“Impeachment”, la tercera entrega de la serie de antología “American Crime Story”, llega hoy a la plataforma Star+. En esta oportunidad, retrata el escándalo que en los ‘90 protagonizaron el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y la pasante de la Casa Blanca Monica Lewinsky. Su propuesta revisita en clave contemporánea las experiencias de las mujeres involucradas en el episodio.
Se trata de la sucesora de “The People v. O. J. Simpson” y “The Assassination of Gianni Versace”, las dos temporadas previas de la producción creada por los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski, que tiene entre sus productores ejecutivos al reconocido Ryan Murphy y a la propia Lewinsky.
La presencia de su nombre entre los responsables de “Impeachment” es en sí misma un adelanto de la mirada que atraviesa estos diez capítulos, una que se centra en el lado B del sensacionalismo y la espectacularización con la que se abordó el tema y que cuestiona el tratamiento mediático que recibió el caso de abuso de poder más resonante de la historia política del país del norte.
Con ese visto bueno y un guion basado en la novela “A Vast Conspiracy”, de Jeffrey Toobin, la entrega despliega mediante saltos temporales la cadena de circunstancias que estallaron en 1998 con el famoso “Sexgate”, que destapó esa compleja trama de mentiras y ocultamientos elaborada por Clinton detrás de su imagen pública.
Es que si bien es “vox populi” pero pocas veces recordado de esa manera, el de Monica Lewinsky no fue el primer comportamiento abusivo que se conoció por parte del exmandatario: las raíces del tumultuoso panorama se encuentran en la denuncia de Paula Jones, encarnada en la serie por Annaleigh Ashford, una trabajadora estatal que en 1991 lo acusó de haberla acosado sexualmente.
Dos años más tarde, Kathleen Willey, una voluntaria de la Casa Blanca, también aseguró que Clinton había abusado de ella, pero al igual que la causa de Jones, su relato se perdió en forma de rumor y fue desestimado por los medios y la Justicia.
No fue hasta 1998 que todos los antecedentes reflotaron debido a una amistad devenida en mero interés entre Lewinsky, interpretada por Beanie Feldstein, y Linda Tripp, una rencorosa empleada a cargo de la genial Sarah Paulson, la actriz fetiche de Ryan Murphy que ya había tenido un destacado paso en la primera entrega de “American Crime Story”.
Durante dos años, Tripp -quien ya había intentando sin éxito escribir un libro sobre el suicidio de un asesor presidencial- cultivó una estrecha relación con la exbecaria de veintitantos, que para ese entonces había sido desplazada de la Casa Blanca con destino al Pentágono. Curiosa y solícita pero también obstinada y con intenciones tan nobles como dudosas, la mujer convenció a la joven de que confiara en ella para develarle quién era la persona con la que había estado involucrada en la intimidad.
La magnitud de la figura en cuestión -con el inglés Clive Owen en el papel- resultó una tentación irresistible para Tripp y la editora literaria Lucianne Goldberg (Margo Martindale), quien rápidamente le sugirió que comenzara a grabar sus charlas con Lewinsky para tener evidencia real del affaire, que más tarde llegó a manos de un abogado independiente que investigaba al mandatario por otras causas.
Engañada con frases edulcoradas y promesas por parte del hombre que utilizó su posición de poder para mantener en las sombras sus infidelidades, Monica se transformó además en un peón para una oposición que vio la oportunidad perfecta para golpear a Clinton, al descubrirse que había obligado a la pasante a firmar una declaración jurada que negaba cualquier vínculo entre ambos, en el marco de la causa de Paula Jones.
La trascendencia de la noticia también empujó a Juanita Broaddrick y Leslie Millwee, otras dos mujeres que aseguraban haber sido abusadas por el expresidente, a sacar a la luz sus propias experiencias; al mismo tiempo que los flashes de las cámaras, las amenazas y el venidero proceso judicial se cernían con intensidad sobre Lewinsky.
Revictimización tras revictimización, la protagonista se transformó en el blanco de maltratos de la opinión pública y de la prensa mientras Clinton era el rostro de delitos de perjurio y obstrucción a la Justicia tanto en tribunales como en el Senado durante su proceso de destitución, de los que salió lo suficientemente airoso y, sobre todo, sin una condena ni judicial ni social por las denuncias que recaían sobre él.
El escándalo, un recuerdo que durante años suscitó más chistes que reflexiones, tiene hoy espacio en la abundante oferta de contenidos audiovisuales gracias a las profundas secuelas que tuvo la aparición del movimiento #MeToo y las oleadas de acusaciones contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein.
La irrupción del colectivo que dio a conocer la violencia de género arraigada en la industria explica en ese sentido el porqué de producciones similares como la reciente “Pam & Tommy”, sobre el famoso video sexual de Pamela Anderson y su exmarido, Tommy Lee; y fue el puntapié para que otro sinfín de espacios revisaran sus haberes en materia de machismo y desigualdad.
Por supuesto, la política no quedó afuera y el caso recreado en “Impeachment” fue el primero en la lista, con funcionarias y feministas demócratas reconsiderando públicamente su falta de apoyo hacia las víctimas y con la misma Lewinsky cuestionando las declaraciones que había dado en los ‘90, en las que aclaraba que la relación había sido consensuada: “Fue un asqueroso abuso de poder, el consentimiento tranquilamente podría ser discutible”, aseguró la ahora activista en diálogo con Vanity Fair en 2018.
El lanzamiento en Star+ de la entrega también llegará acompañado de las temporadas previas de “American Crime Story”, la primera de ellas -de 2016- centrada en el juicio que el deportista y actor O. J. Simpson, una de las más grandes estrellas del fúbtol americano de los ‘90, enfrentó por el asesinato de su exesposa, Nicole Brown Simpson, y de Ronald Goldman, un amigo de la víctima.
Al igual que en su tercera entrega, la primera de ellas cuenta con un elenco de figuras, entre las que se encuentran Sarah Paulson, Sterling K. Brown, Cuba Gooding Jr. y John Travolta, entre más. Por su parte, “The Assassination of Gianni Versace” lleva a la pantalla el hecho del título, ocurrido en julio de 1997 en Miami cuando el diseñador italiano recibió un disparo en la cabeza por parte del joven Andrew Cunanan, con un elenco integrado por Édgar Ramírez, Darren Criss, Penélope Cruz y Ricky Martin.