En sus comienzos como actor, Nicolás Garnier (34) viajó en aviones privados, durmió en hoteles cinco estrellas y se codeó con primerísimas figuras del jet set internacional. Una vida muy parecida, por ejemplo, a la estrella mundial Justin Bieber.
Sin embargo, en pleno auge de su carrera y de la serie de Disney “Violetta” decidió cambiar su estilo de vida. En diálogo con Clarín, el actor expresó: ”Tenía 24 años y maduré de golpe. Viajábamos mucho y teníamos una exposición impresionante. Después de dos giras internacionales me bajé. Yo estaba en pareja, me había comprometido y quería cerrar un ciclo”.
Y continuó: “Eso me permitió darme cuenta de que quería un cambio, dedicarme a la música y poco después me fui a Miami para arrancar mi carrera como solista. Eso fue en 2015”.
Ante la consulta sobre sus inicios en el medio, contestó: “Llegué a Buenos Aires con 19 años y la ilusión de jugar a la pelota pero ese sueño se desvaneció cuando comencé a conocer gente del ambiente que me influenció mucho y despertó en mí el bichito por lo artístico. Yo ya venía de una familia vinculada a la música y poco a poco me fui metiendo”.
Sus primeros trabajos en el medio fueron en la segunda temporada de Casi Ángeles (2008), Bella y Bestia (2008), Jake and Blake (2009), donde conoció a la gente de Disney.
Luego trabajó como asistente de producción de Topa y Muni y cuando se enteró del casting de Violetta le dieron la posibilidad de hacer la audición. Finalmente, conseguió el personaje de Andrés (el mejor amigo de León, que era el novio de la protagonista).
Ese papel de chico ingenuo, algo distraído y aniñado le sirvió para consolidarse en el medio. “Fue una experiencia muy linda. Hicimos 77 funciones en el Gran Rex, más de diez en el Luna Park y dos giras internacionales por toda América Latina y Europa”. Sin embargo, la vorágine de esas jornadas de trabajo lo superó.
“En mi carrera hice todo solo. Nunca nadie me ayudó con ningún contacto y siempre la remé. Es más, al día de hoy la sigo remando. Así que me fui con un productor musical de Disney a Miami e hice mi primera canción que se llama Tengo que decirte. Pero tuve que empezar de cero y fue muy complicado”, recuerda en diálogo con Clarín.
En relación a esto, contó que cuando llego a Miami tuvo que dormir en el living de su productor. “Lo hacía en el piso, en un colchón inflable que se bajaba y me tenía que levantar a mitad de la noche para inflarlo. No dormía nada. Fue tremendo. Después gracias a Dios mi familia me apoyó muchísimo porque mi mamá se vino a vivir un tiempo conmigo y alquilamos algo”, señaló.
A su vez, comentó que “no quería depender de nadie así que cuando no tenía trabajos como actor o cantante salía a laburar de que lo conseguía. No había más guita. Fui chofer de Uber y trabajé como albañil en varias obras de construcción”.
El año pasado, el actor decidió volver al país, ya que estaba solo y tenía ataque de pánico. “Volver me ayudo”, concluyó.