La obra borgeana intimida y deslumbra por igual. No por nada, Jorge Luis Borges es considerado no tan solo el mejor escritor latinoamericano, sino de la literatura universal contemporánea, equiparándolo a Shakespeare y Cervantes. El cine tampoco le fue indiferente al joven Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, nacido un día como hoy de 1899. Entre sus aficiones estaba la de escribir críticas de películas y conceptos del lenguaje cinematográfico, tarea que luego desarrolló con asiduidad en el diario Crítica, y en El Hogar del Sur, entre 1931 y 1944. A su vez, la primera edición de “Historia universal de la infamia” (1935), tiene en el prólogo la confirmación del autor de que sus primeras ficciones derivan del cine de Von Sternberg, que utilizaba el procedimiento del montaje, y a quien Borges consideraba un precursor y maestro de la técnica. En una nota titulada Films (Discusión, 1932) en la que Borges reseña “Marruecos” de Von Sternberg, señala su admiración por “El asesino Karamasoff“, al igual que -años más tarde- se refiere a “Citizen Kane”, como “el film con la idea del laberinto”.
Una de las joyas injustamente olvidadas es “Invasión”, un guión de ciencia ficción que Borges escribió junto a Adolfo Bioy Casares, que fue dirigida por Hugo Santiago Muchnick y estrenada en 1969.
Del mismo modo, no son menos aquellos artistas influidos por su obra, sea cual fuere el ámbito en el que desarrollaran sus musas. Borges, relatado a través de las letras de distintos autores, retratado a colores, en carbonilla, esculpido y hasta musicalizado por el gran Astor Piazzolla, -entre otros- generó la misma multiplicidad de imágenes que los espejos que lo horrorizaron. Solo el cine fue discreto y hasta esquivo tal vez porque plasmar su cosmogonía en pantalla grande no es tarea fácil, aún con la tecnología actual.
Desde antaño, distintos directores abordaron a Borges con enfoques que van desde la creación de ambientes extraños con visos de malevaje, a la multiplicación del yo en universos paralelos. Algunos, como Christopher Nolan, simplemente le rindieron homenaje de la forma más lineal (si este término le cabe a Nolan) que les fue posible.
A continuación hacemos un repaso de las películas que se inspiraron en textos borgeanos, ya sea por las circunstancias o por sus personajes.
Días de odio (1954)
Escrita y dirigida por Leopoldo Torre Nilson, basada en el cuento Emma Zunz, se trata de una mujer que recibe la noticia de que su padre acaba de morir, tras lo cual decide cobrar venganza ideando un plan para matar al hombre que lo asesinó.
El hombre de la esquina rosada (1962)
Aunque no son idénticas, las historias narradas en la cinta de René Mugica tienen un toque de sinsentido que aumenta conforme avanza la trama, similar al cuento homónimo en el cual se basa la historia.
Alphaville, une étrange aventure de Lemmy Caution (1965)
En el film de Jean-Luc Godard, el poema “Nueva refutación del tiempo”, de Borges, es citado por una máquina despiadada: “El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me devora pero yo soy el tigre. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Alpha 60”, originalmente el poema finaliza diciendo: “El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges”.
Performance (1970)
Dirigida por Donald Cammell y Nicolas Roeg y protagonizada por James Fox y Mick Jagger. En la cinta las referencias no solo son verbales, con citas a los cuentos “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” y “El sur”, sino también visuales: en una escena de la película, le disparan a Mick Jagger en la cara y el proyectil choca contra un retrato de Borges que termina partiéndose en pedazos.
La estrategia de la araña (1970)
El film de Bernardo Bertolucci está basado en el cuento de Borges “El tema del traidor y del héroe”, en el que un joven regresa a la ciudad donde su padre fue asesinado antes de que él naciera, con la intención de encontrar una explicación a la muerte de su padre a manos de un fascista en 1936, pero la verdad se revela tan complejamente como una tela de araña.
El nombre de la rosa (1980)
Dirigida por Jean-Jacques Annaud y basada en la novela homónima deUmberto Eco, no solo hace referencia a Borges en varias oportunidades, sino que además lo emula a través del personaje de Jorge de Burgos, un viejo y ciego monje de la abadía, guardián de la biblioteca. Humberto Eco dijo en una entrevista: “Al igual que los pintores del Renacimiento, que colocaban su retrato o el de sus amigos, yo puse el nombre de Borges, como el de otros tantos amigos. Era una manera de rendirle homenaje a Borges”.
Guerreros y cautivas (1990)
La cinta de Edgardo Cozarinsky está ambientada en 1890, durante la última etapa de la Conquista del Desierto en la Patagonia y hace referencia a la historia “La Cautiva”. Una mujer francesa, esposa de un coronel, llega a un pueblo de la Frontera Sur. Cuando se entera que en la zona hay otra francesa cautiva entre los indios, su objetivo será recuperarla.
El sur (1992)
Inspirada en el cuento “Sur” de Borges, el director Carlos Saura recrea a Uan Dahlmann, un bibliotecario que sueña con dejar Buenos Aires e ir al sur de Argentina, donde pasó su niñez. Un día se hace una herida en la frente con una rara e incompleta edición de las “Mil y una noches”. Debilitado, tiene que pasar días en la cama, pero su herida empeora y los médicos deciden enviarlo al hospital, donde entran en juego el tiempo, el espacio y el pensamiento de los otros.
Looper (2012)
Dirigida por Rian Johnson, la película narra el acecho entre dos sujetos violentos y extraños que terminan siendo la misma persona, que pueden encontrarse gracias a los viajes en el tiempo. En el cuento “El otro” (1975), Borges imagina el encuentro de dos individuos que son el mismo, en distinto tiempo.
Los Borges de Nolan
Christopher Nolan es un confeso aficionado a la literatura borgeana. Memento (2000) está inspirada en los cuentos “Funes el memorioso” (1942) sólo que de un modo inverso, y en “El otro” (1972), en cuanto a la temática de la sospecha y la amnesia.
Inception (2010), ocurre sobre los mundos paralelos que se pueden crear en el inconsciente o en un sueño y cómo otras personas pueden participar en él.
Otra joya del director es Interstellar (2014) protagonizado por Matthew McConaughey que encarna a un astronauta enviado a través de un agujero negro en busca de un nuevo hogar para la humanidad. Estando en ese espacio improbable, el protagonista hace contacto con su hija desde otro “mundo”, un universo/tiempo paralelo.
El film nos acerca al problema del tiempo, la discontinuidad del mismo y los mundos posibles, como en “La biblioteca de Babel” (Ficciones, 1944), compuesta de un número indefinido de galerías, donde se ubican de manera arbitraria todos los libros posibles. De hecho, Nolan utiliza la metáfora de la biblioteca para comunicarse con su hija.
Por último, Tenet (2020) en la que el protagonista debe viajar a un mundo que supera los límites del tiempo real, enfrentando la inversión de tiempo-espacio. A fuerza de honestidad, este film no guarda mayores coincidencias con la cosmogonía borgeana excepto por el uróboro conceptual de la película.