Si bien todos los focos están puestos en los conciertos que Taylor Swift hace en Buenos Aires, es difícil dejar de lado su faceta de inversionista. Y es que, según estimaciones, los 53 conciertos que realizó en Estados Unidos este año contribuyeron con un total de 4.3 mil millones de dólares que posiblemente serán destinados a su otra pasión.
Si los conciertos agotados no fueran suficientes, la semana pasada la revista Forbes informó que Swift alcanzó oficialmente el estatus de multimillonaria. Según el Wall Street Journal, se estima que aproximadamente 150 millones de dólares de su fortuna provienen de inversiones.
Adquirir propiedades parece ser un gusto que la cantante tuvo desde muy joven, ya que, con 20 años (en 2009), compró su primera mansión. Se trata de una casa de 1000 metros cuadrados situada en Nashville, Tennessee, donde Taylor Swift inició su carrera musical. En la zona tiene dos propiedades muy cerca de su estudio de grabación: la primera es un departamento valuado en 1.99 millones.
La segunda propiedad fue adquirida por Taylor en junio de 2011 y le costó 2.5 millones. Esta vivienda, que fue un regalo para sus padres, se ubica en el suburbio de Forest Hills y se trata de una mansión estilo griego que cuenta con cuatro dormitorios, cuatro baños, una casa de huéspedes y una impresionante piscina.
Swift también es dueña de dos propiedades en Los Ángeles. Una de estas, la The Goldwyn, creada en 1934, es de estilo georgiano y solía tener como visitantes a Charles Chaplin o Clark Gable porque su anterior dueño fue Samuel Goldwyn. Comprada en 2015, Taylor Swift pagó 25 millones de dólares.
La segunda propiedad de Taylor en Los Ángeles, que acabó vendiendo años después sacándole una rentabilidad de medio millón de dólares, se encuentra en el barrio de Beverly Hills y la compró en 2011 por 3.55 millones. Esta vivienda solo tiene tres dormitorios y tres baños.
Al otro lado de su país, cuenta con otra icónica mansión. Ubicada en Watch Hill, Rhode Island, Swift adquirió la propiedad en 2013 a cambio de casi 18 millones de dólares. Esta incluye una casa histórica ubicada frente al mar de 3000 metros cuadrados, siete habitaciones y nueve baños.
En 2014, Swift adquirió dos penthouses adyacentes en Nueva York, en un antiguo edificio que perteneció a Peter Jackson, por un total de 20 millones. La artista transformó esta inversión en un dúplex de 10 dormitorios, 10 baños, una sala de billar y una impresionante escalera de barrido.
En 2017, Taylor Swift adquirió otra propiedad en Tribeca por la cual desembolsó 18 millones, ubicada justo al lado de su dúplex. Esta casa adosada de tres pisos, construida en 1915, cuenta con una escalera de acero personalizada, una terraza y una espaciosa suite principal en el tercer piso. Además, posee un cine en casa, un gimnasio, un baño de vapor, un bar y una suite para invitados con entrada independiente.
Para 2018, Taylor compró un departamento de 330 metros cuadrados en el mismo edificio donde contaba con un dúplex. Haber pagado casi 10 millones de su moneda, elevó el valor total de sus propiedades en este bloque de Tribeca a unos 48 millones.