Durante las últimas semanas, el ciptorarte ha tomado gran protagonismo en materia musical.
Tras el anuncio de Babasónicos de que lanzarían su propia colección de NFT de su tema “La izquierda de la noche” y el más reciente del tema “Gracias totales” de Soda Stereo, el concepto de NFT y criptoarte ha despertado la atención del público.
Aunque se trata de una práctica que viene ganando terreno desde 2017, hoy por hoy el criptoarte ha tomado gran protagonismo. Desde que una obra NFT fue vendida en marzo por 69,3 millones de dólares y convirtió a Beeple en el tercer artista vivo más cotizado del mundo, se desató un fenómeno que aspira a cambiar paradigmas
Sin embargo, muchos desconocen de qué se trata este concepto relacionado a las criptomonedas, por lo que hoy nos atrevemos a aventurarnos en este mundo de la tecnología.
¿Qué es el criptoarte y los NFT?
Para entender de qué se trata el criptoarte, primero debemos desandar algunos conceptos básicos que se relacionan directamente.
Los NFT (Not Fungible Token por sus siglas en inglés) es un tipo especial de token criptográfico que representa algo único. Esto implica que quien obtenga un NFT relacionado a un elemento se convierte en el dueño de, en este caso, una obra artística.
Esta tecnología permite que el comprador de la obra artística pueda demostrar que es de su propiedad —aunque no implique derechos de propiedad intelectual— y sin importar el número de copias que se realicen.
Los NFTs son archivos protegidos que se basan en la arquitectura de la cadena de bloques (blockchain), o sea, una lista ampliable de registros de datos.
Esto quiere decir que este token único está unido a la obra y protegido a través de la tecnología blockchain. Por lo que quien lo compre será el dueño del certificado de autenticidad de un archivo.
En materia artística, muchos denominan esta práctica como la nueva “era coleccionista digital”, ya que se trata de atribuirle la propiedad de una obra a una persona mediante un código virtual.
Por su parte, el criptoarte se define como una vertiente creativa basada en la creación de contenido digital. Se trata de diseños digitales, imágenes, vídeos, loops, contenidos no visuales como textos únicos, composiciones musicales, poemas o hasta tuits.
Desde que en marzo de este año Beeple logró vender una de sus obras en una suma millonaria, el concepto ha logrado adquirir poder viéndose como una nueva salida laboral para artistas de todo el mundo.
“Con la blockchain, la tecnología ahora permite garantizar la propiedad y los verdaderos límites del trabajo digital, así que creo que no solo vamos a ver una explosión de nuevas obras, sino también de nuevos coleccionistas”, dijo en aquel entonces el artista.
Argentina y su plataforma de criptoarte
Claro que se trata de un concepto que viene ganando terreno desde hace algunos años, aunque a partir de Beeple se ha intensificado la posibilidad de los artistas de distribuir sus obras mediante plataformas puramente digitales.
Hace apenas algunos días atrás, Argentina lanzaba su primera plataforma de criptoarte, donde artistas como Nicki Nicole, Soda Stereo y Babasónicos ponían en venta obras inéditas de su música.
Bajo el nombre de Enigma.art, la plataforma se convirtió en el primer Marketplace de NFTs de nuestro país. El sitio fue creado por Facundo Migoya y Manuel Migoya, hijos del fundador de Globant.
Según sus creadores, Enigma.art fomenta “una red autentificada de apoyo mutuo entre artistas, coleccionistas y fans donde concluyan todos los que se preocupan por el futuro de la expresión digital”.
En ella encontramos videos inéditos, demos, samples, imágenes, gifs, colaboraciones entre artistas plásticos y músicos y experiencias presenciales, como entradas a recitales o Meet & Greets.
Los NFT llegan a las exposiciones
Otro de los más llamativos e insólitos sucesos que ocurrió este año fue la llegada del criptoarte a las galerías. La feria Art Cologne dejaba ver obras en pantallas de IPad colgadas en la pared.
La feria alemana, creada en 1967, sorprendió en su edición de este año con una nueva variante de exposición de sus obras. Así podían verse algunos hombres trepándose a las paradas de colectivo reflejados a través de las pantallas de los IPads.
Erik Schmidt sacó fotos durante una manifestación del movimiento Black Lives Matter, después las pintó y las animó, pero como NFT.
Este nuevo formato que cada vez gana más terreno ha logrado alcanzar un concepto completamente necesario: la descentralización del arte. Así lo remarcaba el criptoartista Guillermo Carrasquero, quien considera que se trata de una “descentralización del poder”.
Las personas que compran este nuevo estilo de arte se caracterizan por ser coleccionistas, especuladores, programadores, entre otros. En su opinión, Carrasquer sostiene que galeristas y coleccionistas de arte tenían hasta ahora la soberanía para decidir lo que era el buen arte, pero ahora lo deciden las masas. Según él, se trata de una nueva era.