A lo largo de su camino como escritora, Florencia Bonelli ha vendido más de tres millones de libros. Una cifra abrumadora en tiempos de crisis editorial, lo que la convierte también en uno de los (pocos) bestsellers de Argentina. ¿Hay un secreto? La autora cree que no, o al menos no lo sabe con certeza, dice cuando se lo preguntan.
El éxito puede deberse, quizás, a la amabilidad de su prosa y a la inteligencia con que elige sus temas, que en su gran mayoría son dramas históricos. En todo caso, “me atrevería a sugerir que puede deberse a que mis lectoras y lectores saben reconocer en mis historias la pasión, la sinceridad y el infinito amor con que las escribo”, dijo el año pasado en una exclusiva entrevista a diario Clarín, en ocasión del lanzamiento de su último fenómeno editorial, “La tía Cósima” (Suma de Letras, $949).
Decimos que es un fenómeno porque, tres meses después de la publicación, se sigue ubicando estoicamente en el número uno del ranking de los libros más vendidos de nuestro país. Bonelli, quien cumplirá 50 años el próximo 5 de mayo, escribe prolíficamente y se preocupa, además, por nutrir su propia comunidad de lectores, con quienes se mantiene en contacto vía e-mail. Cada Feria del Libro en la que se encuentran es una fiesta.
En todo caso, Bonelli mira solo para adelante. Ella se sabe favorita de las librerías y amada por sus seguidores, aunque la Academia minimice el género al que se dedica (la novela romántica, o peor conocida como novela “rosa”) y aunque la prensa quiera siempre sacarle una declaración picante sobre sus detractores o el feminismo, puesto que el “amor romántico” que ella muestra en sus novelas es uno de los aspectos culturales que más critica ese movimiento. Aun así, la leen en toda Latinoamérica, en Brasil, Estados Unidos y Europa y fue también traducida al alemán, al portugués y al italiano.
Hacerse escritora
Florencia Bonelli, cordobesa de nacimiento, fantaseó a los 17 años en volverse una escritora, aunque en aquel momento la sedujeron más los números. Estudió y se recibió de contadora pública en su provincia y después se radicó en Buenos Aires. Tuvo su educación literaria y sentimental con los libros de la colección Amor y Aventura de Javier Vergara, que muchos recordarán por sus tapas coloridas y en ocasiones “provocadoras”. Sin embargo, “El Árabe”, de Edith Hull, fue la que le cambió la vida.
Supo entonces que ella también quería escribir así: que sus historias dejaran una huella en las personas. Entonces un día, después de intentar que las letras y los números convivieran, supo que iba a ser muy difícil. Desde entonces (era más o menos 1998) es una escritora a tiempo completo. Puede vivir de lo que publica y además tiene la posibilidad de acompañar a su marido, el consultor de empresas Miguel Ángel Gallo, en sus trabajos por el mundo: Génova, Bruselas, Londres... Y últimamente, Basilea (Suiza).
La tía Cósima
“¿Puede el amor regalar una segunda oportunidad?” Esa es la premisa de la última novela de Bonelli, protagonizada por una psicóloga especializada en el tratamiento del autismo infantil, prestigiosa y sumamente dedicada a su profesión.
Pero detrás de esa imagen fuerte y comprometida, Cósima se siente la sobreviviente de un duro pasado, donde sufrió la crueldad de algunos compañeros de escuela.
Algo cambia, sin embargo, cuando alguien la lleva a reencontrarse con ese pasado. El amor, para el que no tenía tiempo en su vida ordinaria, hace eclosión y la cambia por completo. Una pasión desbordante, ese elemento que ancla cada uno de los relatos de Bonelli, la llevará a replantearse los daños que carga de aquella época y se preguntará incluso si se puede olvidar, o convertir al menos en otro sentimiento, todo el enojo que siente.
Bonelli acierta al dar con un relato actual, que -sin desmarcarse de su propio estilo- se cruza con temas contemporáneos como el bullying, la soledad, el proteccionismo animal y la salud mental, específicamente el autismo: “Tengo la impresión de que apenas rocé el tema, de tan vasto que es”, dijo.
Lo cierto es que esta novela nació como una especie de desahogo. Escribiendo “La Historia de la Diana” y documentándose con arduas lecturas (por ejemplo, sobre la terrible guerra de Bosnia) se sintió con la necesidad de parar y poner por un tiempo la cabeza en frío, algo que en un escritor significa simplemente escribir sobre otras cosas. Entonces, empezó a escribir cuentos.
Uno de ellos, sin embargo, empezó a respirar por sí mismo y le pidió expandirse: el que protagonizaba Cósima Facchinetti. Y como para escribir relatos cortos Bonelli usa la primera persona, continuó con la misma técnica a medida que el relato le iba pidiendo más. Así, terminó publicando una novela “sui generis” dentro de su producción: es urbana, contemporánea y, además, contada por sus propios personajes.
Entre el feminismo y la astrología
Ese otro gran tema actual, el feminismo, es algo que se dibuja en el fondo de todos sus libros, pero que no se enuncia como tal. De hecho, se desmarca de las viejas novelas románticas, donde las mujeres eran sumisas y se veían a sí mismas, como en un espejo lacaniano, solo a través de un hombre. Sus heroínas son valientes y, si cabe el término, “empoderadas”.
En la mencionada entrevista a Clarín, ante la pregunta de qué rol juega el género romántico en tiempos de feminismos, Bonelli respondió: “Juega el rol que jugó siempre, el de crear historias que nos hagan emocionar, suspirar, creer en el amor y en la bondad humana. Renueva la esperanza que a veces perdemos a causa de la dureza de la vida cotidiana. Es un soplo de aire fresco, de alegría, que nos permite en muchas ocasiones sanar las heridas”.
Resulta al menos curioso que, en una pregunta que justamente iba apuntada a poner en contraste la novela romántica y el feminismo, ella no haya hablado de lo segundo. Sin embargo, siempre que puede se manifiesta en contra del machismo y reconoce que sus heroínas “son mujeres de armas tomar”, como también alguna vez dijo.
Más ha hablado sobre su interés por la astrología, algo que cada vez se hace más presente en sus historias, al punto de que ya inauguró el ciclo “Nacidas” (“Nacida bajo el signo del Toro”, de 2013; “Nacida bajo el sol de Acuario”, de 2016 y “Nacida bajo el fuego de Aries”, de 2017). Es un proyecto que sirve también como radiografía literaria sobre diferentes personalidades zodiacales. Va para largo y, según se sabe, ya terminó de escribir el cuarto libro.
A tal punto es su interés, que en la cocina de la escritura Bonelli llega a darles a sus protagonistas un signo determinado. Una forma más de darle carnadura a sus personajes. Admitió, por ejemplo, que Ignacio Lanz Reuter, el protagonista de La tía Cósima, es “un digno nativo de Leo, es decir, egocéntrico, histriónico, vehemente, puro fuego”.
A él también lo describió como a “un tipo al que le cuesta adaptarse a un mundo donde el patriarcado va perdiendo fuerza. Estamos viviendo las reacciones violentas que provoca la emancipación de las mujeres”.
Lo esencial
Bonelli es una narradora colosal: sus libros, además de excelentes ventas, se escriben rápidamente, lo que la ha llevado a ser una de las novelistas nacionales más prolíficas de los últimos 20 años.
Publicó unas 20 novelas, entre las que hay ambiciosas bilogías y trilogías: “Bodas de odio” (1999), “Marlene” (2003), “Indias blancas” (2005), “El cuarto Arcano” (2007), “Me llaman Artemio Furia” (2009) son algunos de esos viejos títulos que, cada vez que una novedad suya aterriza en las librerías, vuelven a venderse y agotar tiradas.