Es sabido que el fallecimiento repentino de un autor, o algún pico de gloria como un Premio Nobel de Literatura, suelen ser la ocasión para que la gente se vuelque en manada a comprar libros. Ya sea para abastecer la biblioteca antes de que los ejemplares se agoten o, en algunos casos, para conocer al ídolo.
Y aunque la muerte de Quino, el pasado 30 de septiembre, podía hacernos pensar en un aumento de ventas de esos libros editados desde siempre por De La Flor, lo que sucedió en los últimos 23 días ha sido un boom. Un equivalente editorial de lo que fue su enorme despedida en todas partes, pocas veces tan dolorosas y populares.
La primera sorprendida es la propia Kuki Miler, histórica editora de De La Flor, quien junto a su ex marido Daniel Divinsky -hoy alejado de la editorial- publicó durante más de 50 años a Joaquín Lavado. Ambos, en esa alianza histórica e inolvidable, vendieron a lo largo de las décadas cientos de miles de ejemplares de Mafalda. Algunos de esos libritos hoy son pequeños incunables que las familias argentinas atesoran y pasan de generación en generación.
El 1 de octubre empezó el desabastecimiento y la reimpresión. En pocas horas se agotó el stock de “Toda Mafalda”, hoy el álbum más colosal de la pequeña contestataria amante de Los Beatles: 600 páginas que reúnen las tiras publicadas entre 1964 y 1973, además de material inédito valioso.
Miler recordó, en diálogo con diario Clarín, que durante los primeros días la sede de De La Flor fue una locura. “No vengás porque esto es una romería”, le dijeron a Kuki, quien durante la pandemia optó por trabajar desde su casa y va solo dos veces por semana a la sede.
“Y ahora es una especie de locura -dijo-. Tenemos unos 25 títulos de Quino reimprimiéndose, y pedidos de Latinoamérica (Perú, Ecuador, México, República Dominicana, Colombia, entre otros países a los que exporta los libros) pero también de Europa y Estados Unidos, desde donde nos llegan pedidos de las tiras traducidas al inglés, que también hemos publicado”.
Apuntó que de ahora en más será una custodia más del legado del mendocino: “Mi misión será esa: proveer de los títulos de Quino a los mercados y libreros que los requieran de aquí en más, siento que tengo una responsabilidad afectiva para con Quino y su mujer, Alicia Colombo, a quienes me unió una amistad sostenida de 50 años (...) Ese será mi legado: que sus libros no falten, y también una forma de honrar mi afecto hacia ellos. Pero, honestamente, hacía años que en la editorial no había un movimiento semejante al que se dio en estos 20 días, y eso para mí es un volver a vivir, es muy emocionante”.
Pese a que se esperaba un pico de ventas, la editora no pensó que iba a ser un boom: “Me sorprendió absolutamente; de hecho no sé bien a qué atribuirla, porque si bien tras la muerte de los autores puede pasar que se acreciente el interés por una obra, acá me dio la impresión de que había una suerte de temor a que se agotaran los libros, por lo que todos salieron a comprar corriendo”, dijo.
Tampoco dejó de lamentar que existan tantas ediciones piratas: “Y no solo las copias en PDF digital, que desde la editorial rastreamos para iniciar acciones cuando hace falta, porque es ilegal, sino tambien copias en papel: desde México nos llegaron datos de una edición tapa blanda de Todo Mafalda, un libro que hice yo personalmente y que reúne absolutamente todas las tiras previamente publicadas, y que, como saben, es de tapa dura. Hay incluso falsas ediciones de bolsillo, y hasta tiras con textos apócrifos, muy bizarras, que demuestran incluso un profundo desconocimiento por el pensamiento de Quino”, dijo con pesar.
Es tal la voracidad por Mafalda, para quien Umberto Eco era una “heroína iracunda”, que reconoce que incluso le llegan, ya sea por internet o WhatsApp, viñetas apócrifas “con textos indignos”.
¿Y en Mendoza?
En un rápido rastreo por las librerías mendocinas, se confirmó el aumento de las ventas de Mafalda. Sin embargo, coincidieron en que Quino siempre fue uno de los favoritos de la gente.
Carina Agüero, de Cúspide (San Martín 931), dijo que, si bien hubo un pico de ventas muy notorio, “Quino nunca dejó de vender”. “Todo Mafalda”, que fue el libro más demandado (aunque hay otros, como “Mafalda: Femenino singular”, que reúne las tiras feministas), quedó en falta y esperan la nueva reimpresión.
“Hubo muchas ventas cuando falleció, y también para el Día de la Madre pidieron libros suyos para regalar”, dijo por otra parte María Pilar García Santos, de García Santos Libros (San Martín 921). “Tenemos un stock todavía, pero ‘Todo Mafalda’ se agotó y ya tengo varios encargados para cuando llegue”, agrega.
Contó que “Quino siempre se ha vendido muchísimo, es venta permanente y para todo el público, porque hay gente que la busca para los niños y otros para personas más grandes. Y como su fama es internacional, recuerdo que han venido turistas de Estados Unidos y Europa que la reconocieron, porque tengo el libro en el mostrador, y varios nos dijeron que habían aprendido el español gracias a Mafalda”.
El caso de Yenny es especial, puesto que -si bien es la librería con más sucursales en Mendoza- desde hace tiempo que no comercializa material de De La Flor. Desde una de sus sucursales manifestaron que lo único que queda en stock de Mafalda son unos “minilibros” editados en España y merchandising como agendas y calendarios.
Proyectos futuros
En el citado artículo de Clarín, Kuki Miler contó que le gustaría publicar un libro definitivo de homenaje a Quino, “aunque eso está sujeto a conversaciones previas con Julieta Colombo, agente de Quino”, aclaró. “Podría ser una biografía o un libro que recopilase todo el material que guardan los lectores, porque Quino se ocupaba de responderles personalmente por carta las expresiones de afecto que le hacían llegar, y hay muchísimo material disperso, en ese sentido, que podría reunirse, tenemos que conversarlo con Julieta”, detalló.
Aseguró, de todas maneras, que cualquier homenaje se hará después de que la editorial haya respondido al altísimo volumen de demanda que hoy por hoy tiene. “Y no soy de hacer libros de apuro, cuando lo hagamos lo haremos bien, será otra forma de rendirle homenaje por todo lo que Quino nos ha dado”, manifestó, destacando su humildad. “Nunca jamás se la creyó”, dijo
“El trabajo que me toca es una forma de manifestar mi respeto y mi afecto. había hablado con él hacía pocos meses, él no estaba bien pero cuando hablábamos reconectaba conmigo, teníamos un diálogo fluido, fruto de una historia compartida, por todo eso fue una pérdida inmensa”, cerró.