Se puede olvidar un nombre, pero jamás se olvida de un chiste. Tiene cada situación guardada en su memoria, para sacarla en el momento justo y distender una charla o esperar la risa de la gente, el remate perfecto que lo acompaña a lo largo de sus treinta años como cómico.
Fernando El Flaco Pailos es uno de los humoristas más populares de Córdoba, que con su estilo campechano y bien cordobés supo ganarse la aceptación del público y cada año recorre el país de punta a punta con sus espectáculos.
Tras un receso obligado por la pandemia, el humorista tuvo una excelente temporada en Carlos Paz con “El show del Pailos Bar”, una proyección en el teatro de su programa de televisión, que va todas las mañanas por el canal 10 de Córdoba, ahora volvió a los escenarios con el mismo formato que su anterior espectáculo, aunque con una nueva batería de personajes e historias disparatadas.
“Solo de humor… más rápido y más gracioso” es el show que presentará esta noche en la Nave UNCuyo y con el que inicia una gira nacional por Buenos Aires, Catamarca, La Rioja, entre otras provincias.
-De todos los públicos que conoces, ¿Cuál es el más complicado para llegar?
-Con el tiempo, después de 30 años de hacer humor tengo un público cautivo y se suma gente. Pero en un principio el público de Buenos Aires me costaba bastante, porque hay un vocabulario que en una época no se entendía. Por ejemplo, el término gorreado, que es cornudo. Pero ahora todo se ha globalizado y cuesta un poco menos. Después el resto no hay problema, además Mendoza y San Juan para mí son lugares muy representativos, porque fueron los primeros lugares donde fui a hacer gira hace veinte años. Al comienzo me fueron a ver veinte personas y gente que no me conocía ni la cara, sino que me escuchaban por la radio Cadena 3. Y ahora voy muy tranquilo porque sé que la gente te espera y más en medio de una pandemia.
-Igual la gente está ávida de ver humor en estos tiempos.
-Totalmente. Me di cuenta en el verano incluso con protocolos más duros, la gente iba y repetimos funciones. Ahora lo que sucede es que veo las pestañadas, porque con el barbijo no podes ver la reacción de la gente. La realidad es que la gente tiene ganas de meterse en otro mundo y olvidarse de los problemas.
-¿Qué has preparado para este show?
-Es el mismo formato que tenía el último espectáculo, solo que con otros personajes. Y en este caso cuento muchas cosas de mi vida, desde la niñez, la adolescencia. Historias que son graciosas, que parecen inventadas, pero son reales. Por ejemplo, una parte donde cuento que soy fanático del circo desde chico. Porque en la infancia iba a la Rioja y vino un circo al pueblo de mi papá y fuimos a verlo. Y el circo se llamaba “Circo Toto” y el eslogan era: “Paga uno, entran dos”. Y la atracción del circo era una cabra de seis patas. Y ahí me agarré a piñas con un payaso porque lo bardeaba… me pasó de verdad.
Después cuento otras historias con personajes, me cambió en escena, cuento chistes en el medio, también lo que me pide la gente. Es un show con mucha ida y vuelta con el público, me gusta mucho hacerlo. Durante una hora y media me divierto mucho y por suerte la gente también.
-¿Escribís los chistes o los guiones de tus espectáculos o surgen de la improvisación?
-Generalmente surgen de una improvisación. Por ejemplo, cuando cuento la historia de mi primera novia en el barrio, que era la Negra Elvira. Que era una morocha muy linda, con unos senos prominentes y en esa época con diez años era como algo intocable. Trato de meter las historias con mi aspecto físico, sumando vestuario, una peluca. Pero sí escribo las historias, las coloreo un poco, como hacemos todos.
-Pero tenés una capacidad innata para crear chistes, que muchos tienen que practicar.
-Sí, creo que es un don. He leído tantos chistes, me contaron e inventó tantos, que los tengo como en un disco duro en la cabeza. Y es repentino, porque vos me decís una palabra o situación, y automáticamente me acuerdo de un chiste. Y después escribo mucho en cuadernos, tengo más de cien cuadernos en el escritorio, y por ahí voy recordando algunos y vuelven en los espectáculos, los reciclo.
-Hoy el público ya no se ríe con malas palabras u ofensas, ¿cuál es tu experiencia?
-Tal cual. Yo me fui aggiornando, primero con las malas palabras, cuando empecé a hacer teatro yo venía del under, de los bares, donde podes decir cualquier cosa, tenés licencia para matar. Entonces cuando empecé el teatro cambió, porque con una sola mala palabra que diga es suficiente. Igual con los chistes machistas, eso nunca se dio. También los chistes de gays no garpan, es otra realidad. Por ahí se pueden cambiar algunas historias, en este espectáculo me río de mí y la gente se siente identificada.
-¿Tenés algún referente?
-El Negro Álvarez. Tengo una anécdota que él se enteró que lo admiraba a través de una nota que me hicieron. Cuando era más joven, mi viejo compraba discos de todo y compró los discos del Negro Álvarez y sin pensar que iba a ser humorista los escuchaba todo el tiempo; me ponía los auriculares y jugaba a contar chistes y que la gente se reía. Y el Negro escuchó esta historia y comenzamos una linda relación, no sé si amistad, pero nos comunicamos y tenemos muy buena onda. Incluso en la radio Ja Ja yo siempre lo entrevisto. Está la idea de hacer un espectáculo junto, él ahora está en un impase. Pero es mi ídolo, yo escucho veinte veces el mismo cuento y me sigo riendo, tengo mucha influencia del Negro Álvarez en mi estilo. Yo le quiero hacer un homenaje al Negro y sería lindo hacer una gira. El proyecto por la pandemia, pero ahora sería lindo retomarlo.
-¿Córdoba es una plaza difícil para los humoristas que vienen de afuera?
-Como nos gusta el humor es fácil. A Los Cumpas por ejemplo los descubrimos en los festivales y ellos marcaron una forma de hacer humor. Que después otros siguieron en esto de unir la música con el humor. Acá los adoran e incluso son un dúo de humor que festejan sus 45 años no pasa muy a menudo.
La Ficha
EL FLACO PAILOS EN “SOLO DE HUMOR… MÁS RÁPIDO Y MÁS GRACIOSO”
Día y hora: hoy, a las 21.
Lugar: sala Chalo Tulián Nave UNCuyo (Maza 250, Ciudad).
Entradas: $1200 (general) y $1100 (estudiantes, jubilados y personal de la UNCuyo). En entradaweb.com.ar .