Susana Baca vuelve a Mendoza con todo su ritmo y amor

La artista peruana llega a Mendoza este lunes y antes de su show habló con Diario Los Andes de su pasado, su presente y la importancia de las raíces para los nuevos músicos.

Susana Baca vuelve a Mendoza con todo su ritmo y amor
Susana Baca

Del otro lado se siente la sonrisa de Susana. Sí, su sonrisa es poderosa y se siente a la distancia. Después viene su voz y una calurosa bienvenida. No nos conocemos, pero esta mujer tiene la capacidad de hacerte sentir cómoda, aún a la distancia.

Susana Baca no necesita introducción. Su música habla por ella. Su ritmo afrolatino la precede, pero siempre puede haber un despistado. La artista nació en Chorrillos, Perú, hace varios años. Tiene 78 años y es tres veces ganadora de los Premios Grammys Latinos. Fue Ministra de Cultura de Perú.

¿Por qué empezamos por lo laboral y no por detalles más personales? Porque eso lo cuenta ella en primera persona en su libro “Vengo a ofrecer mi corazón”, en donde juntó, una a una, todas sus memorias.

Este lunes llega a Mendoza para abrazar a todos con su música desde las 21 hs en el Teatro Plaza. Antes de su show, Diario Los Andes habló con ella en una charla sencilla, fresca y llena de cariño.

Susana Baca
Susana Baca

Acabas de llegar de Viena y presentaste tu libro, no paras...

Era necesario presentar mis memorias porque he vivido mucho y realmente creo que a los jóvenes músicos les puede servir mucho mis memorias porque estoy contándolo todo. Estoy contando las dificultades que tuvimos, el racismo. Todo lo cuento ahí

¿Cómo ha sido ser la referente de esta cultura negra aquí en Latinoamérica?

Eso ha sido bien interesante porque vengo de una raíz muy fuerte. He crecido escuchando a mis tías y a mi madre con todos sus problemas. Por ejemplo, ellas decían que los negros teníamos que tener un perfil muy bajo, muy bajo, porque éramos negros, o sea, no nos podíamos vestir de rojo, no nos podíamos vestir de banco porque había muchos prejuicios sobre eso. Yo me he liberado de todo eso. Me liberé de esa manera de pensar y entonces es interesante que yo le diga a los jóvenes que lo que tienes que hacer es: mirar en tu raíz, pararte en tu raíz, sentirte orgulloso de tu raíz y de ahí avanzando, avanzando con mucha fuerza y con mucho empuje.

Te ha tocado una época difícil para dar ese mensaje en un mundo tan globalizado y en donde muchas raíces se van perdiendo.

Yo pienso que el mundo globalizado es bueno porque te da espacios. A mí me ha dado espacios como, por ejemplo, encontrar en Austria hace años a un grupo que estaba expresándose con la música y tenía un violinista ruso, un percusionista hindú y un joven de los Estados Unidos tocando la Guitarra. Ese mundo es bueno, pero tú, antes de que la globalización arrase, tienes que tener tu raíz bien alimentada.

¿Y cómo se alimentan?

Bueno, regresando a las fuentes. Regreso a las fuentes, aunque ya me parezcan un poco fuera de lugar y todo, pero yo regreso porque es necesario.  es necesario. Algo vas a beber de eso que te va a servir para tus futuras creaciones.

¿Qué recordas de tus fuentes?

Las rondas que hacían en mi casa. Por ejemplo, en el verano, como vivíamos cerca de la playa, venían las tías de la ciudad. Con ellas compartíamos el domingo que es el día de celebración. Mis tías venían aquí a mi Casa de Chorrillos con comidas, con ceviche de pescado, con una causa, una cosa que se hace de papá deliciosa, y entonces compartíamos la comida, y después la música. Las tías nos nos obligaban a bailar porque decían, “son negros y no saben bailar, ¿qué es esto?” Nos ponían a bailar y nos daban premios a los que bailábamos bien.

¿Y ahí nació tu interés por la música?

Claro. Yo continué ya por mi cuenta escuchando, relacionándome con los viejos cantores. Toda una cosa muy bonita, muy bonita.

¿Cómo podrías definir vos tu carrera?

Es una carrera que ha sido muy difícil. Yo acabo de terminar mis memorias y mis memorias son de una mujer que ha luchado y que, felizmente, en una segunda etapa de su vida se ha encontrado con un hombre como Ricardo Pereira, y somos dos luchando contra el viento, contra la vida. Luchar sola es muy feo.

La voz afro del ‘sur’
La voz afro del ‘sur’

¿Qué es lo más duro contra lo que tuviste que luchar?

Lo más duro es que me hagan caso en mi país, que me respeten. Eso fue lo más duro. Me decían “señora, no cante poesía. A la gente no le gusta la poesía”. Y yo insistí hasta que lo logré. Es una poesía la que me abre las puertas del mundo. María Landó es una poesía que la escucha David Byrne y se enamora, de ese ritmo y de esa interpretación que yo hago. Tal es así que él la cantó en el disco “The soul of black Perú” (Disco de 1995 compilado por Byrne en el que reúne a las principales figuras de música afroperuana)

¿Cuál es tu lugar en el mundo?

Latinoamérica toda. Sí, yo quiero ir por toda Latinoamérica cantando. Hay conexiones en esa afro latinidad y en ese compás, esa polirritmia africana que hemos heredado de nuestros ancestros, de la gente que vino esclavizada de una forma terrible. Ellos nos han dejado esa herencia maravillosa

Y hay un vínculo muy particular que te une con la Argentina, de hecho, tus memorias llevan el título “Vengo a ofrecer mi corazón” que es una canción de Fito Páez.

Ay sí, ¡qué lindo! Fue una experiencia tan hermosa escuchar esa canción. Hace años que la escuché y me encantó, pero nunca la canté en el escenario con mis músicos. Cuando empezó la pandemia, yo repetía como un mantra, “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón. Fue la canción con la que empecé mi disco, un disco a capela completamente, sin mis músicos, a viva voz. Mi compañero, Ricardo Pereira, me veía sufrir porque no podía ensayar con mis músicos, no podía moverme a Lima, entonces él me dijo, “Susanita canta a capela, canta como yo te he conocido. Canta Susanita, yo te grabo”. Y realmente me grabó con un micrófono y grabó los vídeos con su teléfono. Eso fue un gran golpe como para decir, “tienes que entregarte porque la vida continúa”. Ese disco me dio un Grammy.

El disco de Susana ha sido un grito entre tanto silencio. La pandemia no pudo callarla, como tampoco las injusticias y la discriminación. Su música es bandera, su voz es insignia de una cultura que ya no milita el bajo perfil como pretendían otras generaciones. Susana es calor, color y vida.

Antes de que se termine la nota, Susana quiere mencionar que en su recital de Mendoza va a estar acompañándola el dúo Plana Martí, formado por los mendocinos Beti Plana y Polo Martí.

La invitación está hecha. Este lunes a las 21 en el Teatro Plaza de Godoy Cruz. Las entradas se pueden conseguir a través de la plataforma EntradaWeb.

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