A Enrique Pinti se lo conoció como uno de los artistas más talentosos y trascendentales de nuestra cultura. Fue el primero en ser polifacético: actor, humorista, director teatral, escritor, dramaturgo argentino. Y dentro de la actuación, supo protagonizar distintos papeles que -aunque menores que hayan sido- siempre los hizo destacar con su impronta.
Dentro de su carrera en el cine, su principal escena y tan recordada fue aquella en que su personaje Felipe, atiende el teléfono para ser consultado por un familiar, Sergio. Es en Esperando la Carroza (1993), donde encarna a un solterón alcohólico que vive con su madre, en una casita de chapas.
Pero si bien ésta haya sido la escena más recordada de Pinti en el cine de humor, tuvo mayor protagonismo en películas dramáticas.
Su carrera artística en la filmografía tuvo su inicio con el Secuestrador (1958), Triángulo de cuatro (1975), Juan que reía (1976), La nueva cigarra (1976), Tiro al Aire (1980), Sentimental (requiém para un amigo) (1981)
También fue parte del reparto de Tanguera (1989), Flop (1990), Perdido por Perdido (1993), El color del cielo y Diario para un cuento (1998).
Luego Chumbale (2001), cuyo papel lo vuelve a situar en el humor con un personaje de Jefe de familia gruñón pero querible por la trama.
Y finalmente en “Cruzadas” (2011), con mayor protagonismo y de muchas facetas.
El año pasado cerró su etapa en cine con Carroceros, un documental sobre los fanáticos del mítico film argentino Esperando la carroza que indaga sobre las razones obvias y ocultas de este fenómeno.
Este año, aún con 82 años, sus proyectos e ideas volaban aún en su cabeza. Pero el 5 de marzo sufrió una descompensación. Tenía problemas de diabetes y circulación, y la pandemia le provocó depresión. Falleció este domingo 27 de marzo.