Desde Carlos Paz, el Flaco Pailos dice: “No me gusta cuando el humorista se ríe de su propio chiste”

Con “El show del Pailos Bar”, es uno de los favoritos de la temporada de esa ciudad balnearia cordobesa. Recuerda episodios de su carrera y cuenta cómo se adaptó al streaming. Cree que el turismo ayudará a la difícil situación de los artistas.

Desde Carlos Paz, el Flaco Pailos dice: “No me gusta cuando el humorista se ríe de su propio chiste”
El humorista cordobés inició la temporada de Carlos Paz con su nuevo show.

“La gente pregunta si la próxima cuarentena podemos cambiar de familia o seguimos con la misma”, dice con su picardía y desliza el chascarrillo con total naturalidad en la conversación. El Flaco Pailos, cordobés hasta la médula, tiene esa gracia que se trae desde la cuna. La fue moldeando hasta crear su propio estilo y no pasar desapercibido como un mero contador de chistes.

Después de 36 años de carrera como humorista, anhela volver a tomar la ruta y recorrer los teatros que alguna vez vio llenos y retumbaban de carcajadas de la gente con sus chistes y ocurrencias. Y como todos los veranos, Fernando Pailos es uno de los fijos en la temporada teatral de Carlos Paz.

Luego de la incertidumbre de no saber si iban a abrir los teatros, el humorista fue uno de los primeros en salir a la cancha y el pasado 26 de diciembre estrenó “El show del Pailos Bar”.

El espectáculo, que nace de su programa de televisión, con el que debutó el año pasado en las mañanas de canal 10 de Córdoba, ahora se trasladó a las tablas con la compañía de la actriz Carla Dogliani y su personaje “La Bicho” y Gabriel Marasini. El show es una de las propuestas de la temporada de verano en la sierra cordobesa, y tendrá doble función (a las 22 y a la medianoche), en el teatro Coral, de miércoles a domingo.

El Flaco Pailos, junto a Carla Dogliani y Gabriel Marasini protagonizan uno de los espectáculos de Carlos Paz.
El Flaco Pailos, junto a Carla Dogliani y Gabriel Marasini protagonizan uno de los espectáculos de Carlos Paz.

“Debutamos el pasado sábado 26 y fue una cosa rara. El primer encuentro con la gente después de nueve meses, con la mitad de la sala disponible, la gente con barbijo en grupos de a dos, salvo grupos familiares. Yo estoy acostumbrado por suerte a ver el teatro lleno, y en este caso fue distinto. Y fueron unos diez minutos de adaptación tanto mío como de la gente”.

-Tendrán que actuar siempre con el 40% de la capacidad de las salas como máximo, con dos funciones por noche. Con esa medida, ¿conviene hacer temporada?

-De eso se habló mucho, porque hasta hace un mes no se sabía si iba a haber temporada. Y nos juntamos el dueño del teatro y yo (que también soy productor), con los actores y técnicos. Nos reunimos por zoom y pautamos las condiciones, con el mismo precio de entrada y todos dijeron que sí. También puede pasar que el 10 de enero se pudra todo y nos corten. La verdad aún no sabemos si nos conviene, eso lo vamos a saber cuando comience la temporada, lo que queremos es trabajar: los actores, subir al escenario; el sonidista quiere hacer su trabajo, el iluminador...

-¿Qué otras novedades incorporaron al espacio?

-Armamos un bar en el escenario con elementos que teníamos todos. Uno de los dueños del teatro tenía un bar y nos dio las mesas, los manteles por otro lado, la barra no las prestó una persona que tiene venta de bebidas, tenemos una pantalla de led espectacular. El vestuario es el mismo que usamos en el canal, porque teníamos el programa en canal 10. Hicimos una prolongación de lo que fue el ciclo en televisión y no gastamos prácticamente plata en la producción, solamente en publicidad. Y quedó hermoso. Estamos todos apostando, trabajamos en cooperativa y veremos cómo nos va.

-¿Hay posibilidad de presentarse en ambos formatos, y transmitir por streaming las funciones?

-Sí, lo vamos a hacer. Estamos organizando para transmitir por streaming dos funciones de enero, de la obra en vivo. Lo vamos a hacer con tres cámaras. El dueño del teatro tiene una plataforma nueva y es la idea de hacerlo.

De los chistes en cd a las redes sociales

El Flaco Pailos, como muchos de los humoristas de su camada, tienen la suela bien gastada de recorrer escenarios chicos, presentarse en pueblos pequeños y grabar CDs con su repertorio de chistes, para que la gente lo conociera.

Pero el cordobés se fue adaptando a las nuevas formas y aunque el escenario es lo mejor para él, el año pasado se sirvió de las redes sociales y los shows online para hacer reír a la gente.

-Te hiciste conocido con tus discos de chistes y ahora te mudaste al streaming, ¿cómo vivís estas nuevas formas de llegar a la gente?

-Es raro, fue una adaptación. Yo tenía el programa de tele y de una semana para otra nos encerramos todos y comenzamos a hacer el programa desde nuestras casa. Descubrí el Zoom y después la gente me pidió vivos por Instagram. Tenía cinco mil seguidores en abril y cuando empecé con los vivos se triplicaron los seguidores y luego hice los cuatro streamings. Después me salieron fiestas privadas, eventos, tres o cuatro familias que se juntaban para que por Zoom les contara chistes.

Fue un año de laburo, pero raro. Adaptarse a la modalidad de contar un chiste por teléfono o aparecer en una pantalla y hablar por ahí con la gente, una forma que va a seguir, pero ojalá se termine (ríe). A mí me gusta hacer giras, estar en los teatros, quiero volver a la ruta, pero hay que tener un poco de paciencia.

-¿Como humorista se te dificultó pensar un espectáculo por streaming y no tener el feedback directo del público?

-Empecé a aprender. Después del primer vivo que hice por Instagram y Facebook le pedí a mi sonidista que me ponga risas grabadas. Y después me armé como un teatro en un estudio que tenía y me fui adaptando. Además en la pandemia nos fue pasando de todo, tengo un hijo de 14 años que comenzó la cuarentena y se guardó en la pieza con la computadora y comía sandwich de miga que era lo único que pasaba por debajo de la puerta. No salió por varios meses hasta que se tuvo que bañar. Y a la gente le pasaba lo mismo. Empecé a adaptar todos esos chistes y a pesar de todo, la gente lo recibió muy bien y agradeció.

-¿Te causó temor la situación o con el humor lo llevás de otra manera?

-Me asusté, me preocupé. Porque cuando tenés hijos que no pueden ir a la escuela, los ves deprimidos y tenés que sostener la situación. Yo soy un privilegiado, vivo en una casa grande y hay que hacerles ver que a muchos los agarró la cuarentena en un departamento de un ambiente, o con problemas familiares, o un familiar enfermo. Hubo momentos feos, y a mí me tocó la parte de alegrar a esa gente, de ponerle pilas, me tocó una parte linda de todo.

Las nuevas generaciones de humoristas

En este nuevo show, el Flaco comparte escenario  con la actriz Carla Dogliani, quien es conocida en la escena cordobesa por su personaje “La Bicho”. Y también con Gabriel Marasini, otro comediante con el que comparte pantalla y es la primera temporada en Carlos Paz.

-En este caso le das lugar a dos humoristas jóvenes, ¿sos un cazatalentos?

-Yo tengo 55 años y hay una generación de comediantes, más que nada standuperos de los que soy el referente. Pero no tengo drama, hablo mucho con chicos que empiezan, incluso el Oficial Gordillo (el tucumano Miguel Martín), que es un chico que está consagrado, él me tiene como un referente. Nos hicimos amigos, compartimos cosas, intercambiamos experiencias. Y lo que me pasa con mis compañeros es que los conocí, los fui a ver y me gustaba lo que hacía, y me encantó trabajar con ellos en la tele. Me di cuenta que eran re talentosos, porque vos tirás un pase y necesitas que te lo devuelvan. Y eso me pasó con ellos. Y en el invierno le dije que si había temporada la hiciéramos juntos. Ojalá sigan apareciendo talentos jóvenes, porque a uno lo llevan a mejorar. Para mí estar al lado de ellos es una ayuda.

-¿Hay ciertas rispideces o envidias entre los humoristas?

-Puede haber, pero yo nunca me fijé en eso. Empecé muy de abajo. El otro día hablaba con la hija de Piñón Fijo, Sol y con otro humorista joven, y le dije: “Yo viajé parado en un colectivo, para que nos dejen en la terminal a la seis de la mañana y nos tomábamos otro colectivo a la capital”. No existían las redes, yo tuve que grabar once discos porque era la única carta de presentación. Y no tengo tiempo para competir. Cuando nos encontramos con otros colegas nos ponemos a charlar y compartimos chistes. Claro que cuando uno llena un teatro se sorprende, pero también sirve para revisar lo que uno está haciendo. Ahora las redes son otro mundo.

Me pasó con Moldavsky: lo conocí en “Morfi” y me dijo que escuchaba mis discos con sus amigos en los asados. Y eso es lindo, pero también me gusta verlo al gordo Moldasvky llenar teatros y que sea el éxito del momento. No tengo tiempo para competir, quiero mejorar lo mío.

"El show de Pailos Bar", de miércoles a domingo en el teatro Coral.
"El show de Pailos Bar", de miércoles a domingo en el teatro Coral.

-¿Hay una clave para ser un buen humorista?

-Creo que un poco se nace, con simpatía, con un carisma especial. Y después eso se trabaja. A mí no me gusta cuando el humorista se ríe de su propio chiste, cuando va contando y se ríe, no me encuadra. Me gusta que el humorista cuente anécdotas y meta los chistes. Creo que hay que vivir la propia experiencia, uno puede dar consejos pero cada uno tiene que chocar con la pared y volverse a levantar. 

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