Ennio Morricone, el músico italiano alabado por sus más de 400 bandas sonoras creadas para el cine, falleció con 91 años pero antes, escribió una carta dedicada a sus familiares para así despedirse uno a uno.
El artista falleció esta madrugada por complicaciones surgidas de una caída en la que se rompió el fémur. Y en la misma clínica Campus Bio Médico donde estaba internado, en Roma, su abogado y amigo Giorgio Assumma hizo pública una carta de despedida que el mismo Morricone escribió.
“Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto”, se lee en el documento, el cual dejó escrito el compositor porque “no quiero molestar”.
Un párrafo se lo dedica a Peppucio, el director Giuseppe Tornatore y a su esposa Roberta Pacetti: “Amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida”. Además cita a otros de sus amigos y hermanas.
Y al final de la misiva, le dedica un mensaje cargado de amor a su esposa María Travia, a quien conoció en 1950: “A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”.
La carta completa:
“Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.
Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida.
Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar.
Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida.
Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise.
Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Monica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca.
Espero que entiendan cuánto los he amado.
Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós”.