Por estos días, el Chango Spasiuk transita los estudios de grabación y los escenarios del país. Con una agenda que lo lleva a presentarse en diferentes ciudades, el compositor y acordeonista vuelve a la provincia, pero esta vez en una cita especial.
Será un concierto diferente, en el teatro Mendoza en el que repasará parte de su extenso repertorio, que no solo incluye lo mejor del chamamé, sino la música del mundo bajo su estilo y forma de vivir la música.
Acompañado por un sexteto instrumental junto a Pablo Farhat (Violín), Marcos Villalba (cajón peruano, percusión y guitarra), Helen de Joung (violoncello), Diego Arolfo (voz, guitarra), Matias Martino (piano) y Juan Pablo Navarro (contrabajo), el músico debutará en la sala de ciudad, el próximo viernes 24 de julio.
“Es un concierto con repertorio diverso pero en el contexto de un teatro, donde hay posibilidad de ir a lugares más sutiles, aprovechar la acústica de un teatro, que crea mejores condiciones para desarrollar un concierto, que tiene una dinámica con más detalles. Vamos a interpretar compositores tradicionales y mis composiciones más abstractas y contemporáneas. Siempre alrededor del lenguaje al que pertenezco, que es el del nordeste argentino”, aclara el Chango Spasiuk sobre su show en nuestra provincia.
Además de conducir su programa “Enramada” en Radio Nacional Folklórica, el artista misionero desde el 2021 comenzó a grabar lo que será su próximo disco titulado “Eiké”, que comparte con músicos del mundo, con composiciones propias, pero donde no solo el acordeón es protagonista, sino que se une a los vientos y otros sonidos diferentes a la música del nordeste argentino.
-¿Hay alguna música que no te has animado a abordarla?
-Uno podría tocar con el acordeón. No necesariamente tiene que sonar bien con el acordeón. Es una reflexión muy personal, pero el acordeón fue visto como un instrumento menor, grandes concertistas de acordeón se han esforzado en tocar todo tipo de compositores en muchos lugares del mundo. Y han llevado a un desarrollo del instrumento; hay músicos que tocan las “Cuatro Estaciones” de Vivaldi en acordeón y suena muy bien. Y hay composiciones y tradiciones en la cual el acordeón es un instrumento fundamental, como los países vascos, o nuestro litoral, el norte de Brasil o el vallenato de Colombia. Uno se esfuerza desde su instrumento las posibilidades que le da de abordar diferentes compositores y siempre estoy abierto, a veces suena mejor, pero ese ejercicio trato de mantenerlo bastante fresco, despierto, no pierdo la visión de la música como un espacio de encuentro, entre mundos aparentemente desconectados.
-Como referente de la cultura y el chamamé, ¿te plantas como referente o simplemente crear tu música?
-Yo voy detrás de mi gusto personal, egoístamente. Como decía Astor (Piazzolla): “Se necesita algo de egoísmo para mirar tu propio ombligo e ir en busca del sonido que te hace sentir bien”. Después uno se da cuenta que eso es considerado, es valorado y que la gente tiene un cierto respeto por lo que comparte. Y esa consideración de la gente y la comunidad, uno trata de estar a la altura de ese respeto, entonces se esfuerza por educarse, aprender más, aprender a entender más la historia de esa tradición a la que uno pertenece. Pero eso no significa que uno lo hace porque te pusieron en un lugar.
Mi motivación es estar a la altura de ese respeto que tiene por mí. Entonces yo soy consecuente con eso. Y me preocupo, pero no porque la gente me ponga en un lugar de representante de la cultura, sino que soy un ciudadano que hace su parte en un contexto que cada uno hace su parte. Trato de hacer la mejor versión del Chango y que eso sea algo constructivo y una celebración para todos. Cuando uno va a un concierto, uno se ve en un espejo, y es una buena oportunidad para interpelarnos, para pensar sobre la existencia de uno y de la parte de la historia que nos toca ser protagonistas.
A veces da la sensación que los artistas comparten algo que los demás necesitan. Y me parece que es un error, porque en realidad el verdadero lugar es que uno hace una parte de una construcción colectiva, donde recibimos algo de lo que necesitamos. El artista busca lo mismo, pero en el fondo queremos ser tocados por algo más que entretenimiento. Y a veces eso sucede cuando solo está el sonido que te saca un poco de la realidad.
-¿Qué artista de nuestra cultura es fundamental?
-Me gustan muchos, pero Astor es como una luz, es el arquetipo de compositor que nació en una tradición y se buscó hasta el final, no dejó de buscar y pensar, y de interpelarnos. Apuntandonos con su música, fue la soledad de la provocación apasionada. Uno no tiene que nacer en la tradición del tango para estar conectado con Astor, es el arquetipo del compositor, por eso su vida y su música es la motivación para que uno se busque dentro de la música. También Alberto Ginastera, Guastavino, Buenaventura Luna, Luis Alberto Spinetta, su obra tan bella y su coherencia, su manera de pararse, más allá de la estética que elige para expresar sus ideas, es muy bello su camino, no solo su música. Todos son piezas fundamentales en la construcción. Y también el anónimo, que está en el patio de una casa, transmitiendo oralmente una parte de nuestras tradiciones, que permite que siga viva nuestra historia.
-Estás en la recta final de tu nuevo disco, ¿sos obsesivo a la hora de grabar un nuevo material?
-Infumable soy (ríe). Trato de moderarme un poco, pero soy bastante insoportable. Lo que pasa es que la diferencia de un vivo a un disco, es que el vivo puede ser más desprolijo, porque importa lo que está sucediendo ahí. El disco podes tomar un tramo de una canción y repetir infinitas veces. Entonces si hay un detalle o un error, es observar permanente ese detalle. Y dentro del tiempo que puede trata de dedicarle más tiempo a esa obsesión, a esa observación de detalles, de ajustes, es mirar con una lupa todo. Quiero hacer algo que cuando después escucho sea una alfombra que te lleva. O cuando pones la música en el auto y sentís que estás sentado en un living confortable escuchando.
Me gusta la música cuando te envuelve y te hace sentir en todos los mundos posibles. Pero sí soy bastante obsesivo dentro de lo que puedo, ahora mi vida cotidiana no me permite dedicarle tanto tiempo. Pero en el momento que estoy en el estudio, lo aprovecho al máximo.
La Ficha
CHANGO SPASIUK EN MENDOZA
Día y hora: viernes 24 de junio, a las 21.30.
Lugar: Teatro Mendoza (San Juan 1427, Ciudad).
Entradas: Tuentrada.com