El reencuentro de tres amigos, el tango, el baile, la música y la oportunidad de un viaje revelador que los llevará como en sus buenos tiempos a recorrer la ruta del país. “Empieza el baile” es la película escrita y dirigida por Marina Seresesky, que tiene como protagonistas a Darío Grandinetti, Mercedes Morán, Jorge Marrale y Pastora Vega.
Durante tres semanas, el rodaje de la cinta se filma en Mendoza, en locaciones de Guaymallén, Ciudad y Cacheuta y parte del elenco se instaló en la provincia, para trabajar en la comedia dramática, que es una coproducción hispano-argentina entre las productoras audiovisuales Meridional Producciones (España), Oeste Films (Mendoza), Sur Films (Mendoza), Patagonik y Habitación 1520 (Buenos Aires), junto a El Gato Verde Producciones y Áralan Films (España), y Reina de Pike (Rosario).
La historia gira en torno a Carlos (Darío Grandinetti) y Margarita (Mercedes Morán), quienes fueron la pareja de tango más famosa y reconocida de su época. Hoy, poco y nada queda de ese esplendor, de esa pasión que los llevó a compartir, escenarios, viajes y vida.
Carlos vive en Madrid, disfrutando de la segunda oportunidad que le ha dado la vida y Margarita vive en Buenos Aires inmersa en la pobreza y el olvido, pero con ese humor socarrón y canalla que siempre la ha caracterizado. Junto a su inseparable amigo Pichuquito (Jorge Morrale), la pareja inicia un viaje desde la ciudad de Carlos Gardel hasta el pie de la cordillera de los Andes en busca de respuestas, que los enfrentará a sus recuerdos, a sus miedos, pero sobre todo a sus verdaderos deseos.
La música original estará a cargo de Escalandrum, la agrupación de Daniel Pipi Piazzolla y Nicolás Guerschberg y es el tercer largometraje escrito y dirigido por Seresesky (“La puerta abierta” y “Lo nunca visto”).
Antes de comenzar con el rodaje del filme en nuestra provincia, Mercedes Morán y Jorge Morrale, quienes vuelven a compartir la pantalla, hablaron con Estilo sobre este proyecto que los trae a la provincia y la posibilidad de apostar al cine nacional.
-¿Qué impresión tuvieron cuando les llegó la propuesta y leyeron el guión?
Jorge Marrale: -Soy el último que entró al proyecto. Cuando leí el guión me pareció muy atractivo, que tenía muchas facetas, más allá de la historia primaria de lo que sucede. Hay algo de este trío de la tercera edad que se aventura y que decide hacerlo, con una fuerza de voluntad bastante grande. Esencialmente lo que me gusta es el vínculo que tienen los tres, son dispares pero unidos por el tiempo y han vivido cosas juntos, agradables y desagradables. Y la historia pasa por distintas instancias, donde están delimitados los personajes. Es una película de actores y eso a mí me fascina.
Mercedes Morán: -El personaje es muy diferente a los que he hecho antes. Siempre me sentí atraída por ese tipo de mujeres, que se han hecho en un universo tan de hombres. Y me enterneció mucho, porque intenta mantenerse fuerte y tiene una gran fragilidad. La historia también me pareció muy linda, porque es un encuentro de estos tres amigos y de no verse después de mucho tiempo con uno de ellos. Y deciden vivir esta aventura, revelar secretos y por la edad que tienen, sienten que les queda mucho tiempo, tienen más pasado que futuro. Es linda esa actitud valiente de decirse todo. Y es lindo ver cómo en estos vínculos de amistad, la distancia y el tiempo no cambian nada. Y trabajar con ellos es como tener la mitad del trabajo hecho. Y estoy muy contenta de este empecinamiento de hacer cine a pesar de todo y que sea un cine más federal.
-Los personajes y la historia está atravesada por el tango ¿Qué desafíos les trae a la hora de componer sus personajes?
JM: -Creo que todos estamos tocados en mayor o menor medida por la esencia del tango. Además me animo a cantar tango, estamos ejercitando en el recuerdo de palabras, que se usaban en estos tiempos. En mi caso sí lo siento.
MM: -También la historia parece un tango, podría ser un cuento de cualquiera de los protagonistas del tango. Son personajes que han quedado en el tiempo, con esa vida que tuvieron, añorando esa gloria, pero están atravesados por un lenguaje, una manera de moverse, de hablar. En mi caso tengo que indagar sobre la danza y como esa bailarina, que hoy es una mujer grande, hay algo de su expresividad que tengo que buscar, donde quedo eso. Es un desafío, lo estoy descubriendo, este carácter altanero que tienen las mujeres del tango en un universo de hombres.
Algo que nos resulta muy conocido a los actores es la convivencia en las giras de teatro. Y estos tres personajes tienen mucho viaje como bailarines y músicos. Esas giras, sin un mango, con mayor o menor suerte, montados en esa camioneta que todavía conservan. El rodaje es una excusa para ver todo eso que dispara. Y estando en gira con la película, visitando lugares, todo el tiempo rememoramos historias nuestras como actores. Que lo tienen los personajes en este viaje que emprenden, donde se la pasan recordando lo que fueron esas giras.
-Algo que subyace en la historia es el espíritu de animarse a vivir la aventura a una edad donde hay más pasado que futuro. Tiene un mensaje particular en estos tiempos.
JM: -Lo que hacen estos tres es demostrar que más allá de las dificultades emprenden el camino, y hacen todo lo posible para que se concrete. Tienen energía para eso, tienen ganas. Y además tienen ganas de estar juntos sabiendo que va a ser distinto. Darse cuenta que pasó el tiempo, pero la esencia no se modificó tanto entre ellos, que siguen siendo los mismos con algunos achaques. Y últimamente hay una muestra cabal en contra de otros intereses, de gente grande que hace y demuestra capacidades insólitas. La idea del abuelo o abuela sentada en la silla mirando pasar las cosas no está generalizada.
-Esto de generar un cine federal con una coproducción internacional, ¿lo ven como el futuro de la industria en nuestro país?
MM: -Era una posibilidad que siempre existió, el tema es comenzar a hacerlo. Estamos viviendo esta experiencia muy particular, porque si bien hacer una película es un riesgo en todo sentido, en este caso el día a día que se cumple el plan lo celebramos como el último día de rodaje. Por el hecho de trabajar con protocolos, de cuidar todo y no detener la producción, es una patriada y un desafío de todos.
JM: -Ojalá esto despertara lo que la Argentina necesita, en términos de una cultura general, una exposición de los espacios que son riquísimos, salir de lo urbano. A mí me parece muy importante, además que las plataformas tienen una visibilidad y elección de los espacios, y nuestra geografía lo permite. Lo que hay que apoyar es el desarrollo de lo que serían las industrias culturales, que se apoyen este tipo de proyectos. Porque es la forma que dé lugar a que se genere, que no solo las cosas suceden en Buenos Aires en frente del Obelisco. Hay que diseñar los espacios para que las cosas sucedan y no sea una pintura que se vea de fondo.
-La actualidad de la industria audiovisual cambió y es el momento de las plataformas, ¿hoy es la posibilidad que tienen los artistas para trabajar?
MM: -Las plataformas es lo que se está imponiendo y a priori aparecen como una fuente de trabajo, una posibilidad de encontrarnos con otros artistas latinoamericanos y al mismo tiempo puede ser un riesgo muy grande, en la medida que no se legislen como corresponde. Es un proceso, somos contemporáneos a este cambio, nos tocarán ambas cosas, las oportunidades, los peligros. Pero en lo macro el primer temor que aparece es la tendencia de mirar las películas en casa y que vaya desapareciendo esa cosa maravillosa que solo te da el cine.
Un cine federal y Mendoza como lugar estratégico para la industria
“Empieza el baile” es parte de una serie de proyectos audiovisuales que se vienen generando en el último periodo en Mendoza. Después de culminar el rodaje en Madrid, la película tendrá su etapa de pre producción, recorrerá festivales y llegará a las salas en 2023.
Además de las bondades de la geografía, nuestra provincia se posiciona como un lugar estratégico para la industria cultural.
“Estoy convencido que si tenemos que generar la costa este de los contenidos audiovisuales desde Mendoza para el mundo. Traer películas que tengan financiamiento internacional, con figuras internacionales, que interactúen con la cultura local y se genere un ecosistema, es un objetivo que se hace testigo con estos proyectos. La creatividad son las conexiones improbables en contextos de incertidumbre. Hemos tenido una buena conexión con los gobiernos locales, promoviendo políticas públicas. Los municipios han comprendido que es una matriz productiva que puede generar desarrollo y empleo. Y empresarios locales apuestan, sabiendo que son espacios para invertir y desarrollar su imagen. Hemos sido muy bien recibidos”, comenta Marcelo Ortega de Oeste Films.
La producción contará con el disco con la banda sonora, realizado por Pipi Piazzolla y su agrupación Escalandrum. Además cuenta con el apoyo de Patagonic y luego de su estreno en la salas, la cinta estará disponible en la plataforma de streaming Disney.