No son actrices de taquito, son dos pesos pesados del teatro y la televisión argentina. Cada una con su estilo, fieles a su formación y con un profesionalismo riguroso, se sacan chispas sobre el escenario.
Solita Silveyra y Verónica Llinás crearon una dupla implacable sobre las tablas, de la mano de una comedia redonda, profunda, que va más allá del entretenimiento, el ritmo propio del género y aborda un tema tan visceral como delirante.
Ambas protagonizan “Dos Locas de Remate”, la comedia que estrenó en junio pasado con total convocatoria y excelentes críticas en la calle Corrientes, y que se suma a la temporada teatral de Mar del Plata.
“Las dos estamos preocupadas por el cansancio, porque no tenemos 20 años, pero lo haremos con gusto”, cuenta Solita Silveyra sobre el trajín que las espera durante el verano, con dos funciones semanales, lunes y martes en el Teatro Mar del Plata, y de viernes a domingo, en el teatro Astral de Buenos Aires.
Con adaptación y dirección de Manuel González Gil, la trama narra el reencuentro de dos hermanas que se vuelven a ver las caras después de 20 años en un duelo divertido y desopilante. Silveyra interpreta a una mujer que queda en la calle y recurre a su hermana (Llinás), una violinista exitosa y cruel. Ambas tendrán que superar su pasado para poder tener un futuro, dando lugar a una disparatada tragicomedia que muestra el trasfondo social de las complejas relaciones familiares. Porque todos estamos a un paso de la locura.
La familia sirve para los buenos momentos, para los regulares, para los malos, y para hacer todo aquello que nunca le harías a un desconocido, por miedo a las consecuencias”. Esta lacónica sentencia es la que sostiene la filosofía de “Dos Locas de remate”.
“¡De qué manera volvimos! Con un regalazo enorme. Chivamos la camiseta como locas, pero la devolución ha sido enorme”, apunta Solita.
-¿Se imaginaban que la dupla iba a gustar tanto y que iba a funcionar?
Solita Silveyra: -No, nunca en la vida. Las dos somos humildes, ninguna es diva. Pensamos en la obra, pobre Manuel el director lo volvimos loco, no estábamos seguras para nada. Por eso el día que estrenamos fue tal la emoción, porque costó parirla pero salió. Fuerte, redonda, divina.
Verónica Llinás: - Yo tuve la sensación de que podía trabajar bien con Solita. No es que era alguien con quien no me imaginaba trabajar. Además ninguna es una actriz del taquito. Además si no hay admiración y respeto no hubiera sido posible, porque somos dos actrices en el escenario haciendo reír a la gente, que no es fácil. Hay que estar muy coordinadas, respetar el terreno de la otra, domar el propio ego y saber cuando le toca a una y a otra. Son un montón de cosas, que tal vez el público no entiende. Es un trabajo que no se ve, pero que existe. Y que por suerte se dio bien, que se viene dando bien. Y a pesar de ser muy distintas, hay algo que somos iguales, porque somos obsesivas con el trabajo, detallistas, rabiosas en escena.
Pero siempre tomamos el camino del acuerdo que si es necesario putearse, nos puteamos. Porque para mí lo peor que puede pasar es la acumulación de los sentimientos, que en definitiva lo que terminan generando es distancia con el otro. Y tenes una armonía falsa, donde está todo bien, pero en el fondo no lo es y terminas distanciado.
-Y justo aborda una temática tan actual en estos tiempos, los vínculos familiares y las distancias.
SS: -Así es. Eso potencializa a la obra, si bien tiene su potencia, el tema suma. Porque también en la pandemia nos hemos dado cuenta de lo importante que son los afectos en la vida de uno, la familia, los amigos. Eso se siente en la obra. Además siendo tan diferentes los personajes una de la otra. Una que triunfó, otra que fracasó y eso de alguna manera se da vuelta. Eso es convocante al amor, más allá de la locura.
VL: - Creo que como nos pasa a nosotras como actrices, que nos permitimos y decimos todo, también pasa lo mismo con los hermanos, generalmente después de una pelea que te puteaste, todo está mejor. Pero si no lo decís y te lo quedás son resentimientos que te van distanciando. Está bueno el paralelismo, porque generamos una hermandad en el escenario y abajo del escenario, con todo lo bueno y malo que puede tener.
-¿Qué rescatan de sus personajes?
SS: -Me rescato como persona, como compañera, como actriz, rescato que supe trabajar con mi ego, que tengo lo necesario para saber quién soy. Y poder compartir el escenario con Verónica, que si bien tenemos formaciones diferentes, hemos podido llegar al mismo lenguaje. Eso fue muy hermoso.
VL: -Cuando me lo ofrecieron no dudé del personaje, sino que era demasiado parecido a mi personaje. Entonces en ese sentido lo dudé para no hacer lo mismo, tiene demasiadas coincidencias con mi concheta; es mala, tiene humor negro, es racista, es todo lo que está mal. El desafío era cómo hacer la obra, sin caer algo fácil y hacerlo por encima. Sino realmente hacerlo con verosimilitud, con tránsito interno, emocional, como en algunos lugares se hace la comedia. Entonces eso de ponerle el cuerpo y la emoción era una gran duda, porque es muy delirante.
-Más allá del humor y las risas, la devolución del público pasa por lo que transmite la historia.
VL: - Es una emocionalidad muy exacerbada, muy extrapolada. Por eso creo que la obra repercute en la gente y espeja un montón de cosas que están pasando en la sociedad, donde se llegan a niveles de conflicto y violencia demenciales. La gente roza niveles de crueldad tremendos con la grieta y demás. Yo he visto gente desear que determinado actor no trabaje más. Hay que desear que una familia se quede sin el pan. Llegar a eso, porque piensa diferente habla de una locura de la sociedad.
Por suerte nos ha pasado que mucha gente la vio con sus hermanos y salieron cambiados, que hubo algo de la obra que los ayudó en sus propias relaciones. Y eso está buenísimo, porque no es cuestión de hacer pasar un buen momento, sino que modifique algo.
-¿Hay expectativas por la temporada o les da temor la situación sanitaria?
SS: -Lo importante que la gente se atreva a ir al teatro. Ahora Fátima se contagió, viene complicado el panorama. Claro que da temor, pero parece ser que es una gripecita. La vacuna ayuda, claro. Esperamos que todo marche bien.
“Dos Locas de Remate” en la cartelera del verano
La comedia protagonizada por Solita Silveyra y Verónica Llinás se suma a la temporada marplatense. Tendrá funciones los lunes y martes, en el teatro Mar del Plata. Y de viernes a domingo, en el teatro Astral en la avenida Corrientes.