Referente indiscutido del chamamé, el Chango Spasiuk es un artista imprescindible del género y la música popular argentina. Con su propio estilo, marcado por la esencia del folclore del noreste del país, pero también por la música del mundo, sus presentaciones son un viaje sonoro único, que traspasa la alegría de esa música en particular.
“No soy una persona muy festivalera. Hace tiempo que no voy a varios festivales, porque en un momento me corrí de ese cliché que se esperaba del chamamé, como una música alegre. Y cuando empecé a tocar a fines de los ‘80 tocando a la cinco de la mañana, como que era el momento de la alegría. Y cuando haces modificaciones en tu música y vas a otras construcciones estéticas, no encajan en esas expectativas. Pero hoy todos entienden de qué se trata mi música y que todo el chamamé y la música del noreste es una expresión sonora donde aparecen muchas cosas más y no solo alegría. Pero estoy tocando mucho”, sostiene el músico sobre su visión del género y su camino.
Después de un largo periodo sin visitar la provincia, el artista vuelve en formato sexteto en el marco del Feriagro 2022, esta noche en Luján de Cuyo. Acompañado por Pablo Farhat (Violín), Marcos Villalba (cajón peruano, percusión y guitarra), Helen de Joung (violoncello), Diego Arolfo (voz, guitarra), Matias Martino (piano) y Juan Pablo Navarro (contrabajo) repasará parte de su camino, marcado por el chamamé tradicional, pero también por esa búsqueda única que él supo concretar en la música popular.
“Es un ensamble muy poderoso, pero con un sonido muy camarístico, muy fino, con el que hago un repaso por distintos momentos de mi música. Claro que aparece el chamamé, por más que uno busque y se abra a nuevas texturas. Aparecen los chamamé tradicionales, polcas, pero también aparece el chamamé crudo, la tristeza. Hasta incluso recordar a los grandes, como Astor Piazzolla, un compositor tan tocado en todo el mundo, que como siendo argentino no lo voy a tocar. Y todos esos rostros conviven en mi mundo de una manera muy armoniosa”.
-Como exponente de la música popular argentina, ¿cómo ves la escena de los jóvenes que rescatan nuestra tradición folclórica?
-Está bien que los jóvenes se agarren fuerte de la tradición, porque es por donde hay que empezar. Solo estando bien parado sobre una historia que nos atraviesa es donde uno puede buscar su propio sonido y sus ideas. Hay toda una generación que tiene su búsqueda y otros que se acercan al hueso de la historia. Pero la lucha de las nuevas generaciones es poder soportar las expectativas inmediatas de sus trabajos. En una época de tanta comunicación rápida, pareciera que desarrollar una música tiene que ir en esa velocidad. Y muchas veces el camino del arte es más lento, y uno se tiene que enamorar del camino y no de los resultados. Enamorarse de buscar, de intentar, de comenzar un proyecto. Como que la palabra éxito y fracaso están muy inmediatos y nadie valora la experiencia, de aprender de ello.
Estos tiempos inmediatos hacen que haya mucha frustración de los más jóvenes de sentir que no saben si sirven o pueden hacerlo, porque hay una afuera que pide el fruto de la acción demasiado pronto. Ese es el mayor desafío, porque como decía Atahualpa Yupanqui: “El camino se compone de infinitas llegadas y uno se tiene que enamorar de eso”.
Además de regresar de a poco a los escenarios, por estos tiempos Spasiuk está en pleno proceso de producción de su próximo disco, escribe un libro con las partituras de su obra y no abandona la radio, el medio que le brindó la posibilidad de comunicarse con el público y difundir no solo la música folclórica, sino toda nuestra tradición.
“Estoy haciendo radio en Nacional Folklórica, se llama “Enramada”. Se puede escuchar por podcast y es sobre cultura general, me gusta mucho la radio, lo disfruto. Estoy haciendo un libro de partituras de mi música, porque en el chamamé mucha de las músicas es por transmisión oral. Y es necesario documentar eso”.
-Contame de tu próximo disco, ¿qué traes de nuevo?
-Empecé a grabar un disco hace más de un año, con muchos invitados de todo el mundo. En plena época de la pandemia me conecté con diferentes músicos que intervinieron en la música que grabé dentro de mi casa. Y es un disco de quince canciones, en las cuales participan artistas de Marruecos, de Senegal, de Estados Unidos, Paraguay, Noruega, España, Francia y Argentina. Y ese disco estará listo entre abril y mayo. Estoy muy contento, porque imaginate un chamamé tocado por un laud árabe. Con una trompeta, con instrumentos muy fuera de la tradición de esa música. Es el disco más internacional de toda mi discografía, con músicos que conocí durante todo mi camino.
-Y el título también tiene una historia particular.
El disco se va a llamar Eiké, es una palabra del guaraní antiguo, que quiere decir entrar a mi casa, y como sinónimo de casa el alma. Y es como entrar a un lugar íntimo, mi mundo emocional donde está mi música, mis canciones y la necesidad emocional de buscar la belleza con múltiples herramientas. Es una palabra muy bella que me ayudó a encontrar una artista paraguaya.
-¿De dónde nace tu búsqueda más allá del chamamé?
-No buceo en otras músicas, sino quien ama la belleza la ve en todo lo que te rodea. Y celebro desde otras tradiciones que buscan lo mismo. Porque el arte es un alimento que todos necesitamos para resignificar todos los acontecimientos de nuestras vidas. No es algo que acompaña y entretiene. Lo que me pasa es que cuando alzo mi mirada y puedo ver esos procesos es un estímulo para llevar adelante lo mejor que puedo, mi propio proceso. Y que el resultado de ello sea constructivo para todos.
Pero el proceso creativo no es tan conceptual. Hay algo muy misterioso cuando aparece el oficio, aparece la dinámica. Hay algo emocional, hay algo anímico, está lo mecánico y el oficio. Son muchas cosas que uno pone en movimiento y no es solo componer, sino elegir una canción de otro y combinarla para crear otro relato. Cuando uno quiere explicar la música uno se queda en la superficie, porque es todo tan subjetivo. Por eso hay que enamorarse del camino, porque eso es lo que te sostiene y alienta a levantarte todos los días. Y también interpelarnos, porque es una época para eso. Todo lo que nos sucede es un gran espejo, para mirarnos y reflexionar.
Programación
FERIAGRO 2022
Hoy: Los Mendukos, Alma Argentina, Kuyen, Chango Spasiuk y Los Nocheros.
Sábado 19: Fiesta de la Vendimia Departamental “Vendimia de la Transformación”.
Domingo 20: Leo Rivero, Sebastián Garay, Lisandro Bertín, la murga La Buena Moza y Los Auténticos Decadentes.
Lugar: Multiespacio Cultural Luján de Cuyo (Quintana y Acceso Sur, Luján).
Entrada: $500. En tuentrada.com y boletería. Entradas para el sábado 19, sin cargo en tuentrada.com (capacidad limitada hasta agotar cupos). Disponible “Pack Familiar”: adquirí 4 entradas al precio de 3.