La Fiesta Nacional de la Vendimia apostó esta edición por dos figuras, dos pesos pesados de la música nacional; Soledad y Lali son las artistas elegidas este año para las dos repeticiones de “Juglares de Vendimia”.
A medida que llegaba el público al Teatro Griego Frank Romero Day, el ambiente se fue preparando con la actuación de un ensamble de músicos mendocinos. Con la voz de Paula Neder, Aluhé, Érica Golvas, Francisca Figueroa, Sandra Amaya, Matías Maluko y Padawvn.
Acompañados por Leandro Lacerna en los teclados, Nicolás Diez en guitarra y Luis Jara en vientos, el grupo interpretó una serie de temas populares como “Gracias a la vida”, “Incosciente colectivo”, “Como la cigarra” y “Otoño en Mendoza”, entre otros.
Sobre el final, se sumó la participación especial del dúo Orozco Barrientos, quienes entre cuecas y tonadas encendieron a la platea, con “El amor puede salvar”, “Los ojos del amor”, “Vidita agua” y “Celador de sueños”, un clásico del dúo.
Tras la repetición del espectáculo “Juglares de Vendimia”, pasada la medianoche, el público pedía por la presencia de la Sole. La artista era la figura de la primera repetición de la Vendimia, y la segunda vez que pisaba el escenario del teatro griego.
La primera ocasión fue en el 2018, donde cantó junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza. En esta edición vino con su banda estable, como parte del tour Sigo siendo yo. Vestida de negro entró al escenario, con el calor del público que la esperaba.
La chacarera “La Vieja” y lo nuevo con Los Palmeras “La Marca” comenzaron el raid de canciones, que incluyeron clásicos y sus recientes lanzamientos.
“Muy buenas noches, ¿Cómo están? Qué alegría estar nuevamente en este teatro. Este es uno de los escenarios que nos pone nerviosos como banda, porque sabemos el cariño que le tienen a esta fiesta. Y siempre cuento lo mismo, que con 8 años estuve sentada allí soñando estar en este escenario. Gracias Mendoza por el aguante”, fueron parte de las palabras que compartió Soledad con sus fanáticos.
Con guitarra en mano le dio pie a interpretar “Sigo siendo yo”, parte de su reciente material. Le siguió el chamamé “Trasnochados espineles” y la chacarera “Entre a mi pago sin golpear”, acompañada por un cuerpo de baile, donde se sumó al baile, y encendió el recinto con “Adonata”.
Un repertorio bien folclórico con el que desplegó la fuerza que la caracteriza y se asume como “la chica rebelde” de la música popular. “Espero que me acompañen con todo, como si esto fuera una gran peña”.
“Zamba para decir Adiós”, “Zamba para olvidar”, “Póngale por las hileras” y “Calle angosta” fueron parte de los clásicos elegidos, al compás del grito cuyano.
Luego de un bis que incluyó cambio de look, la Sole volvió recargada y cantó “Tu cárcel”, un hit de los Enanitos Verdes, con toda la platea con los celulares encendidos. Le siguió “Aunque me digas que no” y “Yo no te pido la luna”, mientras se acercó al público.
Para la recta final, “Que nadie sepa mi sufrir”, “La suevecita”, “Se me ha perdido un corazón”, de Gilda y la versión de “Amores como el nuestro”, fueron suficientes para que la gente bailara y le imprimiera ritmo a la medianoche, después de una hora de show.
Una versión festivalera, en la que combinó los clásicos del folclore y hit de bailables, sin perder su estilo, ese que se renueva en más de veinticinco años con la música.