexorablemente y a veces a su pesar, a los secretos del Cosmos”.
Revol finaliza su análisis diciendo: “Toda novela de época suele dejar una fragancia en la sensación íntima del lector. Pero ésta nos deja además la intriga por las cosas fundamentales, la pregunta por el todo. Y quizás a través de los ojos de Céline, o en los secretos cotidianos de su familia, sospechemos detrás algo más grande”.