La muerte de George Floyd, un hombre afroamericano asfixiado por un policía blanco en Minneapolis el pasado 25 de mayo, reavivó los estigmas del racismo en Estados Unidos. Poco importó el confinamiento para evitar otra ola de contagios de Covid-19. Miles salieron a las calles -también hubo focos de protestas en otros países- bajo el lema “No puedo respirar”, tal como la víctima exclamó.
La batalla se trasladó efusivamente a las redes sociales con la consigna #BlackLivesMatter e instaló, nuevamente, un debate en torno a los consumos culturales. Otra vez volvió a la carga el peor síntoma de la época: “cancelar” películas.
HBO Max, por ejemplo, decidió retirar temporalmente el clásico “Lo que el viento se llevó” (Gone with the Wind, 1939) porque “glorifica y perpetúa estereotipos de color” y anunció que la volverá a poner a disposición del público con una advertencia, como si el público no fuera capaz de tener capacidad propia de interpretación y crítica.
También muchos aprovecharon el momento para despacharse contra filmes como “Matar a un ruiseñor” (To Kill a Mockingbird, 1962) porque supuestamente reproducen el concepto de “white savior”, un blanco con culpa que se consagra como héroe porque salva a una minoría que no puede pensar por sí misma. Si se llegan a enterar que D.W. Griffith maquillaba actores blancos para interpretar a negros…
En fin, aunque para muchos la solución sea borrar la historia con un engañoso revisionismo, hay grandes títulos para revisitar y repensar actitudes que, gracias a los errores del pasado, hoy se pueden cambiar. A continuación, seis películas recomendadas sobre distintas aristas del racismo:
1. Matar a un ruiseñor (1962)
Robert Mulligan dirige una de las más pedagógicas sobre la cuestión racial en los años ’30. Basada en la novela ganadora del Pulitzer escrita por Harper Lee, la película se enfoca en una comunidad que condena prejuiciosamente a un hombre negro por violar a una chica blanca. Es el noble padre de familia y abogado Atticus Finch (Gregory Peck), quien está dispuesto a defenderlo pese a que el resto no lo mire con buenos ojos, lo que desencadena más acusaciones y tragedia.
2. Black Panthers (1968)
En este precioso corto documental, la francesa Agnès Varda filma con honor a las Panteras Negras, un grupo nacido en los ’60 que defendió a los negros bajo la idea de autodefensa, entre otros principios.
La propuesta parte del malestar con el arresto de Huey P. Newton, célebre activista que fue arrestado por la muerte de un policía en un confuso episodio. Ante el fuerte impacto en la agenda mediática del crimen de Floyd, el retrato de las Panteras Negras es un oportuno ejemplo para trasladar al presente.
3. Do the Right Thing (1989)
A la filmografía y las intervenciones políticas de Spike Lee podríamos dedicarles la nota completa, pero en la lista tenemos que elegir una sola película.
Brooklyn nunca lució más diverso y empático que en este drama. No se queda en la típica denuncia de buenos y malos, sino que sostiene un relato a base de diálogos con segundas intenciones, algunas rupturas en la técnica y muy aprovechados personajes. Además, tiene uno de los créditos de apertura más cancheros y rabiosos, al ritmo de ese poderoso hip hop “Fight the Power”.
Días atrás, Spike Lee publicó en su cuenta de Twitter un corto que enfatiza en la brutalidad policial, mezclando fragmentos del ataque de los policías a Radio Raheem (el personaje de Bill Nunn) y los crímenes de Floyd y Eric Garner, otro hombre negro estrangulado por un policía en 2014.
4. Loving (2016)
Jeff Nichols (“Mud”) adapta la historia real de Richard y Mildred Loving, una pareja que debió abandonar en los ’60 el estado de Virginia por la prohibición del matrimonio interracial, lo que los condenó a ser perseguidos y castigados por el sistema.
Sencilla, reconfortante y valiéndose de un dúo protagonista (Joel Edgerton y Ruth Negga) que derrocha química y honestidad, el director le imprime un sello natural y encantador, sin caer en el melodrama telenovelesco.
5. Get Out (2017)
Dirigida por Jordan Peele, quizás uno de los nombres más afamados en la industria en los últimos años. Esta sátira de terror abandona los viejos villanos sureños, nazis o supremacistas y se mete con los liberales y demócratas de clase media, esos que hubieran votado por un tercer mandato de Barack Obama o necesitan subrayar su progresismo a cada rato.
Chris (Daniel Kaluuya) es un fotógrafo que es invitado por su novia Rose (Allison Williams) a pasar un fin de semana en la casa de sus padres, en medio del bosque. Si bien las actitudes políticamente correctas de los anfitriones despiertan sospechas, el laberinto de paranoia y sorpresas recién empieza.
6. Dolemite Is My Name (2019)
Eddie Murphy interpreta a Rudy Ray Moore, aquel eléctrico comediante del blaxploitation de los ’70 que deja su sueño en la música para adoptar la identidad de Dolemite, con la que obtiene fama y éxito en el mundo del stand-up. Sin embargo, al notar que el mainstream ignora y ridiculiza a los suyos, Moore emprende la complicada y disparatada tarea de rodar la que será su película más famosa.
Mucho amor por el género cinematográfico en un guion escrito por Scott Alexander y Larry Karaszewski, autores de biografías como “Ed Wood” (1994) y “El lunático” (Man on the Moon, 1999).
Más recomendadas:
“Mississippi Burning” (1988), “Boyz n the Hood” (1991), “Django sin cadenas” (Django: Unchained, 2012), “Estación Fruitvale” (Fruitvale Station, 2013), “Straight Outta Compton” (2015), “I Am Not Your Negro” (2016) y “El infiltrado del KKKlan” (BlacKkKlansman, 2018).