Chango Spasiuk: “Este contexto tiene una energía que te empuja a reinventarte”

El compositor y acordeonista es un referente del chamamé, que fue hace unos meses declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Emocionado, destaca la importancia de este género y habla de su faceta como divulgador de todas las expresiones musicales del país.

Chango Spasiuk: “Este contexto tiene una energía que te empuja a reinventarte”
Chango Spasiuk

El 15 de diciembre del año pasado, el chamamé fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Sorprendido, vibrante de emoción, interpelado, el Chango Spasiuk -referente de este género y de todo el folklore- se expresó con palabras que perfectamente podrían hilvanar un poema: “El chamamé para mí es mi infancia”, dijo en un video que difundió en sus redes. “El chamamé para mí es la radio arriba de la heladera en el patio de mi casa”.

Y es más cosas: “Es el sapucay que pegaba mi papá en la carpintería. (...) El acordeón de Raúl Barboza, y todos queriendo tocar como él cuando éramos adolescentes. El chamamé es mi primer acordeón y mis otros acordeones. Es la música con la cual camino en la vida”.

Cuando se le pregunta por el tema, ya camino al primer aniversario de esta declaración tan importante, nos remite a ese pronunciamiento inicial. “Me parece que pone al chamamé en el contexto que debería tener hace mucho tiempo”, apunta.

Reconoce esta expresión cultural y esta tradición argentina que atraviesa al país de punta a punta”, nos dice. “Es una expresión sonora que conecta y que toca cada provincia: no es algo que sucede solamente en el noreste o el litoral, sino que es una usina importantísima dentro del desarrollo e la cultura argentina”.

Este nombramiento pone una resignificación que me pone muy feliz, sobre todo por la gente que históricamente ha apoyado el género, que ha comprado los discos, que fue a los conciertos y que, anónimamente, nunca ha dejado de apoyar a sus músicos”, comenta, al tiempo que se acuerda cómo extraña al público mendocino.

El Chango Spasiuk (52) es un artista que siempre se embarca en proyectos interesantes y que encuentra siempre nuevos medios para difundir las músicas nuestras: después de “Pequeños universos”, un largo ciclo que lo dio a conocer como conductor, acaba de abrir en la TV Pública el “Estudio 1” (domingos a las 22.30), programa donde al lado de Hilda Lizarazu va en busca de la diversidad musical del país. Al mismo tiempo, se entusiasma al hablar del programa y los podcasts que tiene en Radio Nacional Folclórica.

-¿Qué podés contar de “Estudio 1”?

-Es el estudio más grande que tiene la TV Pública, y tiene 40 años de historia. Han pasado los más grandes artistas argentinos por él, y han hecho conciertos televisados: Pugliese, Goyeneche, Piazzolla, Ariel Ramírez, Lolita Torres, Cerati... Lo que quiere hacer la TV Pública, en coproducción con el Ministerio de Cultura de la Nación, es retomar la tradición de hacer música en vivo en el canal de aire. Es un espacio abierto en el cual pasan músicos de todas las provincias, de todas las edades, de todos los géneros, emergentes y consagrados. Con Hilda co-conducimos el programa, presentando a los artistas, y en algunas ocasiones inclusive ella canta o yo toco el acordeón. Pero lo más importante es que estos artistas que nos vienen a visitar tengan un espacio en el cual expresarse y darnos ese contenido para que todo el país lo reciba todos los domingos. De eso se trata y esa es su esencia. Esta música es filmada con gran sonido y con bellas imágenes, en tres escenarios, por lo que en un mismo programa puede haber expresiones sonoras muy diferentes unas con respecto a las otras, de eso se trata: de la diversidad y de la amplitud de la música popular argentina.

-¿Cómo te sentís conduciendo con Hilda?

-Yo me siento muy cómodo conduciendo con ella, nos respetamos mucho, nos tratamos muy bien y nos cuidamos mutuamente. Por otro lado, estamos celebrando un espacio necesario, y que haya gente tan capaz que formen parte de esta construcción colectiva.

-El programa propone una cita muy interesante. ¿Se han encontrado ya con la dificultad de lograr un balance para representar todo por igual?

-Nosotros no somos los curadores, no decidimos quienes vienen y quienes no vienen, ese es un trabajo conjunto entre la TV Pública y el Ministerio. Pero sí vemos que hay un ejercicio de tratar de ser lo más amplios posibles y de cubrir ese espectro. Obvio que en los primeros 13 capítulos es muy difícil poder abarcar todo y sentir que todo está representado, pero hay ese esfuerzo y ese interés. Supongo que habrá nuevas temporadas y se irá puliendo. Todavía no puedo tener una perspectiva general como para hacer una lectura y decir que está todo representado, pero la esencia es que esa premisa sea una prioridad.

-Aunque la música argentina es increíblemente abundante y diversa, últimamente la escena que más inquieta es la de la música urbana. ¿Cómo analizás el fenómeno y qué ves en esa movida que te interese?

-Hay muchos emergentes: del trap, del hip hop, del pop. Bienvenido sea que haya un espacio en donde puedan expresarse. Mejor que escuchemos a estos jóvenes, que escriben sus canciones, que hacen sus canciones, y que son argentinos. Prefiero que haya un espacio en la televisión en el que podamos escucharlos junto a artistas del folclore y el tango, y no tener que estar escuchando reggaetón de centroamérica. No tengo absolutamente nada contra el género. Pero me parece sano que haya un espacio donde se puedan expresar y pulir sus propuestas con estas nuevas estéticas urbanas. Y no son expresiones solo de la ciudad de Buenos Aires: en muchas provincias hay búsquedas en esa dirección. Y yo celebro cualquier búsqueda artística. Para poder pulir ese trabajo es necesario tener la experiencia de desarrollar esos proyectos y tener escenarios. “Estudio 1” es uno de esos escenarios.

El último proyecto discográfico del Chango fue “Hielo Azul, Tierra Roja”, grabado en Oslo (Noruega) en 2019 y lanzado en octubre del año pasado en nuestro país. Junto con el guitarrista noruego Per Einar Watle, tres grandes músicos noruegos Steinar Raknes, Kenneth Ekornes, Anne Gravir Klykken y el percusionista argentino Benjamin Marcos Villalba, produjo una fusión insólita entre los sonidos escandinavos y litoraleños.

El álbum, lanzado de forma digital en las principales plataformas, recibió grandes críticas de los medios noruegos y recientemente llegó a obtener el Gardel a Mejor Disco de Chamamé.

-La última vez que hablamos estabas a punto de lanzar “Hielo azul, tierra roja”, un disco que fue todo un suceso. ¿Qué significa para vos este material cosmopolita?

-Yo estoy súper feliz de haber hecho con Per Einar Watle este disco, ojalá que de aquí a un tiempo, cuando empecemos a girar, vengan para Argentina todos estos músicos noruegos y podamos tocar en vivo. Es algo que tarde o temprano lo vamos a terminar haciendo. Por ahora simplemente invito a que lo sigan escuchando, porque es un disco maravilloso en donde hay un verdadero encuentro y, de una manera misteriosa, todos estos músicos noruegos han aprendido a tocar chamamé y a tocarlo de la manera en que lo tocan. Es un gran artista Per Einar Watle y me encanta el sonido y el repertorio del disco.

-¿Cómo vivís a nivel creativo este segundo año de pandemia y en qué proyectos estás trabajando, además de este programa?

-Después de que salió el disco, y después de mucho tiempo dentro del contexto de la pandemia y de las restricciones, empecé a grabar un disco en mi casa, así que antes de que termine el año lanzaremos algunos simples de eso. Son canciones que a su vez compartí con otros artistas de otros lugares del mundo que grabaron desde sus casas. Hay colegas admirados por mí que me han grabado sus instrumentos en canciones que yo les mandé: desde Los Ángeles, Marruecos, Senegal, Francia, Brasil, y desde el interior de la Argentina. Así que ese proyecto, que empecé a grabar en mayo del año pasado, se va a empezar a conocer antes de que termine el año, de a una canción y después, un poco más adelante, todas las demás canciones.

-También estás con un programa de radio que está dando podcasts muy interesantes...

-Sí, invito a que escuchen los podcast quienes no puedan escucharlo en vivo, en Radio Nacional Folclórica 98.7 todos los sábados de 9 a 10 de la mañana. El programa se llama “Enramada” y en él hablo de música y de búsquedas dentro de la música nuestra y de cualquier lugar del mundo. Toda esa música que me parece bella, intensa e interesante y que vale la pena compartirla. Después de hacerla en vivo, se suben los podcast y se pueden escuchar o descargar en la página oficial de Radio Nacional o en plataformas como Spotify. Vengo haciendo alrededor de 27 capítulos y cada uno gira alrededor de una temática diferente. Para mí es muy bello hacerlo.

-¿Volviste a los escenarios ya?

-Sí, también estamos haciendo el espectáculo “Música y palabra”. Ya empezamos a salir a los escenarios, lo arrancamos en escenarios muy pequeños y en él hablo mucho con la gente y el repertorio que toco es en función de las preguntas de las personas. Es como un pequeño teatro en el que la gente me pregunta sobre un tema en particular, ya sea sobre la tradición, sobre el acordeón o sobre una composición mía, y esa pregunta es un disparador para un intercambio, una charla y una interpretación en vivo. Es un concierto muy atípico, original, y es un formato muy creativo. El ciclo lo estoy haciendo acá en Buenos Aires y seguramente a lo largo de estos meses trataremos de salir a otros pequeños teatros. Me acompaña un percusionista y, en salas más grandes, se suma un pianista. Está empezando a tomar forma y velocidad esto de volver a los escenarios. Hasta el próximo año no voy a estar girando, como venía haciéndolo habitualmente, por los festivales europeos...

-La pandemia postergó algunas cosas pero agilizó también otras...

-De alguna manera el contexto del Covid nos empuja a hacer cosas que en otros contextos las hubiéramos pospuesto o proyectado para otro momento. Ese momento llegó ahora y uno está haciendo esas cosas y, más allá de la fragilidad en la que vivimos, como la económica, y lo difícil que es sobrellevar este contexto, por otro lado hay una energía que te empuja a reinventar y rever el trabajo de uno y encontrar nuevas perspectivas y nuevas estructuras estéticas, y estoy en ese proceso.

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