Después de una larga trayectoria, formándose y desarrollando proyectos en la capital del país, Juan Francisco vuelve a su tierra mendocina para presentarse por primera vez frente a un proyecto de su autoría.
Si bien tuvo la posibilidad de dirigir proyectos más pequeños, este es su debut como director y decide mostrarse al mundo de las artes escénicas con “Con todo el amor del mundo”, una comedia dramática que traza su trama luego de la separación de Juan Pablo y Melina. Pero lejos de tratarse de una ruptura amorosa, la historia aspira a ir mucho más allá.
“Es mi ópera prima entonces tiene un sentido de presentarme en sociedad y decido hacerlo desde una perspectiva muy íntima. Es una obra que habla de cosas que me han pasado a mí y mi forma de abordar algunas cosas que me han pasado desde la ficción. Entonces, en ese sentido es una obra que está cargada de todo eso imposible que me hubiese gustado que me sucediese a mí. Son muchas cosas mágicas, tiernas, que he querido traducir buscando una trama muy simple para que la gente se pueda identificar -cuenta Juan Francisco- Es una obra con la que busco que el espectador, la platea, se pueda vincular con los personajes y puedan encontrar algo ahí, y a la vez que pueda experimentar cosas que quizás les hayan pasado como una separación que es la trama principal, o la relación con los padres como es la trama secundaria, y pueda dejarse atravesar por ese sentimiento de lo mágico y lo increíble.”
Protagonizada por Catalina Romero, Rodrigo Paris, Sandra Viggiani y Pablo Ortíz, el texto fue escrito por Barón en el marco de sus estudios en la Universidad Nacional de las Artes.
Tal y como lo explica él, la obra conjuga el realismo, la comedia y la posibilidad que da el teatro de crear situaciones. Es así que lejos de tratar el tema de la separación como el conflicto de sus personajes, el análisis es mucho más introspectivo y se encuentra estrechamente ligado a los sentimientos que recorren una relación que llega a su fin.
“Juan Pablo y Melina se separan en la primera escena, pero no es tanto la separación sino lo que pasa en el medio, todo lo que circula alrededor. Lo que han vivido, nuevos conflictos que surgen, los recuerdos, cómo se cuidan el uno al otro porque no es una separación difícil, son dos personas que se siguen queriendo y es presentar un vínculo amoroso que es más cercano a la gente de nuestra generación. Es una obra más joven en ese sentido.”
Respecto a esta decisión de encarar una obra que tiene una cercanía mucho más profunda con lo que hoy en día implica y significa una relación y una ruptura, asume que su idea siempre fue reflejar una historia y obra más joven.
“Yo soy una persona más joven y me quería hacer cargo de eso, de que tengo 26 años y no quiero ser Shakespeare, quiero hacer algo mas de mi generación y también por eso va a ser mi ópera prima y no hay nada de violento en ese personaje, porque por más que hayan cosas mal porque obviamente es una separación, son otras formas de vincularse que está bien, son personas que cuidan de ellas y comparten mucho en común y son más las cosas que comparten que las que no.”
La obra se estrena esta noche a las 21 en la Nave UNCuyo (Maza 250, Ciudad) y las entradas se encuentran disponibles en www.entradaweb.com.ar y boletería el día de la función.
Su presentación como director y los desafíos que implica
Juan Francisco Barón es Licenciado en Actuación por la Universidad Nacional de las Artes. Realizó estudios de posgrado en Mediación Cultural y actualmente transita su maestría en Cultura Pública.
Nacido en Mendoza, su especialización siempre estuvo ligada a las artes escénicas. Como investigador recibió becas del INT y el CIN, publicando y exponiendo artículos en eventos especializados. Como actor trabajó tanto en Mendoza como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires participando de espectáculos en el circuito independiente y oficial. Participó a su vez en festivales internacionales y recientemente recibió el premio de creatividad a la producción teatral para la región Nuevo Cuyo por el INT, para desarrollar su obra “Salir afuera”.
Además, es fundador y director creativo de NODO Centro Cultural Digital, un espacio creado para exhibir, producir, gestionar e investigar las artes desde la especificidad de la digitalidad. Actualmente se desarrolla como docente, artista, investigador, gestor cultural independiente y consultor privado en temas culturales, mientras que transita su camino como director con su ópera prima Con todo el amor del mundo.
- ¿Por qué elegiste esta obra para abrirte paso como director?
- Me decido presentar con esta obra porque es profundamente íntima para mi, es esa suerte de exposición del artista de poner algo íntimo que siento que solo me sucede a mi y decido exponerlo y socializarlo con un montón de gente que justamente quiere ir a sentir esa ternura, eso que yo planteo en la escena. No es solo la presentación sino invitar a identificarse, y está muy atravesado por cosas reales que las propongo en esta ficción que está muy influenciado por lo que me pas a mi, son todas mis separaciones juntas, todos los diálogos que he tenido con mi padres, son todos esos vínculos juntos en una obra de teatro.
- ¿Cómo viviste el proceso de estar al mando?
- La experiencia fue una locura literalmente, son muchas cosas que orquestar en simultáneo que me implico un proceso de aprendizaje muy grande. Yo venía de dirigir cosas más chiquitas, pero esto tiene un presupuesto y una escenografía y elementos fantásticos, diseño de luces, canciones exclusivas de la obra, vestuarios, diseño de producción y me encanto, estoy muy feliz con eso. Es uno de los privilegios de ser artista, que uno hace lo que realmente le gusta.
- ¿Por qué decidiste traerla a Mendoza y no a Buenos Aires donde te estás formando académicamente?
- La obra se iba a estrenar originalmente en Buenos Aires, yo me licencié ahí y ahora estoy haciendo una maestría. En medio de la pandemia decidí volver a Mendoza y encontre aca una serie de posibilidades que en Bs As eran imposibilidades. La posibilidad de programar en este trabajo hermoso, contar con un apoyo gubernamental como el INT, eso allá es imposible. También hay una suerte de reivindicación y orgullo de devolverle a la provincia algo de lo que me ha dado, este orgullo de ser mendocino, si hago cosas en Bs As las voy a hacer sabiendo de dónde vengo y ojalá si puedo hacer una gira, sea para presentar lo que es Mendoza.
- ¿Has pensado en grabarla y ofrecerla por streaming?
- Tengo una posición encontrada con el streaming, soy parte de un grupo o colectivo de gente que piensa que la digitalidad tiene sus reglas entonces el teatro pierde ahí. De última, hay que empezar a producir teatro sabiendo que alguien la va a ver digitalmente. Es una obra que seguro vamos a grabar pero la magia está en que la gente la vaya a disfrutar ahí, es la primera obra que va a haber en la Nave UNCuyo entonces se está pudiendo volver y es una indicación a volver.
- Me das el pie a preguntarte si te has planteado la idea de hacer un proyecto audiovisual...
- Vengo de las artes escénicas, pero he tenido experiencias más multimediales. De hecho ahora recibí un premio para dirigir una obra de arte digital que ya roza al cine, pero me encantaría poder saltar de un lado a otro, creo que tengo muchas cosas para contar que se acomodan a cada medio.
- Un consejo que le des a los jóvenes como vos que están comenzando con su carrera artística...
- Mi principal consejo como joven es que siempre es mejor pedir perdón que permiso, hay que mandarse y les jóvenes tenemos que salir a romperla. Domos el futuro, la vamos a romper y no hay que tener miedo, hay que salir, jugársela y no estarnos preguntando qué hubiese pasado si...