Hace algún tiempo se conoció la historia de un hermano del escritor Ernesto Sábato que trajo varios dolores de cabeza al artista por ser su homónimo al que no llegó a conocer porque falleció antes de que Ernesto naciera.
El hermano mayor fue anotado en el registro civil un 23 de junio y el autor de “Sobre héroes y tumbas”, un 3 julio de 1911. Se trata de un presunto error que durante años trastornó al escritor tanto como la muerte del joven que quedó reflejado en algunos de sus libros. En “Antes del fin” (1998) Sabato escribió: “Me llamo Ernesto, porque cuando nací, el 24 de junio de 1911, día del nacimiento de san Juan Bautista, acababa de morir el otro Ernesto, al que, aun en su vejez, mi madre siguió llamando Ernestito”. “Aquel nombre, aquella tumba, siempre tuvieron para mí algo de nocturno, y tal vez haya sido la causa de mi existencia tan dificultosa, al haber sido marcado por esa tragedia, ya que entonces estaba en el vientre de mi madre”, manifestó.
Con la certeza de su fecha de nacimiento en su autobiografía, en su novela, “Abaddon el exterminador” (1974) Sábato no contaba con esta seguridad: “Nunca supe con exactitud si mi nacimiento se había producido el 23 o el 24 de junio” y agregó que en una oportunidad cuando volvió a preguntar a su madre por su fecha de nacimiento ella le “confesó que era el atardecer y que se estaban encendiendo las fogatas de San Juan”. Fue a partir de ahí, cuando el escritor no tuvo dudas de su día: “Fue el 24, el día de San Juan” y su mamá meneando la cabeza reinstaló la duda: “En algunas partes también se encienden fogatas en la víspera”.
Con más dudas que certezas Sábato se preguntó: “¿Cómo era posible que una madre no recuerde el día del nacimiento de su hijo?”. Sin dudas, había razones más oscuras para olvidar.
Sus padres los calabreses Francisco Sabato y Juana Ferrari, al llegar de Cosenza se instalaron en Buenos Aires para luego mudarse a lo que hoy es Rafael Obligado.
Tenían nueve hijos, todos varones, de los cuales dos habían muerto: Lorenzo José (nacido el 11 de diciembre de 1896 y fallecido antes del 3 de diciembre de 1897) y Umberto (nacido el 27 de mayo de 1903 y muerto antes de 1907). Por lo tanto Ernesto José iba sería el séptimo y los seis que quedaban vivos eran Vicente Esteban, Lorenzo, Francisco, José, Juan y Umberto, algunos de los cuales repetían el nombre de sus hermanos ya muertos.
En “Abaddon el exterminador”, el escritor da una explicación para justificar la fecha inexacta: “Mi madre estaba enferma cuando nací, y recién me inscribieron un 3 de julio, como si no se decidieran”. Pero la excusa no es válida, porque la asistencia al registro civil se hacía junto a los testigos, teniendo en cuenta la salud de la madre y del recién nacido. Tal como sucedió en este caso. La fecha convalidada en el registro oficial fue la que figuró siempre en su documento de identidad y es la misma que suscribió el sacerdote párroco Pedro Silván cuando, el 6 de abril de 1912, bautizó al niño.
En el reciente libro del 2021, “Sabato: el escritor metafísico”, de Pablo Morosi y Sandra Di Luca se refieren a este episodio y al motivo por el que recibió el nombre de Roque por haber nacido durante la presidencia de Roque Sáenz Peña: “En la familia hay quienes porfían que el nuevo Ernesto también fue ahijado presidencial, aunque no se conozca hasta el momento constancia que lo certifique”, en relación a uno de sus hermanos Ernesto por ser el séptimo hijo fue apadrinado por José Figueroa Alcorta y luego falleció.
Con casi cien años el prolífico escritor argentino murió en Santos Lugares. Ese 30 de abril de 2011, Ernesto descansó en paz por haber cumplido el mandato familiar de sobrevivir a su hermano homónimo.