En la era de las adaptaciones sinfónicas, que Los Beatles fueran la grandísima inspiración de este tipo de propuestas era solo cuestión de tiempo. Y qué bien resultan sus canciones, esas pequeñas gemas, reimaginadas en dimensión orquestal.
Es que esa es la palabra justa: todo consiste en reimaginar. Así lo define la gacetilla de prensa de “The Beatles Symphonic Fantasy”, que se presenta este domingo 25 de agosto, a las 21, en el Arena Maipú Stadium. Las entradas están disponibles en Tuentrada.com y boletería del Arena (arrancan en los $20.000).
El cerebro detrás del show es Damián Mahler, hijo de Ángel, que nos remite a la saga de musicales más exitosos de la historia argentina. Por eso vvió rodeado de infinitas melodías desde chico, y a esa edad también se dio su primer encuentro con los Fab Four.
“Cuando cumplí 13 años y empezaba a dar mis primeros pasos en la música, me regalaron 3 cd’s y uno de ellos era de The Beatles”, recuerda el músico. “Ahí inicia un camino que día a día se va haciendo más grande, como a todos los que les gusta este grupo, llegamos prácticamente a niveles de obsesión”, ríe.
Nada indicaba que años después iba a zambullirse en el minucioso proceso de arreglar esos clásicos para una orquesta dirigida por él. Fue un reto lleno de satisfacción, pero no pocos desafíos, que culminó en un Luna Park desbordado y ahora una exitosa gira.
“El gran desafío con The Beatles es elegir un repertorio de un poco más de dos horas donde no dejes valiosísimas canciones afuera”, explica. “El público se encuentra con sus clásicos favoritos como ‘Come Together’, ‘Hey Jude’, ‘Help!’, ‘Let It Be’, ‘Something’ o ‘Here Comes The Sun’, pero además con versiones que no escuchó nunca hasta ahora como, por ejemplo, medleys donde pasamos de una canción a otra con un puente instrumental o con canciones de la época Beatlemanía presentadas a modo de pupurrí, que generan siempre un estallido en el público”.
-¿Cómo surgió la idea de este espectáculo?
- Es un proyecto nacido en pandemia junto a Javier Fernández (CEO de Sira) que fue creciendo y mutando hasta llegar a lo que es hoy. Teníamos el impulso inicial compartido de generar una experiencia audiovisual impactante que partiera de la fusión de una banda de rock cantando y tocando los temas y una orquesta sinfónica junto a toda la majestuosidad que brinda. Desde fines de 2023 estamos girando, y comprobamos ya habiendo recorrido grandes venues de México, España, Chile y Argentina, que esta música no solo es universal sino que además abarca y atraviesa generaciones.
-Es una música que, como pocas, une a todos los públicos y todas las generaciones.
-Recibimos del público ese entusiasmo de familias unidas a través de la música de The Beatles, que forma parte de su vida diaria y vienen a viajar en el tiempo con nosotros y recordar esas tardes de vinilos, cassettes, o CD’s. Nos damos cuenta, una vez más, que esta música es pasado, presente y futuro. Han generado un impacto tan grande y duradero que es realmente difícil dimensionar y esa atemporalidad es la que hace que estemos hoy haciendo este espectáculo en homenaje a ellos.
- Ahora bien, ¿cómo balancear el respeto por la obra de Los Beatles y ofrecer al mismo tiempo algo novedoso?
-Creo que es una interpretación respetuosa de su obra porque todo lo que se agrega es, siento, elementos que están de alguna manera sugeridos en su música. Buscamos constantemente el punto justo entre el aspecto pop/rock de la música de The Beatles y la grandilocuencia de lo sinfónico. No deja de tener el espíritu de recital de rock y esa cercanía con los originales, con las voces, con la particularidad de que se suma la solemnidad de la orquesta sinfónica que amplifica la potencia de los temas. Estoy muy orgulloso de la forma que ambos mundos se complementan en este espectáculo, y las versiones las hice con conciencia especial por el hecho de partir desde ese respeto inmenso que tengo por esta música.
-Hace pocos meses ofrecieron este mismo concierto en el Luna Park. ¿Cómo fue la recepción del público?
-Ese Luna Park repleto y vibrando con nosotros fue realmente inolvidable. Es un orgullo poder imaginar estas propuestas y que tengan un recibimiento apabullante como este. Creo profundamente en la potencia de esta unión entre el mundo de la música popular y la música sinfónica, y el nivel de disfrute del público nos entusiasma a ir por mucho más.