“Barbarian” es una película incómoda y demencial. Pasea a los espectadores por los pasadizos de sus propias pesadillas y avanza tan rápido, y de una forma tan descarada, que nos obliga a preguntarnos todo el tiempo: “WTF?!”. Puede verse en Star+ y con justo derecho se ha levantado como una de las mejores películas de terror del año, puesto que tiene un planteo que rehúye al común de las producciones de este género. Un aplauso para el director, Zach Cregger, quien debuta con una opera prima alabada por la crítica unánimamente (como pocos).
Para empezar, podría decirse que la película es en realidad dos historias diferentes empalmadas por un hecho terrorífico azaroso. Personajes que caen en situaciones límites de pura casualidad. No hay linealidad ni previsibilidad, de hecho. Pero, sobre todo, juega con nuestras expectativas y con los hábitos que vamos adquiriendo al ver cine: en “Barbarian” la lógica se rinde a la falta de orden que tiene la vida misma.
Primero tenemos a Tess (Georgina Campbell) y Keith (Bill Skarsgård), dos desconocidos que por un error de la plataforma de hospedaje (palito para Airbnb) terminan alquilando la misma casa, en las afueras terroríficas y abandonadas de Detroit. Antes de pasar la noche en el auto, en una zona tan insegura, Tess acepta la invitación del desconocido de quedarse a pasar la noche en la casa. Le ofrece, de hecho, su propia habitación.
De entrada la cinematografía juega con la idea del psicópata al acecho. Sin embargo, no spoilearemos lo que sucede, porque el guion corre de forma tan desenfrenada e imprevisible que, cuando menos lo esperamos, estamos viendo una película totalmente distinta a la que pensábamos ver.
Después conoceremos a AJ (Justin Long), un productor cinematográfico que termina cruzándose en la historia de una manera azarosa e incluso cómica. La risa del espectador, por supuesto, durará poco.
La crítica ha dicho que “Barbarian” es “demencial”, “un viaje perverso”, “divertida, brutal, inteligente” y muchos elogios más. Lo cierto es que, guste o no al final, es una película que se deja ver, que sorprende y que cumple su función de sacar nuestros miedos internos. En definitiva, totalmente recomendada.