Por esas cosas de la bella y extensa geografía argentina, la primavera explota en el territorio nacional, pero en algunos sitios aún es posible vestirse de invierno y saborear sus mieles.Por ejemplo deslizarse por La Hoya en su nieve aún presta, surcar un bosque de lengas con raquetas, conocer los alerces milenarios y alojarse en el lujo patagónico. ¿Qué más se puede pedir?
Esquel, en la provincia de Chubut, es la base para disfrutar de aventura y rélax. A medida, a 300 kilómetros al sur de Bariloche, la localidad cordillerana se asemeja a un anfiteatro custodiado por los cerros que la rodean, Nahuel Pan y el Cordón Esquel.
No perdamos tiempo: a sólo 10 kilómetros, el centro de esquí chubutense, reconocido internacionalmente por la calidad de su nieve en polvo y la tranquilidad de sus pistas, sigue ofreciendo por estos días un escenario ideal para la práctica de esquí alpino, de fondo, snowboard, freestyle y fuera de pista, a lo largo de 60 hectáreas. La gastronomía como para disfrutar de la nieve y retomar fuerzas, también dice presente. Es que su rasgo distintivo se debe a la orientación del cerro, que le permite conservar la calidad de nieve en polvo hasta octubre inclusive, y poder realizar actividades outdoors. Una de ellas son las caminatas con raquetas, divertido y para toda la familia. La idea es meterse en la montaña y descubrir sus rincones mientras el guía habla de las historias de los que nos precedieron.
Los míticos alerces
El Parque Nacional los Alerces se encuentra a escasos 50 kilómetros de la urbe. Su sino es la belleza de la flora y fauna nativa entre ríos y lagos. Como si fuera poco cobija a una especie vegetal milenaria: el alerce. Este árbol de crecimiento lento, puede llegar a vivir entre 3.000 y 4.000 años y medir hasta 70 metros de altura. Por sus dimensiones, 263.000 hectáreas, se accede al parque de diversas maneras: contratar la excursión terrestre a través de las agencias de turismo, en auto por la ruta 259 y 71 o tomar un micro de transporte público en la terminal de ómnibus de la ciudad. Cabe señalar que puede ser recorrido por su ruta troncal así como realizar diferentes actividades como caminatas, trekking o la contemplación de la naturaleza en toda su magnitud.
Nadie quieto, esto es aventura
Ahora la idea es descubrir el glaciar colgante del cerro Torrecillas, dentro del Parque Nacional Los Alerces. El punto de partida es el Puerto Chucao, con una apacible navegación por el brazo norte del lago Menéndez. Una vez en tierra y luego de un rico almuerzo, da inicio el trekking hacia la Laguna del Antiguo, desde donde se avistará, unas horas después, el glaciar.
Los primeros ejemplares a la vista son los coihues bonsai, que acompañan un viejo cauce de rocas de origen aluvional. El camino conduce al arroyo Torrecillas para divisar la margen sur del glaciar.Tras un corto tramo, se accede a 760 metros sobre el nivel del mar, para quedarse mudo ante las aguas verdes esmeralda de la Laguna del Antiguo, poblada de inmaculados témpanos, y el glaciar colgante, a 1.900 metros de altura.
Otra excursión impactante es hacia los túneles de hielo. Comienza con un recorrido en 4x4 que asciende por las laderas del cerro La Torta, en medio de un multicolor bosque de lengas, musicalizado por los arroyos. Continúa con una etapa de trekking en subida hasta los 2.200 metros, pero el esfuerzo vale la pena: una gran cascada en forma de “v”, con nieve en su interior, se descongela de adentro hacia afuera, lo que da origen a una serie de impresionantes túneles transparentes, ¡que pueden recorrerse a pie!
Hazaña Futaleufú
El Complejo Hidroeléctrico Futaleufú, una impactante obra de ingeniería construida sobre el nacimiento del río homónimo, en el extremo sur del Parque. Fue toda una hazaña el trabajo de anegación de cuatro lagos: Situación, Quiñe, Epu y Cula, pero dio sus frutos: a más de cuarenta años de su construcción, aún hoy provee el 85 por ciento de la electricidad que utiliza la planta de aluminio Aluar, en Puerto Madryn, mientras que el resto de la energía generada se orienta a Esquel y ciudades aledañas. El imponente embalse cubre una extensión de 9.200 hectáreas y la presa, construida de materiales sueltos, posee una altura de 120 metros. Dos horas son necesarias para recorrer todo el predio, comenzando por cuatro kilómetros de caminata en zigzag, ascendiendo hacia la parte superior de la represa. Un camino de baja dificultad culmina en una impactante vista del lago artificial Amutui Quimey, que significa “belleza perdida” en mapuche, ideal para disfrutar de una navegación o simplemente del sol patagónico en un ámbito distendido. Por su parte, el sendero interpretativo permite comprender la historia del complejo en su contexto histórico y conocer el funcionamiento de la presa General San Martín, la casa de máquinas y la aplicación del sistema de aducción, que traslada el agua desde la presa a las turbinas y de allí nuevamente al río Futaleufú.
En los meses de noviembre y diciembre se organizan salidas de pesca, aunque también es posible disfrutar de un baño en los piletones naturales de aguas transparentes o conocer algunas cascadas cercanas como Los Tambores, de unos diez metros de altura.
Por la estepa
Sobre la ruta de ingreso a la ciudad, una docena de caballos pastando completa el cuadro de campos cultivados y montañas recortadas en el cielo azul; la postal corresponde a la chacra Los Álamos. Héctor es el nombre del dueño de casa y guía a cargo de las ya tradicionales cabalgatas rurales. Las salidas pueden durar desde una hora, recorriendo los alrededores del Valle Chico, hasta una jornada completa, ascendiendo hasta la zona de Nahuel Pan, e incluso recorriendo la montaña. El rasgo distintivo de la excursión es la atención personalizada del guía baqueano, que ameniza como pocos el paseo, y la posibilidad de relacionarse con la naturaleza de un modo distinto, usando el caballo como medio de exploración. Las cabalgatas de Héctor reúnen las mejores vistas panorámicas del paisaje patagónico, acompañadas de una buena dosis de aventura.
Piedra Parada
Una imponente piedra de origen volcánico de 240 metros de altura aparece inesperadamente en plena estepa patagónica y en medio del valle del río Chubut. La visita a Piedra Parada es una excursión arqueológica que permite apreciar los resabios de esta zona habitada hace más de 5.100 años, a través de sus pinturas rupestres. Para acceder a esta Área Natural Protegida se realiza el recorrido en auto, saliendo de Esquel por la ruta 40 primero, y por la ruta provincial 12, luego. Son 82 kilómetros en total, de los cuales 65 son de ripio. Se recomienda destinar un día completo.
En caso de contratar la visita a través de una agencia de viajes, la compañía de un guía especializado facilitará la comprensión de su riqueza geológica. El Cañadón de la Buitrera completa el paseo, ya que su entrada se encuentra próxima a la zona de Piedra Parada. Se trata de un embudo de 5 kilómetros de largo formado por paredones de 50 metros, y extrañas formas que permiten jugar con la imaginación. También se destacan como atractivo especial para los escaladores.
Las Bayas, el hotel ideal
Sus 10 habitaciones se caracterizan por su cuidada y personal decoración, sus amplios espacios y la compañía permanente de la luz natural y del paisaje cordillerano. Cuidan cada detalle para que la estadía sea una experiencia inolvidable, amigable e íntima. El lobby es el espacio indicado para relajarse, disfrutar de un exquisito desayuno, un aromático café o saborear alguna de las propuestas de cocina de autor regional. El Restaurante, Bar & Coffee Eloísa ofrece almuerzos y cena, donde se destacan productos como la Trucha Arco Iris, los Frutos Finos, el capón y las especias de los campos Patagónicos. Por la tarde también sirven un sabroso café Nesspreso en nuestras variedades, té o infusiones, y saborear deliciosas tortas y mini patisserie.
Más información
Servicio de anfitrión
Estacionamiento. Seguridad 24 hs. Desayuno degustación. Biblioteca. Videoteca. Lavandería. Transfers desde y al aeropuerto. Paseos y excursiones.
Programas de ski y snowboard, alquiler de equipos, traslados al cerro. Room service 24 hs. Hidromasaje en todas las habitaciones. Sábanas 100% de algodón.