La muerte de Carlos Andrés Calvo, Carlín, fue una lenta agonía, que empezó en 2010, o quizás mucho más atrás: en 1999, cuando tuvo su primer ACV. Sin embargo, de éste había logrado recuperarse.
Falleció ayer a los 67 años, en la Clínica de Cuidados Paliativos Baires, un centro de alta complejidad al que había sido trasladado el 26 de octubre, cuando su cuadro de salud, siempre frágil, se agravó bastante. Finalmente, sufrió un paro cardiorrespiratorio.
En los últimos 20 años de su vida, decíamos, vivió todo tipo de complicaciones relacionadas con sus accidentes cardiovasculares, al punto de que en los últimos meses era asistido por seis enfermeros y ya no salía de su casa de Belgrano (Buenos Aires). Sin poder moverse, sin habla y sin memoria inmediata, Carlín se refugiaba en el amor de su familia y en sus recuerdos más viejos.
Con su hijo Facundo, de 21 años, que también es actor, tenía una rutina entrañable: buscar en YouTube y ponerse a ver capítulos de “Amigos son los amigos”, la tira que entre 1990 y 1993 lo unió a Pablo Rago y que lo hizo el actor más querido de las casas argentinas. Era histórico: cincuenta puntos de rating medía, y de ahí salieron esas muletillas argentas como “¿Qué hacés, péndex?”, “Vos, fumá”, y esa otra tan acorde al menemismo, una década en la que había “que pelearla”: “¡Es una lucha!”, se resignaba su personaje, Carlos “Carlín” Cantoni.
A ese Carlín ficticio, sin embargo, el Carlín verdadero le dio mucho de su personalidad. El actor interpretaba a un joven fletero, soltero, que se vio obligado a compartir su departamento con Pablo Pintos, por entonces un adolescente Pablo Rago, que le complicaba la vida. Principalmente en lo que tenía que ver con su agitada vida sentimental. Sin embargo, entre ambos surgió una amistad más allá de las diferencias.
Pocos años después Carlín empezaría a formar su propia familia, con la actriz y psicóloga Carina Gallucci, con quien se casó en 1998 y tuvo dos hijos: Facundo y Abril, de 14 años. Y aunque el matrimonio sobrevivió hasta 2010, ella nunca desapareció de su vida. Es más: lo cuidó hasta el final, haciéndose cargo de su salud.
La salud de Carlín, quien debutó en 1974 en la pieza teatral “La lección de anatomía”, empezó a declinar poco después del casamiento.
Los dos accidentes
A finales de los ’90, y con la popularidad ganada años antes en “Amigos son los amigos”, Carlín vivía la mejor época de su vida: no le faltaba el trabajo y vivía todavía la luna de miel de un casamiento que lo hizo sentar cabeza, porque sus amoríos, dicen, fueron incontables. “Empecé a estudiar teatro para conocer chicas”, dijo muchas veces Carlín. Entre las mujeres de su vida figuran Luisina Brando, Julieta Ortega, Patricia Echegoyen, Marisa Mondino, Cecilia Cenci, entre más.
El 23 de enero de 1999 manejaba por la autopista del Buen Ayre y, a la altura de Ituzaingó, hizo una mala maniobra y volcó. En ese momento no sufrió grandes lesiones físicas, aunque se lastimó la cabeza, algo que dos meses después se agravaría de una forma dramática: sufrió su primer ACV.
Como secuela, se quedó con el brazo y la pierna izquierda paralizadas. Estuvo 11 días internado en Buenos Aires y después se fue a Cuba para realizar un tratamiento médico que dio rápidamente sus frutos, porque apenas un año después, en 2001, ya estaba de vuelta en la televisión.
“El Hacker 2001”, una miniserie de acción muy criticada justamente por su falta de acción, nos mostró a Carlín lúcido, pero aun convaleciente. De hecho, la falta de dinamismo se debía a que él tenía que permanecer sentado la mayor parte del tiempo.
Así pudo seguir actuando en televisión y teatro, hasta que la noche del 8 de octubre de 2010, en Mar del Plata, tuvo su segundo ACV.
Fue en Mar del Plata, diez minutos antes de que se prendieran las luces del teatro en donde se representaba “Taxi”, donde actuaba junto a Adriana Salgueiro, Fabián Gianola, Flavia Palmiero, Daniela Cardone, Mario Alarcón y Dalma Maradona. En un principio se olvidó la letra y ahí supo que algo no andaba bien. Poco después llegó la descompensación general y un largo período de de cuidados intensivos del que nunca logró reponerse completamente.
Ese año también fue duro porque marcó la separación formal de Gallucci.
Ya en 2015, supo que las secuelas, entre las que estaba su dificultad para hablar, eran irreversibles. Entonces tomó la difícil decisión de retirarse. Su último papel fue en la obra de teatro “Leonas”, junto a Carmen Barbieri y Nazarena Vélez.
Desde entonces, el deterioro fue rápido y muy doloroso para su familia.
Los últimos años
El año pasado diario Clarín publicó una emotiva crónica en la que se contaba cómo pasaba Carlín esos meses. A través de los testimonios de su familia más cercana, pudimos hacernos una idea de sus complicaciones de salud. Sin embargo, no se tiene información sobre cómo la pandemia de coronavirus pudo afectarlo, sobre todo en la soledad que pudo haberle impuesto por ser paciente de riesgo.
A Gallucci le gustaba cargarlo con las mujeres, recordándole su época de seductor. “Y él se hace el tonto, como si por sus problemas de salud no entendiera lo que le estoy diciendo. Pero entiende perfectamente”, aseguraba.
Carlín vivía en un departamento de Belgrano y salía muy poco, porque ya le costaba mucho caminar. Ya el año pasado, las noches en las que podían salir juntos al teatro o a cenar eran un recuerdo lejano. En lugar de eso, le gustaba prender la tele y mirar programas de chimentos.
Gallucci pensaba que Carlín le debía mucho a Jorge Rial o a Luis Ventura, porque, pese a los innumerables romances que pudo haber ocultado, nunca ventilaron su vida privada. ¿La razón? Carlín era un actor querido unánimamente.
Su salud era estable pero había momentos, según sus palabras, en los que le costaba “conectar”. “A fines del año pasado (por 2018) estuvo 12 días internado en el Sanatorio de los Arcos por una infección urinaria. Y en alguien como él, que sufrió dos ACV, esos 12 días fueron como dos años”, lamentaba Gallucci.
Aunque vivían separados, lo iba a ver casi a diario. Es más: para poder controlar su estado de salud, había puesto cámaras en el departamento, así podía saber cómo estaba o si necesitaba algo.
Lo cuidaban seis personas. “Y acabo de contratar a alguien que se especializa en acupuntura, para que le pueda mejorar la movilidad y el habla. Carlín es como un chico de primer grado, perdió la capacidad de leer y escribir. Solamente puede escribir su firma y su nombre”, decía.
Hasta el último día, sin embargo, Carlín mantuvo férreas amistades. Por ejemplo, con el productor teatral Javier Faroni, quien difundió ayer la triste noticia a través de su Twitter.
El año pasado, él fue quien contó que con Pablo Rago se peleaba y se amigaba bastante. “Tienen una gran relación. Rago está muy al tanto de la salud de Carlín. Y lo llama seguido”, decía sobre esa dupla inmortal de la tevé.
Las palabras de Rago no podían faltar. Ayer, a través de su Instagram, lo despidió con una serie de fotos de la larga historia que los unió. “Pasamos tantas cosas juntos... tantas emociones... nos divertimos y nos peleamos como chicos tantos años... aprendí mucho de vos. Que tengas un buen viaje, querido amigo”, escribió.