A medida que avanzan los minutos de la película “Cuties” (“Mignonnes”, “Guapis”) en Netflix, uno no puede creer que se haya armado tanta polémica. Este filme francés, dirigido por la cineasta de ascendencia senegalesa Maïmouna Doucouré, fue puesto en la picota a causa de un perverso afiche difundido por la plataforma, que sexualizaba a las niñas protagonistas.
Lo paradójico es que la película es una feroz crítica a eso de lo que la acusan. Es una imagen demoledora y terrible del paso a la pubertad de muchas niñas. Es un retrato realista, casi antropológico. Es una película incómoda, pero en esa incomodidad está su efectividad, porque nos pone a pensar, nos tira la realidad por la cara y nos obliga a no quitar la vista de algo que efectivamente está pasando. A algunos los shockeará, a otros los dejará pensativos, y a los más intransigentes simplemente los escandalizará.
La protagonista es Amy, una niña de 11 años, constreñida en los mandatos de su familia musulmana: un padre que se casa con otra mujer legítimamente, una madre que se hace cargo de todo y llora a escondidas, una tía abuela que quiere enseñarle a cocinar para su futuro marido, una infancia con carencias y sobre todo la necesidad de sentirse parte de algo más que no sea su familia.
Porque Amy es una niña que busca todo el tiempo evadirse de una realidad que la hace sufrir y cuestionarse muchas cosas. La oportunidad llega cuando toma contacto con unas compañeras de colegio que bailan música urbana y se hacen llamar “Mignonnes”. Su sueño es presentarse en un concurso con una coreografía de puro reguetón y twerking. Ella empieza un proceso que descubrimiento sexual que no es ni liberación ni empoderamiento. Todo lo contrario, la falta de conocimiento, sumado a su ingenuidad y su necesidad de sentirse aceptada la llevan a entrar en un mundo peligroso, de adultos que sexualizan niñas, de redes sociales que piden fotos provocadoras para cosechar más likes, de músicas que -como el reguetón- llegan a los primeros ranking de escuchas mostrando mujeres perreando y cantando letras con alusiones sexuales. ¿Qué infancia pura y santa invocan los que boicotean esta película, cuando esta es la realidad de los niños y niñas centennials?
Interpretada magistralmente por Fathia Youssouf, Amy es una niña sola y vulnerable. Junto a sus compañeras de baile forman un cuarteto que dinamita la cámara en términos de actuación. El mérito va también para Doucouré, quien logra generar un lenguaje que, con perspectiva de género, critica lo normalizado.
Por momentos, Doucouré juega con el realismo mágico, un recurso que toma para metaforizar de forma muy efectiva temas como el fantasma de los mandatos culturales y el crecimiento.
Realmente alarma pensar que, si las niñas hubieran tenido educación sexual, muchas de las escenas de la película -esas que más ira causan entre los más críticos- serían muy distintas, o simplemente no existirían. Porque más que hacer apología de la sexualización infantil, esta película lanza un grito en su contra. Es lapidaria en su mensaje: alertarnos que, en el mundo actual, no tener educación sexual es estar expuesto a grandes peligros.
La ficha
“Cuties” (“Guapis” en Latinoamérica). Título original: “Mignonnes”. Francia. 2020. 96′. Dirige: Maïmouna Doucouré. Actúan: Maïmouna Gueye, Fathia Youssouf Abdillahi, Demba Diaw, Medina El Aidi, Esther Gohourou, Ilanah Cami-Goursolas, Myriam Hamma. Disponible en Netflix. Nuestra opinión: Buena.