Un registro afectivo, una proyección pública de su vida privada, una manera de llenar de arte y sentido el confinamiento. La muestra “Cielo raso”, del mendocino Franco Contreras, permite lecturas desde estas aristas y otras más.
Está expuesta en el Anexo del MAMM, para que los paseantes curiosos del Parque Central se acerquen, y podrá visitarse hasta el 31 de este mes de forma gratuita.
El proyecto “se dio en el marco de la convocatoria que hizo el Anexo del MAMM en el 2019, que invitaba a artistas de toda la provincia a presentar propuestas”, nos cuenta el joven de 26 años, quien aplicó esa vez pero - por el imprevisto trágico de la pandemia- terminó dándose a conocer recién el mes pasado.
“Gran parte de mi obra está vinculada con el hogar y con la vivencia afectiva que uno siente hacia ciertos elementos y la propia casa como espacio físico, territorial, con el recuerdo y la memoria”, nos explica. “Entonces mandé la propuesta de una instalación que iba a contar de ocho cielo rasos suspendidos del techo del techo, y esos cielo rasos iban a respetar la disposición arquitectónica de la planta de mi casa”, apunta sobre la idea de la muestra.
Sigue: “También tenía que ver con llevar el espacio afectivo, el espacio íntimo, a una instancia museística, de exhibición, donde lo íntimo se vuelve público. Y aparte, es como un juego desde la deconstrucción y construcción del propio espacio desde la representación, ya que un techo -que es el de la cochera- lo extraje especialmente para el museo. Los otros cielo rasos iban a respetar la disposición y las medidas de mi casa. Los espacios de luz que se ven en algunos casos corresponden a tragaluces que hay por ejemplo en el baño o el pasillo, y que se ven como agujeros”.
Pero entre ese proyecto original y su producción pasó mucho tiempo y, sobre todo, muchas horas de cuarentena. Inevitable que mutara: “Pensaba seguir con esa línea y hacer pinturas figurativas en los cielo rasos, pero en la pandemia me empezó a surgir otra idea. Se sentía el encierro de la casa y reveía muchas veces imágenes que uno transita. Empecé a pensar en la mancha que veía cotidianamente en los techos”.
“La mancha aparece porque hay una gotera en el techo, entonces eso hace que sea el anuncio de algo malo que tenés que reparar. ¿Y qué pasa si la mancha ahora es creadora de pinturas, de dibujos y uno llega a un museo y aprecia que hay dibujos con ellas? Naves espaciales, estrellas, animalitos, árboles... no sabés si las manchas produjeron estas pinturas o al revés”.
La producción de Franco Contreras tiene una fuerte vinculación con su hábitat: empezó representando, en una primera etapa, los espacios de su casa a través de elementos propios del lugar (pintaba con pasta de dientes el baño o pimentón la cocina, por ejemplo) y durante la pandemia abrió su propia (y la primera) galería virtual de Mendoza, Revoque Galería, donde se exponen obras digitales en un ámbito que es la propia casa del artista.
Pero producción de “Cielo raso” tuvo sus particularidades: hubo que trabajar sobre grandes lienzos, que suman más de 50 metros cuadrados, a los que hubo que recortar, ensamblar, encolar, imprimar con yeso y -después- manchar con agua tal como si fuera la huella de una lluvia y produjese formas azarosas. “El artista no lo controla, sino que el proceso es natural y se deja llevar. Emulando la realidad, porque las manchas se producen solas”, nos explica sobre la producción, donde contó con la ayuda del montajista Marcos Payueta.
-La muestra es interactiva y hace parte al público, por lo que debe ser muy importante la devolución de los asistentes. ¿Qué has percibido de esa interacción?
-Las instalaciones producen que el espacio sea pensado como parte de la propuesta y por ende también involucra el recorrido del espectador. En este caso, es interactiva por el hecho de que apela a operaciones que son colectivas: como mirar el techo e imaginar qué puede haber en él. Hay muchos que recuerdan el techo de machimbre, que es muy característico en Mendoza. En el libro que se presta para que te puedan dejar un mensaje los y las espectadoras, cuentan que les hace recordar a las vivencias de la infancia. Es fuerte porque yo produje la obra porque es lo que yo transito, pero después te das cuenta que hay muchas personas que han transitado las mismas vivencias y se produce esa conexión. Apelan a sus recuerdos: la casa de la abuela, la infancia o la casa en la que están viviendo ahora. El condicionamiento de que hay que estar mirando el techo se buscó para que el espectador salga de su situación pasiva, que es siempre mirar al horizonte, y que ahora tenga que mirar en otra dirección.
-Un hecho particular del anexo del MAMM es que, por su ubicación, facilita que gente no relacionada con el arte entre y descubra sus propuestas. ¿Pensaste en este factor a la hora de hacer “Cielo raso”?
-Sabía que está todo vidriado. La idea era que desde afuera no se viera que hay algo, hasta que uno entre y vea el despliegue en el techo. Quise jugar con eso, que no estuviera sobrecargado el espacio a nivel de los ojos pero sí en el nivel superior.
Franco Contreras continúa preparando muestras en Revoque Galería, haciendo seminarios de formación y participará en noviembre en una muestra colectiva en Camarones, galería de Buenos Aires. Continúa especializándose y enseñando sobre el manejo de los softwares 3D y sugiere que a futuro también trabajará sobre los errores digitales que a veces se desprenden de ellos.
Sobre el artista
Franco Contreras tiene 26 años y terminó de cursar la licenciatura en Artes Visual. Ha realizado exposiciones Buenos Aires, San Juan y también en el espacio Carlos Alonso. Ha ganado becas de formación y y va creciendo su participación en el ámbito artístico nacional. Sus búsquedas atraviesan la pintura, los objetos artísticos, instalaciones, videos y siempre explora nuevas prácticas artísticas sin limitarse.