“Bienvenidos, adelante, siéntanse como en su casa”, nos dice Beatriz Méndez entre tierra, ladridos y sonrisas. Incluso algunas miradas de reojo de quienes desde temprano estaban en el lugar ocupándose de distintos detalles, entre ellos, el arreglo de algunos caniles junto con la ambientación de otros, supliendo la necesidad de cada perro en especifico.
El lugar de la bienvenida es el refugio “Ángeles de cuatro patas” y se encuentra en Godoy Cruz, más precisamente en el pedemonte. Y no hablamos de un refugio común y corriente sino que, aunque hay perros que fueron abandonados o rescatados de calle, aquí la mayoría son caninos de edad avanzada, con enfermedades de todo tipo e incluso ciegos, sordos y hasta quienes ya dejaron de ladrar.
“Todo lo cambió Esperanza, una perra que abandonaron en el cerro y que cuando la encontramos pensamos que estaba sin vida por que era muy viejita. Sin embargo, se mantuvo y fue quién nos abrió los ojos para cuidar sobre todo a perros viejos que ya nadie quiere, tratamos de que los últimos años de vida, lo transiten con el mayor cariño y amor posible”, cuenta Beatriz.
Si ya resulta difícil lograr la adopción de un animal abandonado, más dificultoso es que lograr que alguien quiera una mascota con problemas de contención, de movilidad o de higiene. Por eso hace que resulte tan especial lo que hacen las personas que componen en este refugio.
Un refugio con inicio complicado
La tarea del refugio comenzó hace mas de una década, detrás de el campo histórico de Las Heras, donde logró ubicarse Mabel (luego de ir migrando de lugar en lugar) quién seria la cabeza del proyecto, hasta cumplir un ciclo de inmensa lucha y dejar a cargo a Beatriz Méndez.
Beatriz contó que llegó al lugar porque se sentía deprimida y sin ganas de nada. Se sumó como una colaboradora más pero estos perritos la curaron y hoy, después de mucho tiempo, es quien se encarga día y noche del refugio. “A veces encontramos la cura o incluso la felicidad en los lugares menos pensados”, afirma.
A pesar del buen trabajo con los perritos, la continuidad del refugio corrió riesgo cuando tuvieron que abandonar el predio original debido a que allí se iba a construir un barrio. El mayor problema, además de encontrar un nuevo espacio, fue movilizar más de 100 perros. Por fortuna la ayuda de la comunidad en redes sociales llevó a encontrar algunas soluciones. Así apareció Diego, quien puso a disposición su terreno en Godoy Cruz, y allí comenzaron las obras para armar el nuevo refugio que hoy aloja a mas de 142 perros.
Un refugio y muchas adversidades
El lugar funciona todos los días, entre hombres y mujeres que se reparten las numerosas tareas, entre las que se destacan arreglos varios, alimentación, ambientación de caniles, baños a los perritos y control constante de cada animal. A esto se le suman las visitas casi diarias a veterinarios y clínicas veterinarias cercanas para control, diagnósticos e incluso radiografías o resonancias magnéticas cuando es necesario para mantener la salud de los animales.
El refugio no cuenta con servicios básicos. El agua llega a través de camiones cisterna que provee la municipalidad. Es por eso que se almacena el mayor tiempo posible y se administra como se puede sorteando los problema que trae el estancamiento. También hay problemas con la electricidad y necesitan encontrar una solución urgente ya que estos animales requieren asistencia no solo durante el día.
Como se puede observar en las fotos, el lugar es pura tierra, el ingreso es muy complicado y se hace todo cuesta arriba a la hora de encontrar soluciones a los problemas que van surgiendo, especialmente cuando llueve.
Un equipo firme
“Ángeles de cuatro patas” esta compuesto por Beatriz Mendez, líder del grupo, más algunos colaboradores como Karen Cuello, Daniela Garcia, Silvia Gonzalez, Eliana y Belén Segarra , Romina torres y Abel Gonzalez junto a su padre Domingo. El otro factor llamativo del refugio es que 90 por ciento de las personas que realizan trabajos son mujeres.
Entre los dos hombres que colaboran, es destacable la labor de Domingo, quien tiene 80 años, le ganó al cáncer y se hace presente cada vez que lo necesitan. Durante la visita para esta nota el hombre paró de trabajar solo dos veces: una para saludar y otra para la foto final. El resto del tiempo estuvo cortando alambres, acomodando escombros e incluso limpiando el lugar, siempre con una sonrisa y sin quejas.
Tampoco queremos dejar de mencionar a Abel Gonzalez y un reconocimiento a quien trabaja a sol y sombra, realizando el trabajo pesado. Es un importante sostén para todas estas mujeres. Tiene muchas ideas y mil proyectos, todos basados en la protección de los animales.
Cómo colaborar con el refugio
En el refugio contaron que aparecen muchas personas que tienen que cambiarse de casa y que tienen la necesidad de dejar a sus perros con mucho dolor y angustia. Más allá de las razones detrás de esas decisiones, se recibe a los animales y se les da un hogar. Sin embargo, hay necesidades.
Por eso se abre la posibilidad de hacer un llamado a la solidaridad y abrir la posibilidad de que quien quiera pueda ayudar al refugio.
En principio se recibe todo tipo de ayuda y cualquier colaboración es bienvenida. Sin embargo, es importante aclarar que las diferencias de edades y problemas de salud hace que los perros se alimenten de forma diferente así que no todos los alimentos son iguales.
También es necesario el aporte de medicamentos como pipetas contra las garrapatas, agua oxigenada, desinfectantes y todo aquello que ayude a la salud de los animales.
Para el refugio en sí, son necesarios elementos de construcción para armar más caniles y refaccionar los existentes que están deteriorados. Para esto sirven chapas, alambres, puertas o cualquier otro material. También hay necesidad de colchones, frazadas y abrigos para los animales.
La posibilidad de colaborar no se agota solo en lo material y el refugio está abierto para cualquiera que quiera ser voluntario. Eso sí, hay que estar dispuestos a ayudar, pasar tiempo con perros de todo tipo y también a ensuciarse.
“Soñamos con tener un lugar abierto, un parque donde por tandas podamos dejarlos correr y no pasen tanto tiempo encerrados”, contaron Beatriz y Abel, y agregaron: “Pero para eso necesitamos una forma de trasladarlos e incluso un lugar amplio para poder cuidar de ellos”.
Cómo ser madrinas y padrinos
Algunos perros tienen personas que los apadrinan, los visitan con frecuencia y hasta le llevan regalos. Esa opción también está disponible para quienes no pueden adoptar alguno de los animales pero le gustaría colaborar con el refugio.
“Gracias a la gente de las redes sociales que nos ayuda un montón. Algunos no pueden venir pero hacen de todo para ayudarnos cada vez que lo necesitamos”, agradece Beatriz.
Para poder ponerse en contacto o colaborar se puede mirar información a través de la Página de Facebook: “Ángeles de cuatro patas” y también se puede mandar mensajes a Beatriz Mendez 2615453574 y Abel Gonzalez 2613393570