Acostumbrados al convite, a planificar y hacer en conjunto, para el trío Destino San Javier la distancia que marcó la pandemia la sintieron el doble. Sin posibilidades de juntarse a grabar, ensayar cara a cara e interpretar juntos las canciones fue todo un desafío.
Cada uno en su casa, aceptando la rutina, se acomodaron y de a poco pusieron toda su energía en la grabación del nuevo material. Recientemente lanzaron “No te rindas”, el segundo single adelanto del álbum que finalmente editarán en septiembre.
Y así como la música los cobijó desde la cuna, Franco Favini y los hermanos Paolo y Bruno Ragone no reniegan de la herencia recibida del Trío San Javier, sino que por el contrario vienen a renovar esos temas que ocuparon un lugar en la música popular.
Y aunque lejos de la vorágine de los escenarios y festivales, el trío fue encontrando la vuelta para no dejar de lado sus proyectos.
“El disco lo íbamos a sacar en octubre del año pasado, pero no lo teníamos grabado. Y con la pandemia todos los planes de grabación se retrasaron, por eso comenzamos en noviembre con el nuevo álbum. Antes de entrar al estudio grabamos treinta canciones, pero cada uno en su casa”, cuenta Paolo sobre cómo adaptaron sus planes a lo que la realidad les ofrecía.
Pero ese tránsito no fue fácil, acostumbrados a foguearse en el vivo y grabar el material de una manera tradicional, esta vez el ostracismo del hogar se llenó de música y nuevas canciones, que van desde el folclore, los infalibles melódicos hasta temas alegres, con un mensaje que acompaña la realidad que nos atraviesa.
“Me hice un pequeño estudio en el vestidor de mi casa, con la computadora, la placa y el micrófono, y como tenía buena acústica grabé las canciones. Así pasé mis días, ese fue mi refugio y me encontré de una manera diferente. Porque tenemos la suerte de estar en la vorágine de las giras y lo hacemos siempre en medio de esa rutina. Y de repente fue parar y pensar en grabar el disco”.
-¿El álbum cambió con lo que vivieron en la pandemia?
-Obvio que todo llevó otro sentimiento, para nosotros es un disco particular, nos quedará en la memoria y en el corazón. Por como lo grabamos, cómo nacieron esas canciones, hay temas que escribí completamente encerrado, haciendo las sesiones por zoom con otros autores. Uno se tuvo que amigar con el Zoom, ¡Qué espanto el zoom y el show en streaming! Todo eso espero que no vuelva.
-No te adaptaste al formato virtual.
-Es muy difícil, no me gusta. Hicimos un show en streaming en el Movistar Arena. Y fue muy raro, porque estábamos solos con la técnica, ni un aplauso se sentía. Sobre todo porque imaginas que detrás de la cámara hay gente, pero te falta la energía del vivo, esa energía que el público canta con vos, se emociona o ríe. Falta eso y es duro, porque para un artista que interpreta no tener el aplauso es raro. Y no es por el ego, sino por la energía de poder estar en el mismo lugar. Porque nosotros somos intérpretes y eso pasa por unir el sentimiento a través de una canción. Y el streaming la verdad que no me gusta.
-Hoy convive todo, porque ustedes se han hecho en el escenario y ahora surgieron nuevos músicos y voces que son de la era de las plataformas.
-Sí, totalmente como el trap o reggaetón. Su camino se basa en el streaming y la salida de videos, y cuantos los ven por ahí. Yo no me veo haciendo trap todavía (ríe).
-De todas esas canciones que grabaron, ¿algunas saldrán en el disco?
-De las treinta seleccionamos once y hay varias canciones que quedaron en el camino. Es que al no estar juntos los tres, cantarla a trío es difícil, porque hay temas que no eran para nuestro formato sino para un solista. Además grabarlo fue complicado; yo grababa mi voz, para que el resto cantara sobre mi voz. En cambio en el estudio lo vamos viendo juntos, para nosotros fue una tarea difícil adaptarnos a esta forma, necesitamos estar juntos, porque al ser tres voces diferentes tenemos que lograr armonía en la interpretación.
-¿Por qué este disco es diferente?
-Tiene de todo. Hay algunas canciones del Trío San Javier que no podían quedar afuera y las reversionamos. Hay composiciones propias y otros clásicos. Pero tienen canciones que hablan mucho del momento que vivimos en el 2020, de que tenemos que entender y asimilar lo que pasó, pero pensar en el futuro. Y después tiene algunas perlitas, con participaciones muy lindas, como Los Tekis en “Amor fugaz” y después hay dos colaboraciones más. Y algunos clásicos que hacía tiempo que queríamos grabarlas.
Las colaboraciones ya las teníamos planeadas y para nosotros es un lujo poder grabar con ellos, porque los admiramos y es algo que queda plasmado para la eternidad. No te puedo adelantar quiénes son los invitados. Pero nos gusta compartir con colegas y somos muy de compartir, pero al ser tres es más difícil.
Hasta la fecha, Destino San Javier tiene confirmados conciertos en Rosario, Salta, Jujuy, Tucumán y una presentación en el teatro Ópera de Buenos Aires. Aunque el trío espera regresar a Mendoza en noviembre, en un escenario más grande del que acostumbran.
-En esta nueva gira, ¿pensaron en un espectáculo diferente?
- A partir del 24 de septiembre que es nuestra primera presentación en Rosario, vamos a estrenar el show, que tiene visuales nuevas, canciones nuevas, un concierto completamente diferente. Para nosotros también es una aventura y lo vivimos con mucha ansiedad, sabiendo que hay muchas cosas que se dan en el camino. Pero creo que hay gente que tiene ganas de ver un show y lo necesita espiritualmente. Tengo la necesidad de subir a un escenario.
-Esta experiencia, ¿les cambió la perspectiva como grupo?
-Sí. Principalmente nos cambió la cabeza porque veníamos arriba de un tren que no paraba. Y fue de un momento a otro que nos desconectaron. Por eso tuvimos que reformular un montón de cosas y comenzamos a disfrutar de todo lo que nos había pasado. Por ejemplo, el primer mes como que no caímos lo que estaba pasando. Pero con el tiempo, veíamos los videos de los shows y te das cuenta que necesitas volver a ese vértigo. Y se extrañan hasta las peores cosas de las giras, como que se te quede el micro de gira con 50° de calor en Santiago del Estero, llegar el hotel y no tener habitación. Extrañas hasta lo malo. Pero sobre todo empezamos a valorar todo lo que nos pasó, cantar en un pueblo, disfrutar de las pruebas de sonido, valoramos más a nuestros seguidores. Porque recibir tantos mensajes lindos, no tiene precio en un momento tan difícil y con tanta incertidumbre.