El fútbol es un deporte que mueve multitudes y Argentina es, sin lugar a dudas, una de las sociedades más significativas de este fenómeno. Cuna de grandes personalidades de atributos magistrales y de fanáticos y adeptos que crean una escena difícil de comparar, conmovedora y representativa del folclore nacional.
Argentina, campeona del mundo 2022
Esta historia comenzó gracias a la conformación de un grupo de futbolistas con cualidades técnicas y creativas especiales. Un equipo dirigido, capitaneado e integrado por argentinos que respiran fútbol y generan una atracción excepcional. Desde aquel 10 de julio del 2021 y pasando por el 1 de junio 2022, consagrándose campeona de la Copa América y de la Finallisima consecutivamente, nuestra selección retomó el sueño de un nuevo título mundial.
El mundial Qatar 2022, como cada mundial, generó expectativas desde un motor emocional difícil de explicar. Desde el primer partido frente a Arabia Saudita, hasta el último frente a Francia, el último campeón mundial; Argentina sufrió, resistió, venció y celebró; contribuyendo a la memoria colectiva de un país cuya identidad cultural está también representada por el fútbol.
Cada uno de los atletas, artífices de un juego particular desde lo individual y lo colectivo, son protagonistas de un triunfo tan luchado como merecido. Jugadas y goles memorables, estrategias inspiradoras y un espíritu de cuerpo que trasciende la cancha. Conducidos y guiados por otro gran equipo comandado por Lionel Scaloni, Argentina demostró técnica, valores y emoción adentro y afuera. Por eso el fútbol argentino es deporte, pasión y también arte.
Lionel Messi
Nuestro país exporta grandes personalidades del fútbol desde siempre y se podría nombrar muchas. Indefectiblemente Lionel Messi es dueño de un capítulo aparte.
Autor de una destreza única que lo llevó a formar parte de dos de los más relevantes equipos del mundo, ante todo: Leo es argentino. Siente y vive la camiseta de la selección como nadie desde la primera vez que la representó en el mundial sub-20 del año 2005, porque es especial como deportista y como persona. Sus virtudes y habilidades lo hicieron creador de un estilo de juego singular y auténtico, por lo que recibió una gran cantidad de premios y reconocimientos.
Con una versatilidad particular juega en cualquier lugar de la cancha con rapidez y precisión. Es intuitivo, creativo y habilidoso como pocos para generar situaciones y concretar objetivos. Es, además, impredecible; y por eso es tan difícil plantear una estrategia para marcarlo, controlarlo o neutralizarlo.
Lionel Messi emigró a los trece años de su Rosario natal apostando a su sueño de niño. Se formó en las inferiores del Fútbol Club Barcelona, una de las mejores escuelas de fúltbol del mundo, que capacita desde el juego colaborativo y en equipo, potenciando las habilidades natas de una forma sustancial.
Leo tiene hoy, junto a su equipo, la copa más deseada, porque el mundial es una competición especial y esta consagración tiene los colores que los o nos unen. Lo que sucedió fue resultado de una comunión particular entre los jugadores, el equipo técnico y la gente, de una forma diferente y con una emocionalidad sin igual.
El arraigo futbolístico de nuestro país tiene que ver con la unión de equipo y la pasión por la camiseta, algo que genera una devoción que nunca va a dejar de ilusionar. Un equipo donde aportan todos simboliza nuestra cultura e identidad y es parte de un vínculo eterno con los que nos representan. Que también existe en otros países, pero en Argentina… como en ningún lado.