La paradoja más triste: en un lapso de poco más de dos meses, Claudia Villafañe perdió a quien fue, todos los sabemos, el amor de su vida, y también se consagró como la argentina más querida de la televisión. Incontenible fue el cariño que se expandió a través de las redes sociales minutos antes de que a gran parte del país se le moviera el piso, el lunes.
La “Tata” Villafañe fue elegida ganadora de la primera edición de MasterChef Celebrity, el envío televisivo más convocante de la televisión, un programa que logró lo que por estos tiempos ya es casi una hazaña: revivir el rito de la pantalla, lograr que una familia se junte a su alrededor.
El ciclo, que ya tiene una segunda parte confirmada, fue el show elegido durante la pandemia. Desde el inicio tuvo la vara alta que le había dejado “Bake Off”, pero supo superarse. El lunes incluso pegó un salto en el rating: de 18.1 (el promedio de las galas de eliminación) a 26.5, según @RealTimeRating.
Claudia es uno de esos personajes que consiguen el abrazo unánime. Un personaje fraternal y maternal que, fuera del maniqueísmo argentino, no genera grietas. Hasta los detractores más encarnizados del Diez la reconocerán a ella como una mujer buena, humilde y de bajo perfil.
Los rótulos de “botinera” a ella nunca le calzaron: y no es que alguien haya querido ponérselos, tampoco. Claudia está más allá: para muchos es la encarnación del amor que emerge del barro y la pobreza. Incluso, para muchos es la encarnación del amor desmesurado, sacrificial.
Por eso su participación en un programa como “MasterChef” fue una sorpresa: es más, fue la que más empatía logró con el público desde el principio, con el jurado y hasta con sus colegas, que percibieron en ella un carisma maternal con el que no podían competir.
De hecho, el duelo entre ella y Analía Franchín no fue un espectáculo encarnizado, sino una ceremonia amistosa en la que la Tata, amable e inspirada, como si ni siquiera tuviera pretensiones de ganar, logró sobreponerse y así calmar las expectativas del público, que en su gran mayoría ya la daba como ganadora.
Se llevó un millón de pesos y, también, una beca de un año para estudiar en el prestigioso instituto de gastronomía Mausi Sebess.
¿Se distinguió por algo más? Además de ser la “mamá postiza” de la troupe, como muchas veces se refirieron a ella, Claudia representaba la comida casera, el estilo natural, abundante, popular. Lo que se sirve sobre un mantel de hule.
Ocasionalmente, le tuvo que sumar sus propias ideas a los platos ya conocidos, y eso fue lo que más la desafió, según admitió. Le costó salirse de su verdad gastronómica, que es unir comida, cariño y simpleza.
Basta recordar su receta para la milanesa perfecta, o esta reflexión que compartió con diario Clarín, cuando le preguntaron qué plato la había hecho sentir más orgullosa: “Hacer los ravioles de seso con acelga y ricota que nunca le comí a mi mamá y darme cuenta el esfuerzo que ponía ella cada vez que los hacía”, dijo. Imposible no conmoverse ante tamaño gesto de gratitud.
Cuando Diego Maradona murió (el 25 de noviembre del año pasado), lógicamente Claudia interrumpió su participación en “MasterChef Celebrity”. A su regreso, hizo un delicioso pollo frito y emocionó a todos con la dedicatoria a su ex.
“No quería decir nada porque todos los días se dicen cosas lindas y otras que no, pero yo no hablé y no hice ningún homenaje...”, comenzó a decir emocionada Claudia. “Pero va para... -y señalando al cielo- el papá de mis hijas”, expresó sollozando.
El lunes, sus palabras volvieron a emocionar a la audiencia: “Falta gente que me gustaría que estuviese acá que no puede, como mi nieto que no está en el país, mi nieta que el padre no quiere que aparezca en la tele, mi mamá que no está bien de salud, el papá de mis hijas que no está y mis amigas que son familia en representación de todas las amigas que tengo”, dijo.
Vale recordar que la gran final se grabó en realidad el 23 de diciembre, cuando no se cumplía ni un mes desde la muerte de Maradona (el 25 de noviembre).
Para que no hubiera filtraciones, ni Claudia Villafañe ni Analía Franchín supieron en ese momento si eran las ganadoras. Es más, hasta se grabó un festejo especial para cada una de ellas, con las familias de cada una. Obviamente, por parte de Claudia estuvieron sus hijas Dalma y a Giannina, y Ana Laura Goycochea, la esposa del ex arquero de la selección argentina.
La consagración de Claudia Villafañe como una mujer querida por la gente será también recordada como un maravilloso ejemplo de fortaleza y templanza: poder actuar, hacer chistes, inspirarse e incluso ganar frente a cámara, cuando por dentro atraviesa (aún) el duelo de su vida.
El cuestionario exclusivo
Villafañe, poco dada a ser entrevistada por los medios, respondió las siguientes preguntas que le hizo llegar Clarín. A corazón abierto, cuenta cómo vivió esta experiencia.
-¿Cómo resumirías tu paso por MasterChef?
-¡Como una experiencia inolvidable en todo sentido!
-¿Dudaste mucho antes de aceptar? ¿Qué es lo que te convenció para participar del programa?
-Sí, dudé bastante. La exposición no me gusta, pero mis hijas estaban de acuerdo en que lo haga y eso ayudó. Además, influyó Santiago (Del Moro), que me terminó de convencer de que era algo distinto y que la gente me iba a conocer tal cual soy.
-Dijiste que mucha gente te escribió para decirte que pensaba algo de vos y que había cambiado de opinión a partir de verte en el programa. ¿Qué pensás que descubrieron de vos?
-No sé si descubrieron algo o no, pero sí sé que me conocieron tal cual soy, con mis virtudes y defectos.
-¿Cuál fue el plato más difícil de preparar?
-A mí me resultaban más difíciles en los que había que crear, cuando me dan la receta soy la alumna aplicada y con esos siempre me fue bien.
-¿Qué conocimientos de cocina incorporaste a tu vida?
-Muchos, desde cortar verduras en todas sus formas, hasta emulsionar palta o mango, usar salsa de soja, e incorporar sabores a mi paladar que no conocía.
-Te llevaste muy bien con todos tus compañeros y compañeras, algunas te consideraban una “madre postiza”. ¿Con quién te gustaría seguir manteniendo un vínculo? ¿A quién invitarías a comer un plato preparado por vos y de quién te gustaría probar un plato?
-Ya mantengo vínculo con muchos de mis compañeros, que seguiré alimentando. Ya tengo varias invitaciones a mi casa. Arranqué por las Bichis (Leticia Siciliani y Sofía Pachano). Y me gustaría que Boy me cocine uno de sus platos
-¿Con cuál jurado te llevaste mejor, de cuál aprendiste más y cuál te exigió más? ¿Qué plato les prepararías a alguno de ellos si compartieras una comida. ¿Y qué plato te gustaría probar de alguno de los jurados?
-Son los tres distintos. ¡Sin olvidarme de Dolli (Irigoyen, por supuesto! Cada uno de ellos me dejó tips y muchos consejos. Como te decía antes, soy buena alumna y siempre los escuchaba con mucha atención. Por lo que sé de cada uno, tienen especialidades distintas aunque sepan de todo. Si hacía algo dulce le tenía miedo a la devolución de Betular. Si hacía, pastas a Donato. ¡Y lo exótico, a Germán! A Donato le haría un dulce; a Damián un conejo; y a Germán, pasta, jajaja. ¡Y que ellos me hagan el plato que quieran, porque será espectacular!
-¿Cuál fue el momento más lindo del certamen y cuál el más difícil?
-El más lindo fue cuando me dijeron que era la segunda finalista del certamen y el mas difícil fue estar en las galas de eliminación de los domingos y no saber si seguía.
-¿Cómo viviste el apoyo de tus hijas desde las redes?
-Lo viví con mucha alegría y amor.
-¿Cómo imaginás tu lugar en la tele y en los medios a partir de ahora, luego de tu paso por el reality?
-No me imagino con un lugar en los medios, salvo que sea algo de cocina, jajaja.
Cómo fue el duelo
Donato de Santis, Germán Martitegui y Damián Betular no se ahorraron emoción al momento de la premiación, y el que llamó más la atención, por mostrarse siempre parco, fue el segundo.
“Hoy hiciste magia, emocionaste a un país entero”, dijo el sofisticado chef.
En la última instancia, el jurado propuso preparar un menú de tres pasos en 90 minutos.
Para cumplir su parte, Franchín preparó carpaccio de portobellos, pulpo grillado y durazno asado; en tanto Villafañe eligió una burrata, solomillo de cerdo envuelto en conejo y panceta, y cremoso de chocolate blanco con helado de banana y cerezas.
“No sé qué voy a hacer mañana sin ‘MasterChef’”,había dicho Betular al comienzo del programa. “Va a ser muy difícil elegir a una”, agregó Martitegui. Junto a Donato los tres jurados recibieron a las finalistas de impecable smoking negro.
Luego, ingresaron por última vez al estudio las finalistas vestidas con uniformes de cocineras profesionales. Acto seguido, aparecieron buena parte de los participantes que pasaron por el certamen para palpitar la gran final.
E hicieron su aparición Ignacio Sureda, Patricia Sosa, Roberto Moldavsky, Ileana Calabró, Boy Olmi, Claudio García, Rocío Marengo, Federico Bal, el “mono” de Kapanga, Leticia Siciliani, Vicky Xipolitakis, Sofía Pachano y “El Polaco”.
La hinchada se completó con la presencia de familiares de las finalistas: en el caso de Franchín, fueron su madre y su hijo, entre otros. Para Claudia sorprendieron Dalma y Giannina.