La metamorfosis de la carrera profesional de Dardo podría referirse a un proceso anunciado. Sin embargo, el tiene muy claro que ciertas cosas no hubieran sucedido sin la experiencia adquirida en las agencias de publicidad con las que trabajó. Como todo actor del rubro pasó por varias, pero el gran salto antes de formar parte de la primera fue capacitarse específicamente en una escuela de creativos.
Casi como jugando aprendió a trabajar con deadlines y se construyó a base de los “no” que muy eventualmente le devolvían los profesores. Al final de ese tiempo ganó en un concurso, junto a su dupla, la posibilidad de ingresar como pasante a la primer agencia.
En esta nueva etapa que define como “educativa”, trabajó en agencias muy bien posicionadas a nivel mundial y al lado de creativos publicitarios consagrados. Personas a las que en algún momento observó frustradas porque “no se les ocurría una idea”, algo que le permitió desde muy temprana edad entender la frustración como parte del proceso creativo.
Para Dardo “La creatividad se va nutriendo con la experiencia. Nadie te enseña la fórmula para llegar a una buena idea”. También un gran referente para él, le dijo: “Yo no evalúo si las personas son creativas o no, sino si son creativos publicitarios o no”. Entender y transitar lo concreto del mundo de la publicidad le permitió, entre otras cosas, no encerrarse y aventurarse a otros espacios de creatividad.
Guionista, director y actor de su propia película
El niño fanático de las películas, que hasta el momento no había pensado en hacerlas, es de pronto alguien que tiene ideas que se transforman en productos audiovisuales. De acuerdo a la matemática publicitaria, luego de que sus trabajos sean reconocidos internacionalmente, se le presenta la oportunidad de elegir formar parte de importantes agencias o del único departamento creativo de MTV International en el mundo.
“Como creativos, el servicio que brindamos es nuestro cerebro. Mientras más extrañamente lo estimulemos, a mejores lugares podemos llegar”. Ese pensamiento que lo motivó a tomar la decisión de formar parte MTV es lo que le permitió descubrir una forma más holística y abstracta del arte.
Sus trabajos tenían ahora mayor alcance global, pero lo interesante de este capítulo fue salir de la zona de confort y hacer algo diferente a lo estrictamente publicitario.
Al mismo tiempo que empezó a formar parte de los sets de filmación observando que sus ideas sean fielmente representadas, comenzó a experimentar, con su primer cámara, producir contenido. Muy pronto pasaron dos cosas en simultáneo: no se visualizaba como director creativo (paso siguiente en su carrera como publicista) y dirige su primer proyecto audiovisual ciento por ciento independiente. La satisfacción que le provocó lanzar su primer videoclip musical estaba muy por encima de lo que le había generado cualquier experiencia laboral hasta el momento.
Para Dardo sus ideas mutaron a lo audiovisual naturalmente y la decisión de tomar otro rumbo fue muy clara y liviana. Su camino siguió signado por la creatividad, que concibe como “una herramienta intrínseca al ser humano para crear soluciones”. Por esta razón, lejos de asustarlo elegir no continuar en un círculo que le brindaba ciertas comodidades, se sintió motivado por nutrirse en todos y cada uno de los roles que implicaba focalizar en el escenario audiovisual. Una demanda que para poder cumplir con sus expectativas laborales iniciales jamás dudó en satisfacer.
Si bien el rol que prefiere es el de director, dependiendo del proyecto también participa en áreas cómo guión, montaje y edición. Arma sus equipos con colegas bajo la premisa de trabajar sin la presión y la competencia excesiva de la vieja escuela. “Como director tu obligación es que el clima de trabajo sea óptimo. En la dirección somos un montón de personas siguiendo un camino y como director tenés la tarea de transmitir esa idea. Cuando lográs un buen clima, lográs un buen resultado a todo nivel. Si eso no sucede, las partes se empiezan a diluir, frustrar y el resultado no es el mismo”. Para él sin equipo esta profesión no existe y el valor de la relación entre compañeros del rubro es fundamental.
La creatividad la experimenta como resultado a su curiosidad por artistas y obras de distintas disciplinas como la arquitectura, el teatro, la danza, la pintura. “En el proceso creativo te encontrás con disciplinas que convergen y te sugieren, por ejemplo, una paleta de colores, un vestuario o una locación”. La inspiración la encuentra observando escenas de lo cotidiano, en la simpleza de la realidad que muchas veces supera la ficción. Despojándose de la solemnidad de la obra de arte para poder disfrutar.
Su portfolio está compuesto por un abanico amplio de trabajos. Pasando por grandes marcas, pequeños clientes y producciones personales. Lo que se puede observar es la mitad de lo realizado porque quiere mostrar aquello que lo representa y por lo que prefiere que lo busquen y elijan. Esto responde a una necesidad personal de disfrutar ante todo: “prefiero trabajar con un cliente más chico, con un proyecto mucho más jugoso y quizá menos plata”.
Dardo está en Mendoza hace dos años. Provincia de la que es oriundo, ama y en la que encuentra mucho talento. Después de cumplir un ciclo de doce años viviendo en Buenos Aires, decidió volver porque apuesta a la industria local. Un polo audiovisual en potencial crecimiento que elige para afrontar el desafío de satisfacer un deseo personal: realizar una cortometraje de ficción. “Estoy buscando crear algo que a mí me haga sentir orgulloso, independientemente de la repercusión que tenga. Me encantaría de a poco sumergirme en el cine que siento que es lo que me gusta desde que soy chiquito, solamente que lo descubrí de grande”.