Unas 170.000 personas siguieron el primer Cosquín Rock virtual e interactivo que se realizó el pasado sábado y domingo, contó con cuatro escenarios, transmitió desde once países y reunió a más de 70 artistas hispanoparlantes.
Así lo informó la organización a través de un comunicado, en el que además resaltó que alrededor de 1.700 personas trabajaron en el montaje de esta edición, lo que implicó una reactivación del sector, afectado por la suspensión de espectáculos públicos por la pandemia de coronavirus.
Entre otros aspectos, el encuentro musical fue seguido por 500 periodistas de distintos países y se transmitió en unos 60 bares de diferentes ciudades latinoamericanas, como así también en una pantalla gigante montada en un estadio en Tijuana, México, que será una de las nuevas sedes del festival en 2021.
Con shows en vivo desde distintos escenarios, el festival se extendió desde las 16 horas hasta cerca de las 23 y contó con una nutrida y variada grilla artística.
Variedad estilística y prolijos shows, pero poco calor y riesgo artístico
Los mexicanos Molotov, Ratones Paranoicos, Los Cafres, Damas Gratis, Rata Blanca, Él Mató a un Policía Motorizado, Massacre, el rapero Trueno y León Gieco fueron algunas de las tantas propuestas que aportaron el domingo variedad estilística al cierre del primer Cosquín Rock virtual e interactivo, que brilló por su despliegue técnico pero careció de calidez y riesgo artístico.
Poco más de 30 grupos y solistas, se repartieron desde las 16 y hasta pasadas las 22, en los porteños escenarios Luna Park, La Trastienda y Teatro Vorterix, en la segunda y última jornada del encuentro, con distintos abordajes estéticos, en un marco en donde la ausencia de público y el despliegue técnico garantizaron un sonido óptimo.
Varios de estos escenarios, en tanto, fueron anfitriones de transmisiones de diez países iberoamericanos, las cuales permitieron tomar contacto con las más variadas expresiones de la música en castellano. Allí desfilaron los uruguayos de Cuatro Pesos de Propina, los paraguayos Kchiporros, los bolivianos Matamba, los ecuatorianos Guardarraya, los mexicanos Surfistas del Sistema, los españoles Miss Cafeína, los colombianos Monsieur Periné y los peruanos Gaia, entre otros.
En este contexto, en donde abundó la prolijidad, el principal desafío para cada número estuvo en la puesta visual, la capacidad para generar un contacto con la virtual audiencia, el histrionismo o en el riesgo artístico adoptado. Sin embargo, todos los artistas reposaron en la garantía de un sonido óptimo y eligieron moverse en un terreno seguro que asegurara buenas interpretaciones; en vez de aprovechar esa libertad y la ausencia de reacciones inmediatas del público para experimentar texturas o climas.
Tampoco hubo grandes apuestas desde lo visual, más allá de algunas gráficas interesantes, cuidados vestuarios o juegos con imágenes proyectadas desde las pantallas de fondo. En contraposición, hubo casos en donde se transmitió de manera casera, como ocurrió con León Gieco o la argentina radicada en España Rizha.
La jornada del sábado, en la que este formato hizo su debut absoluto, contó con unos 86 mil espectadores, según informaron los organizadores, y tuvo a Las Pelotas, Los Pericos, Ciro y Los Persas, Agarrate Catalina y Eruca Sativa, como principales atracciones entre otros 30 artistas.
La plataforma también contenía atracciones como galerías de fotos, espacio gastronómico con posibilidad de pedir delivery y meet & greets de fans con artistas; algo que pasó desapercibido para quienes no utilizaron ninguno de estos servicios; a diferencia de lo que ocurre en el festival presencial, en el que los stands y los escenarios están a la vista de todos.
La primera prueba fue óptima a nivel técnico y ofreció una variada grilla. Será el turno entonces de apuestas artísticas que sepan aprovechar el nuevo formato.