La trágica partida de Silvina Luna a los 43 años ha dejado un vacío en la industria del entretenimiento. Sin embargo, su legado es innegable, y uno de los momentos más icónicos de su carrera se remonta a sus inicios en la televisión argentina.
La rosarina, con tan solo 21 años, se aventuró a ingresar a la casa de Gran Hermano en 2001, un reality que cambiaría su vida para siempre.
Silvina, decidida a cumplir sus sueños en los medios de comunicación, se trasladó a Buenos Aires desde Rosario, donde había vivido una relación conflictiva con su familia.
Su historia es la de una luchadora incansable que, en medio de la crisis económica del país en la década de 1990, se encontró trabajando en un restaurante en Estados Unidos y modelando para agencias publicitarias.
Sin embargo, su gran oportunidad llegó cuando decidió anotarse en Gran Hermano, un programa experimental en ese momento.
“No sabía qué hacer y me anoté. Si entraba por lo menos iba a tener techo y comida por un par de meses”, reveló más tarde.
Así fue el ingreso de Silvina Luna a Gran Hermano y su casting
Su carisma y personalidad cautivaron a los productores, especialmente a Marcos Gorban, productor ejecutivo del formato televisivo. A pesar de ser la última en sumarse a la lista de participantes, Silvina logró entrar a la casa.
“Era la última persona de miles. La vimos, la entrevistamos y nos pareció fascinante. Fue la última y terminó entrando a la casa”, recordó Gorban.
Dentro de la competencia, Silvina se presentó al público como una persona sensible, cariñosa y frontal, con un fuerte carácter cuando se enojaba, pero también leal y confiada.
“Hace seis meses que estoy acá, en Buenos Aires. Empecé a trabajar en un restaurante como recepcionista y de relaciones públicas”, dijo en el casting.
“Tengo amigas que son como hermanas, porque hace mucho que las tengo, pero extraño mucho a mi familia. A mi mamá y a mi hermano. Me gustaría tenerlos acá. Soy una mina que lucha bastante, eso es lo que mis amigas y amigos admiran de mí”, agregó.
A pesar de ser la séptima eliminada en su primera etapa en el programa, su desempeño la llevó al repechaje, donde el público la eligió para regresar a la casa. Finalmente, quedó en segundo lugar, detrás del ganador Roberto Parra.
El famoso baile del meneaito que Silvina Luna impuso
Durante su tiempo en la casa, Silvina no solo ganó notoriedad por su personalidad, sino también por su famoso baile “El meneaito”. Este baile, que consistía en un movimiento de cintura, torso y piernas, la hizo aún más querida por el público y se convirtió en su sello distintivo.
El camino de Silvina Luna en Gran Hermano fue el trampolín que la llevó a la fama y la ayudó a cumplir su sueño de trabajar en los medios de comunicación.
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