Este lunes, Masterchef recibió una visita más que especial. Zaira Nara llegó a las cocinas y el jurado tenía preparado un desafío diabólico en el que las hermanas tenían que cocinar juntas, pero muy juntas. Del resultado de su plato dependía la suerte de los participantes que contarían con más...o menos segundos.
Las hermanas Nara tenían que preparar un omelette en 7 minutos, unidas por un delantal doble y cada una de ellas sólo podía usar una mano. Si el huevo estaba bien, el jurado les daba 5 minutos más a los participantes, si les volaba la cabeza les daban 10 y si estaba mal les quitaban 5 minutos.
Algunos de los participantes eran optimistas, pero otros temían por lo que podían hacer las hermanas, que decidieron hacer un omelette clásico, tres huevos, jamón y queso. El jurado les hizo las cosas más difíciles y para ejercer presión se acomodaron en la estación en la que cocinaban.
Con mayor dominio de la cocina, Zaira era la voz cantante del dúo, mientras que Wanda estaba tentada desde el minuto uno. “Esta vive a omelette y nueces” dijo la conductora de Masterchef cuando le plantearon el desafío, confiando en que su hermana podía hacerles ganar tiempo a los participantes.
A la hora de defender el plato, Zaira estaba con los tapones de punta. “El queso ahí derretido es una cosa de locos, valoren la parte del jamón, sientan que está crocante”. Las hermanas aprovecharon para probar la comida que cocinaron y estaban convencidas que los participantes merecían 10 minutos más.
Mientras Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui deliberaban, Wanda los amenazaba: “Deja un poco porque si dicen que está mal se lo voy a hacer probar a todos los participantes. Piensen bien lo que van a decir porque les hago probar a todos”, lanzó amenazante.
“Mañana no me llames Betular”, le dijo Zaira a su amigo Damián. Finalmente, el jurado llegó a la conclusión de que el omelette estaba bien y solo les dieron cinco minutos más a los cocineros. “Que garcas”, lanzó Zaira cuando escuchó la devolución.