Daniel Hendler es ese tipo de persona que parece siempre joven, casi adolescente, pero al que hemos visto crecer profesionalmente en cada una de los personajes que encarna. Su más reciente actuación en “El prófugo”, protagonizada por Érica Rivas, encierra los biselados de un sujeto encantador y atormentado a la vez, como contrapunto del impasible personaje de Nahuel Pérez Biscayart, en un thriller psicológico donde todo es mucho más de lo que parece.
Daniel Hendler nació en Uruguay pero es un argentino más, adoptado definitivamente en 2005, cuando tomó la decisión de radicarse en Buenos Aires. Trabajando en ambos márgenes del Río de la Plata, ganó consideración internacional gracias a sus premios como actor. En 2004 se llevó el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín por su actuación en El abrazo partido. En 2012 encarnó a Andy Goddzer en la telecomedia Graduados; este papel lo volvió popular en el ámbito televisivo y lo hizo ganador de los Premios Tato y Martín Fierro.
Hendler forma parte de la generación de actores que revitalizó el cine uruguayo con películas como 25 Watts (2001) y es uno de los actores del llamado Nuevo Cine Argentino. Escribió y dirigió varios cortometrajes y dos largometrajes: Norberto apenas tarde (2010) y El candidato (2016).
En esta entrevista con Los Andes, cuenta sus impresiones del estreno de El prófugo, la repercusión en los festivales internacionales, la construcción de su personaje y sus proyectos personales
La semana pasada fue el estreno a nivel nacional de El prófugo ¿Cómo lo vivieron ustedes?
El estreno estuvo buenísimo, salvo Erica y Nahuel que están afuera (del país), estuvimos todo el resto ahí y fue muy emocionante, porque pasó bastante tiempo desde que hicimos la película hasta que fue el estreno, y en el medio, nada más y nada menos que una pandemia. Así que habernos reencontrado ahí con la reapertura de los cines, fue una doble emoción. Y más allá de que los estrenos suelen ser emotivos, a veces no son un termómetro real porque hay mucho cariño puesto ahí, de la gente que está en la sala. La sensación fue que sí causó un impacto muy potente en las personas que estaban, y en nosotros mismos, porque más allá de que yo ya había visto la película, hay cambios. Esta es una versión algo diferente a la que presentamos en Berlín, así que se terminó depurar ahora.
¿Cómo le fue en los festivales?
Fue una película que llamó la atención y que pudo estar presente en los festivales más importantes. Lo que yo pude presenciar es que estuvo buenísimo en el Festival de Berlín que es al que yo fui, le fue bárbaro. Lo que genera la película, sobre todo en sala -hay que decirlo porque es una película que con el trabajo que tiene de imagen y sonido es muy envolvente en este universo entre lo real y lo onírico de principio a fin- te lleva a este intersticio que es como viajar en un tren entre lo fantasmal y lo real y que es bastante inquietante.
Contanos un poco más acerca de tu personaje
Lo que pasa es que hay un problema con el spoileo. Toda la película tiene que ver con uno o más de un prófugo, que no existen en el mundo real pero que empiezan a existir a partir de una persona que los aloja y que es Inés (Érica Rivas). Es una explicación bastante compleja para ponerla en palabras, pero para eso está la película. Lo que te puedo decir es que mi personaje empieza siendo una especie de novio de Inés, un bastante particular, un poco controlador y posesivo. En un momento sucede algo que lo va a llevar a otro plano y empiezan a surgir preguntas que preferiría no decir. Son todos estos personajes que existen en estos universos reales y paralelos al mismo tiempo.
¿En qué rol te sentís más cómodo, como el malo o el bueno?
Primero querría aclarar que no es el malo este personaje, eso sería injusto, porque cuando uno reduce a un personaje al malo o al bueno puede funcionar bien en cuanto a un género que necesite un protagonista y un antagonista pero cuando nos metemos en historias más complejas lo interesante es que un tipo pueda ser representativo de ciertas violencias que que muchas veces están cerca nuestro, se corra del estereotipo de malo y que tenga también sus encantos, que sea más difícil detectarlo o que incluso nos genere contradicciones o provoque cierta naturalización de esas violencias. Pero no es el malo, sino un tipo contradictorio en ese sentido. Y en cuanto a tu pregunta, eso es lo que a mí más me interesa. Los actores tratamos de atrapar algo de la esencia humana o de la esencia de las personas -para no sonar tan grandilocuente- las contradicciones son lo más complejo y lo más interesante, y cuando uno puede abrazar y jugar con esas contradicciones y crear momentos de humanidad y de verdad es doblemente rico. Es donde más me gusta estar.
Uno de los proyectos que desarrollaste hace poco es El candidato que se puede ver en Cine Ar ¿Cómo surgió?
Surgió un poco de ciertos miedos que estaba sufriendo en ese momento y que pude exorcizar un poquito y que tienen que ver con los dobles discursos, las mentiras hechas verdad y con las mentiras tan naturalizadas en los sectores públicos.
¿Estaba pensado para estrenar en año electoral o fue casualidad?
Fue casualidad, imaginate que yo empecé a escribir la película por el 2011 así que por esa época no tenía idea de lo que iba a pasar en el escenario electoral. Uno no puede estar especulando con eso. De hecho es una historia que va más allá de lo que estaba pasando en Argentina. Las referencias no tienen que ver sólo con la política argentina sino con la región en general. Pero te diría que en otros países donde se estrenó, siempre en la sala identificaban al personaje con un político local. Cuando estuvimos en Miami dijeron “es Trump”, cuando estuvimos en Biarritz en Francia dijeron “Es Macrón, así que por suerte eso nos sucedió en muchos lugares y no tenía que ver específicamente con lo nuestro. Hay intereses comunes en todos los candidatos y después maquinarias de comunicación que se van sofisticando y copiándose entre sí.
Sabemos que estás en varios proyectos
No me metí en demasiadas cosas: estoy dirigiendo una obra de teatro de Flor Aroldi, con un elenco compuesto por Virginia Lombardo y José Luis Arias, preparando una obra con Leo Maslíah para estrenar en diciembre y escribiendo un par de proyector por encargo y un par de películas que se están por estrenar en breve, así que por suerte con mucha actividad. Por supuesto hubo un momento en que estaba guardado pero tuve la suerte de no pasarla tan mal, pero como también escribo, me refugié un poco en la escritura de donde salieron unos proyectos para dirigir por zoom y ahora presencializar los procesos.