La historia de los Oscar sin sus papelones y bloopers no sería, sencillamente, la historia de los Oscar. Los premios más importantes del cine tienen una verdadera saga de desastres frente a las cámaras, que todos los años (pese a las evidentes bajas de su audiencia) siguen congregando a millones de espectadores en todo el mundo.
Los cinéfilos atentos a los aniversarios y las fechas especiales recordarán con sorpresa el 26 de febrero de 2017, pues ya pasaron cinco años de aquella vez, cuando se vivió el momento más incómodo jamás filmado. Un repaso por los bloopers y desastres que casi amenazan la gala a lo largo de su historia.
1 - Un malentendido
Pese a que en 2021 fue la penúltima entrega, lo cierto es que tradicionalmente el de Mejor Película es el galardón más importante de la noche. Así lo entendieron los integrantes de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood en 2017, cuando confiaron a Faye Dunaway y Warren Beatty para que entregaran esa estatuilla al final de la gala.
No estaban ahí por un azar: se cumplían nada menos que 50 años de “Bonnie and Clyde”, donde ambos interpretaron a la célebre pareja de bandidos. ¿Pero quién tuvo la culpa de anunciar mal al ganador? Beatty abrió el sobre, leyó la tarjeta y, tras dudar unos segundos, se la mostró a Dunaway, quien rápidamente y con una sonrisa de oreja a oreja pronunció: “La La Land”.
Alegría total. El equipo del musical dirigido por Damien Chazelle subió al escenario y no sospechó un segundo que pudiera existir un error, pues el filme había ganado seis de sus catorce nominaciones y era realmente la gran ganadora de la noche. Era el broche de oro para una gran producción.
Pero instantáneamente se generó un clima tenso, con personas corriendo de un lado a otro del escenario. Después de deliberar entre algunos, tomó valentía Fred Berger, productor de la película, y señaló: “Por cierto, hemos perdido”. Nadie entendía qué pasaba. “Hubo un error. ‘Moonlight’ ganó como mejor película. No es una broma”, agregó Jordan Horowitz, otro de los productores.
La cara del público presente en el Dolby Theatre da cuenta de la situación. Nadie podía creerlo. Y menos el equipo de los verdaderos ganadores.
2- El nudista
Una secuencia surrealista se vivió en la transmisión de 1974, cuando un hombre desconocido cruzó el escenario desnudo haciendo el símbolo de paz con la mano, mientras el actor británico David Niven intentaba presentar a Elizabeth Taylor.
Afortunadamente la diva no tuvo que sortear el mal momento, hoy recordado como hilarante, gracioso, divertido. Lo cierto es que tal falla en el sistema de seguridad de la gala alertó a muchos, puesto que trascendió que el nudista era Robert Opel, un fotógrafo que había sido acreditado en la prensa del evento y había logrado infiltrarse tras bambalinas. Algunos piensan también que necesariamente tuvo que haber otros organizadores involucrados. Nunca se sabrá.
Niven, con su humor inglés, encontró la ironía más fina: “Es fascinante pensar que probablemente, la única carcajada que ese hombre ha arrancado en su vida ha sido mostrando sus pequeñeces”, dijo.
3- Un robo de película
Una auténtica película se vivió en los días previos a la ceremonia del 2000, cuando unos ladrones de poca monta se hicieron con el botín menos pensado: las 55 estatuillas de la ceremonia, que fueron hurtados en un muelle de Road Way, en los suburbios de los Ángeles, ocho días antes de su entrega.
Ese año la favorita era “American Beauty”, la recordada película con Kevin Spacey, pero una serie de eventos digna de un policial desviaron la atención. Bruce Davis, portavoz de la Academia en ese entonces, pidió calma . “La 72ª ceremonia no peligra”, aseguró. “Sospechamos que los ladrones desconocían lo que contenían las 10 cajas que robaron, así que si las devuelven simplificarán su problema y el nuestro”.
Ciertamente, todo indicaba que los ladrones no sabían el contenido de las cajas que habían sustraído. Las estatuillas, bañadas en oro de 24 quilates, habían sido fabricadas en Chicago, como usualmente sucede, y estaban siendo transportadas a Hollywood.
El FBI llegó a formar parte de la investigación y la compañía transportista ofreció una recompensa de 50 mil dólares. Los ladronzuelos, buscados por todo Hollywood, terminaron abandonando las cajas en un contenedor de basura del barrio coreano de Los Ángeles. Allí fueron encontradas por una persona que buscaba cajas para una mudanza.
4- Un Dior en el piso
Jennifer Lawrence es una actriz inmensa, pero está lejos de considerarse a sí misma una diva: se ríe de los protocolos, de las preguntas de los periodistas, de la moda y de sus bloopers, que suman millones de emojis de risa en las redes sociales.
Su momento más “emblemático” fue en 2013, cuando ganó a Mejor Actriz por su papel en “El lado luminoso de la vida”. Cuando estaba subiendo las escaleras, el ostentoso modelo de Dior que llevaba, o quizás un mal movimiento a causa de los nervios, le provocó una caída que quedaría en la memoria de todos los cinéfilos. El momento quedó captado por las cámaras.
Mientras levantaba el hombrecito dorado, bromeó: “Gracias. ¡Ustedes se están poniendo de pie sólo porque se sienten mal porque me caí!”.
Pero no fue su único paso por el suelo del Dolby Theatre. En 2014 pasó lo mismo pero en la alfombra roja. Todo indica que Jennifer Lawrence no se lleva bien con los enormes vestidos de gala.
5- El delivery llegó
A Ellen DeGeneres le tenemos que reconocer algunos de los momentos más divertidos de las últimas galas, como la selfie que se convirtió en el tuit más compartido de la historia de esa red social.
En 2014 sorprendió a la platea del Dolby ofreciendo porciones de pizza a las estrellas. La ceremonia, dicen, se había retrasado y la gente tenía hambre, por lo que no dudó en pedir delivery a Big Mama’s & Papa’s Pizzeria y montar su propio show.
En ese momento se cayeron las etiquetas y se desabotonaron los fracs: Brad Pitt repartió platitos de plástico y servilletas, Meryl Streep no dudó en aceptar una porción y Julia Roberts pegó un grito para que le guardaran una con mucho queso. Jennifer Lawrence se divirtió comiendo, mientras que Leonardo DiCaprio rechazó amablemente la comida.
DeGeneres, después del bizarro momento, le pidió una propina a Sandra Bullock, quien se negó aduciendo que no tenía efectivo.