Anya Taylor-Joy, la actriz reconocida por su papel en “Gambito de dama”, ganó el Globo de Oro a mejor actriz de miniserie o película para TV por su papel en la mencionada serie de Netflix. Tras su conquista, la intérprete argentino-estadounidense fue identificada en la revista Variety como “mujer de color”, lo que sorprendió a sus fans y causó una ola de críticas.
La revista le dedicó a la artista un texto sobre el premio, en el que escribieron: “La argentina Taylor-Joy se convierte en la primera mujer de color en ganar en esta categoría desde que lo hiciera Queen Latifah el pasado 2008. Además, es la quinta mujer de color en conseguirlo desde 1982, cuando la categoría fue incluida en los premios. S. Epatha Merkerson, Halle Berry y Alfre Woodard fueron las otras ganadoras”.
Varios fans hicieron notar a la revista que no podía colocar a la actriz entre las afroamericanas mencionadas. Ella misma se identifica como latina blanca. Entonces Variety eliminó ese párrafo y admitió en una frase al final del texto que el artículo fue modificado.
“¡Anya Taylor-Joy puede ser latina + blanca! Ella no es una persona de color y enmarcar su victoria como tal es realmente raro por parte de Variety”, escribió una usuaria de Twitter.
Además, muchos de los fans de Taylor-Joy mencionaron un artículo de Vulture, publicado en 2018, donde la actriz habló de su identidad latina y de la “extraña mezcla” de crecer en Argentina antes de emigrar al Reino Unido, pero nunca se describió a sí misma como una mujer de color.
¿Un Hollywood “demasiado blanco”?
El caso evoca la polémica suscitada el año pasado por algunos prestigiosos medios especializados de EE.UU., como Vanity Fair y Deadline, que caracterizaron al actor español Antonio Banderas como persona “de color” cuando fue nominado a los Óscar. La definición, adoptada en el contexto de una escasa representatividad de mujeres o de personas de color entre los nominados, se tradujo en críticas en los medios en español, algunos de los cuales acusaron a EE.UU. de tener una “obsesión absurda” con la raza. Otros explicaron que a Hollywood “le vino bien” considerar a Banderas como una persona de color en un año que en los premios “han vuelto a ser demasiado blancos”.
Xataca matizó entonces que el término ‘People of color’ se utiliza en EE.UU. para designar a todas aquellas personas cuyos orígenes familiares no se encuentran en “la Europa blanca y cristiana que moldeó el país durante las primeras olas migratorias del siglo XIX”.
La polémica se enmarca en el estallido social contra el racismo en EE.UU. y en los esfuerzos de la industria cinematográfica del país por hacerse más diversa. Así, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood (AMPAS, por sus siglas en inglés) anunció en septiembre nuevas reglas de elegibilidad para los aspirantes al premio Óscar en la categoría de mejor película, que incluyen criterios raciales, de género y de orientación sexual, entre otros, y que buscan fomentar una mayor inclusión de minorías nacionales y sociales. La Academia dio este paso en el marco de la campaña #OscarsSoWhite (Los Óscar demasiado blancos) que arrancó en 2015 para luchar en contra de un total dominio de actores blancos entre los aspirantes al premio.
En una reacción de signo contrario, en julio de 2020 decenas de productores, escritores y actores advirtieron en privado a Daily Mail sobre lo que consideran una ola de “racismo inverso” que está azotando la industria, creando un clima tóxico para cualquier “hombre blanco de mediana edad en el mundo del espectáculo”.
“Solo estamos contratando personas de color, mujeres o LGBT para escribir, protagonizar, producir, operar las cámaras, trabajar en servicios de artesanía”, se lamentaron las fuentes del medio, para agregar que “si eres blanco, no puedes hablar porque, instantáneamente, serás tildado de ‘racista’ o condenado por ‘privilegio blanco’”.