Pocas son las películas que nos meten con amabilidad y simpleza en un mundo cotidiano, donde aparentemente nada extraño pasa, pero que al final de la experiencia una cachetada demoledora te hace replantear todo. Es la magia del cine, que nos abre una ventana de temporalidad imposible: no en vano “el cine pasa más rápido que la vida y la literatura más lento”, tal como escribió alguna vez un famoso escritor argentino. Para ejemplificar lo rápido que puede pasar una película basta ver “Boyhood: Momentos de una vida” (de 2014, en Netflix), del director Richard Linklater, uno de los grandes poetas del tiempo cinematográfico.
Filmar el paso del tiempo ya lo había probado en la trilogía “Antes de...”, con Ethan Hawke y Julie Delpy, en la que los mismos personajes se reencuentran cada nueve años para continuar la historia.
Pero en “Boyhood” la apuesta fue más radical, porque filmó durante 12 años el crecimiento de Mason (Ellar Coltrane). En casi tres horas, vemos a un niño de 5 años que pasa a ser adolescente y, en el medio, sucede la vida misma: la relación entre sus padres divorciados, la escuela, la primera vez que se enamora, la elección de una vocación, su relación con su hermana mayor, y tantas cosas más. Pocas veces hemos visto una “coming-of-age” tan conmovedora y tan explícita: vemos cómo la pubertad transforma a los dos hermanos, y las arrugas en sus padres aparecer.
A veces la sucesión de los días en la vida de cualquiera de nosotros es tan monótona que no percibimos lo extraordinario que sucede ahí. Esa es una de las tantas verdades que nos inocula esta película.
Linklater es un director sagaz y diseñó un plan de rodaje a largo plazo bastante ambicioso: filmar durante una semana al año, durante 12 años. Arriesgando así la continuidad del proyecto a los contratiempos, peleas e imprevistos. Aún así se concretó, dando como resultado una suerte de milagro que valió ciertamente sus buenos premios: seis nominaciones a los Oscar, resultando ganadora de Mejor Actriz de Reparto Patricia Arquette, en el papel de la madre de Mason.
Las actuaciones en efecto son notables. Además de la de ella, Ethan Hawke interpreta al padre y Lorelei Linklater (hija del director) la hermana mayor.
“Boyhood” está disponible en Netflix y (contrariamente a las series o a algunas películas que pueden pararse y reanudarse sin problema) exige paciencia, concentración y corazón abierto. Verse de una sola vez, con la luz apagada y, en lo posible, en un televisor.